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Los economistas admiten la necesidad de mejorar la regulación del fijo discontinuo

Desde Trabajo proponen afinar su uso en negociación colectiva, con mejoras legislativas y control de la Inspección; y Conde-Ruiz opta por restringir su utilización y flexibilizar el indefinido ordinario

Raquel Pascual Cortés
Consejo General de Economistas
De izquierda a derecha: José Manuel Lago, Roberto Pereira, Valentín Pich, José García Montalvo y José Ignacio Conde-Ruiz, en el Consejo General de Economistas.CGE (CGE)

La reforma laboral ha cumplido ya un año y hay pocas dudas sobre sus efectos positivos para reducir la tasa de temporalidad, que ha pasado del entorno del 25% al 13,7% en el sector privado. Sin embargo, aparte de la clara y extraordinaria reducción del número de contratos temporales en dos millones (y aumento de tres millones de indefinidos), como nunca antes una reforma laboral había conseguido en poco más de un año, los economistas van más allá y se preguntan si esta reducción de la temporalidad ha disminuido también la inestabilidad en el empleo.

En este punto, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra y Premio Rey Jaime I de Economía, José García Montalvo, ha asegurado hoy que a la hora de evaluar si la reducción de la temporalidad contractual se está trasladando también a una mayor estabilidad en el empleo “hay señales contradictorias, porque siguen existiendo muchas salidas al desempleo e inactividad y entradas (rotación laboral) y se firman muchos fijos discontinuos, pero su peso en el mercado no crece al mismo ritmo”.

Este ha sido solo un ejemplo introducido por García Montalvo durante los Encuentros sobre el empleo en España organizados por el Consejo General de Economistas, que hoy han analizado el primer año de aplicación de la reforma laboral y donde en un cara a cara el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Complutense, Ignacio Conde-Ruiz y el asesor del ministerio de Trabajo y Economía Social, José Manuel Lago, han discrepado sobre el impacto de la reforma en el mercado de trabajo, pero han coincidido en la necesidad de que el próximo Gobierno ajuste el uso de los contratos indefinidos fijos discontinuos fomentados por la nueva normativa.

Para Conde-Ruiz, que admite que esta reforma ha sido la mejor de la democracia, “la restricción de la contratación temporal no ha conseguido erradicar, como se esperaba, los excesivos efectos de calendario que economía española tiene; ni la rotación (numerosas entradas y salidas del mercado de trabajo) que sigue estando ahí”. Y a esto sumó el uso, en muchas ocasiones incorrecto, de los fijos discontinuos, como su utilización para los trabajadores de los colegios, que en su opinión deberían ser fijos ordinarios; o para los empleos de un bar de fin de semana, cuyos trabajadores tendrían que tener un contrato indefinido con jornada parcial, ha explicado. “Aunque la reducción de la tasa de temporalidad es extraordinaria, la excesiva rotación sigue siendo una anomalía del mercado español en Europa”, ha insistido este economista.

Ante esta situación, el también subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), ha recomendado que el siguiente paso, que deberá dar ya el nuevo Gobierno que salga de las urnas el 23-J, sería trabajar sobre la actual reforma restringiendo el uso del fijo discontinuo y aumentando la flexibilidad del fijo ordinario, como ha hecho la última reforma estableciendo una nueva causa de despido en los contratos fijos de obra para la construcción. Según Conde-Ruiz sería conveniente que este último contrato pudiera ser utilizado por las contratas y subcontratas. Asimismo, para reducir la excesiva rotación, ha propuesto, como ya se hizo recientemente desde Fedea, la fijación de un sistema bonus malus que premie a las empresas que usan menos dicha rotación y castigue a las que abusan de ella.

Sin embargo, el representante del Ministerio de Trabajo y también profesor de la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad de A Coruña, José Manuel Lago, ha admitido “sin ninguna duda” que sigue habiendo un exceso de rotación en el mercado laboral, pero, dicho esto, ha asegurado que esta se ha reducido en un tercio desde que se ha puesto en marcha la reforma laboral. “En 2016 hacían falta 15 contratos fijos discontinuos para que el empleo en esta modalidad aumentara en una persona y ahora hacen falta cinco de estos contratos”, ha asegurado Lago. Además, ha asegurado que según la Encuesta de Población Activa (EPA), los fijos discontinuos son menos del 3% de los asalariados; y, según la afiliación a la Seguridad Social, menos del 5%, “por lo tanto, sus efectos sobre el conjunto del mercado de trabajo están muy matizados”.

Aunque este asesor de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha apuntado que a otra solución distinta para ajustar el uso de la contratación fija discontinua. En su opinión, debe producirse una combinación de tres factores: el primero, que la negociación de los convenios sectoriales de los sectores más afectados, como la hostelería o la educación, afinen su uso en dichos acuerdos colectivos; en segundo lugar, el siguiente Gobierno “deberá mejorar la norma” y, finalmente, la Inspección de Trabajo tendrá que controlar y sancionar el mal uso de esta contratación.

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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