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El Banco Central de Rusia sube los tipos de interés al 12% ante el desplome del rublo

La institución ejecuta su tercer mayor aumento de la historia al elevar el precio del dinero en tres puntos y medio

Elvira Nabiullina Banco central de Rusia
La gobernadora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiúllina, en un rueda de prensa en Moscú.SHAMIL ZHUMATOV (Reuters)
Javier G. Cuesta

El fuerte y prolongado debilitamiento del rublo en los últimos meses ha forzado al consejo rector del Banco Central de Rusia a acometer una súbita subida de los tipos de interés del 8,5% al 12% apenas un día después de recalcar que la situación estaba bajo control. El organismo monetario ha tomado esta decisión en una reunión extraordinaria que fue convocada después de que su divisa superase la barrera psicológica de los 100 rublos por dólar este lunes. La acción ha reforzado la moneda rusa en los primeros minutos del mercado, aunque los analistas advierten de que sus problemas no dependen tanto de la política monetaria, como de la política del Kremlin y las sanciones por su invasión de Ucrania.

“Esta decisión ha sido tomada con el fin de limitar los riesgos para la estabilidad de los precios”, ha señalado el organismo monetario en un comunicado. Según el Banco Central de Rusia, la tasa de inflación interanual es del 4,4% respecto a principios de agosto del año anterior, pero esta foto no refleja la tendencia real actual y “el crecimiento de los precios continúa acelerándose”. Según sus cálculos, la inflación desestacionalizada promedio del último trimestre habría aumentado un 7,6% respecto al mismo periodo de 2022.

El consejo de gobierno del banco central había elevado los tipos del 7,5% al 8,5% en su última reunión, celebrada el pasado 21 de julio, con dos miembros que dimitieron el 1 de agosto. Daba un giro así a su política monetaria en la guerra. Tras duplicar los tipos al 20% y aplicar un “minicorralito” al principio de la invasión en febrero de 2022, poco a poco fue recortando la tasa clave hasta situarla en el 7,5% en septiembre del pasado año.

La medida ha sorprendido a los analistas rusos. La mayoría de los expertos consultados por la asociación de mercados financieros de Rusia, ACI, esperaba un incremento al 10%. Se trata de la tercera mayor subida de la historia rusa, solo superada por la ejecutada al principio de la ofensiva sobre Ucrania y otra, del 9,5% al 17%, en diciembre de 2014, cuando Moscú fue objeto de sus primeras sanciones por la anexión ilegal de Crimea y la guerra desatada con sus militares sin insignia en Donbás.

Las sanciones han cerrado gran parte del mercado a Rusia, y han provocado a la vez un desplome de sus ingresos de divisas al hundirse las exportaciones, y el Banco Central de Rusia es consciente de que su economía presenta ahora importantes fisuras.

“El aumento de la demanda interna, que supera la capacidad de la producción, refuerza la persistente presión inflacionaria e influye en la dinámica del tipo de cambio del rublo a través de una mayor demanda de importaciones. Como resultado, aumenta el efecto de la depreciación del rublo en los precios y aumentan las expectativas de inflación”, explica el organismo que dirige Elvira Nabiúllina en su comunicado.

Desplome por el tope al petróleo

El banco central señala que mantener sus tipos de interés implicaría “un riesgo significativo” para alcanzar su objetivo del 4% de inflación en el 2024, y subraya que “tomará decisiones adicionales sobre la tasa clave, teniendo en cuenta la dinámica de inflación real y el proceso de reestructuración económica”.

El rublo se ha debilitado a lo largo de este año a medida que se ha disparado el déficit público ruso. Los topes a los precios del barril de crudo ruso impuestos por EE UU, la Unión Europea y otros países, así como la desconexión de sus gasoductos, ha provocado un desplome en los ingresos del Kremlin. Asimismo, la guerra consume al menos un tercio de sus presupuestos, de los que gran parte han sido clasificados.

La moneda rusa, que cotizaba a unos 60 rublos por dólar y euro a principios de año, se había devaluado progresivamente hasta superar los 100 rublos por dólar y los 110 por euro este lunes. Tras esta tajante subida de tipos, su cotización mejoró hasta rondar los 97,5 rublos por dólar y 106,5 por euro.

La devaluación del rublo no solo supone un importante desafío para las compañías rusas que necesitan importar suministros y materias primas del exterior. El país ha perdido interés para los migrantes, especialmente de Asia Central, en un momento en el que las empresas buscan desesperadamente mano de obra debido a la guerra, tanto por la movilización de los hombres en edad de trabajar como por el exilio de cientos de miles de rusos de un país en crisis. Por ejemplo, según una encuesta realizada entre 22.800 miembros de la diáspora uzbeka en Moscú, el 50% ellos planea marcharse de Rusia y un 25% se lo está pensando porque no les compensa el cambio del rublo en sus sueldos.

Al mismo tiempo que batalla por mantener estable la economía de un país desgastado por la guerra y las sanciones, el Banco Central de Rusia inició este martes el programa piloto de su rublo digital. A diferencia de las criptomonedas, esta divisa digital solo podrá ser emitida por el organismo regulador. No obstante, la institución no cree que esta iniciativa sea adoptada masivamente por los rusos en los próximos años.

“Nadie va a obligar a nadie a entrar en el rublo digital. Su uso es totalmente voluntario y solo es una oportunidad más. Si quieren, lo usan; y si no quieren, no lo usan”, afirmó Nabiúllina el pasado 21 de julio. Para los rusos, a la desconfianza que puede suscitar que quede registro de sus pagos se unirán unas leoninas comisiones del 0,2% y 0,3% por cada transferencia a partir del año 2025.

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