Los contratos fijos discontinuos se triplican con la reforma laboral
Los contratos de entre uno y siete días se reducen del 27% de 2019 al 19% actual, según un análisis de CaixaBank Research
El contrato fijo discontinuo se ha convertido en la alternativa a la temporalidad a la que pretendía poner coto la reforma laboral aprobada en diciembre. En los primeros meses de ponerse en marcha la nueva ley las empresas ya lo pusieron de manifiesto como medida para conseguir abaratar al máximo las nuevas contrataciones y en los meses siguientes se ha ido consolidando como la fórmula más exitosa. Un análisis de CaixaBank Research para su próximo informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, así lo sentencia: en los primeros nueve meses posteriores a la entrada en vigor de la norma se han registrado 1,67 millones de contratos fijos discontinuos, el 31,8% del total de las contrataciones indefinidas. En 2019, antes de la pandemia y de que esta afectara el mercado laboral, ese porcentaje era de solo el 12,3%. Representan asimismo el 7,6% de los afiliados a la Seguridad Social, cuando hace solo tres años ese porcentaje era del 4,3%.
Los autores del estudio, Nuria Bustamante y Sergio Díaz, señalan que se está produciendo una “reclasificación” de los contratos del mercado. Uno de los mayores sectores afectados es el de la construcción, cuyo histórico uso de los contratos por obra y servicio han tenido que mudar en contratos fijos por el endurecimiento de las condiciones fijadas por la reforma.
El aumento de cuota de los contratos por obra y servicio todavía no ha culminado, advierten desde el servicio de estudios. Solo lo hará cuando se haya culminado la transformación de todos los contratos por obra y servicio que había en el mercado laboral y que han desaparecido con la nueva norma. “Desde hace ya unos meses se viene observando que el porcentaje de fijos discontinuos se ha estabilizado en torno al 35% de los contratos indefinidos”, comenta Bustamante.
Las estadísticas de los ministerios de Trabajo y de Seguridad Social también muestran otro efecto de la reforma laboral, el que se ha producido en los contratos de entre uno y siete días, mucho más penalizados con cuotas más altas a la Seguridad Social, ya que las empresas han de pagar 27 euros adicionales cada vez que han de rescindir un contrato de menos de 30 días de duración. Hasta agosto representaron el 19,7% de los contratos nuevos, cuando tres años antes ese porcentaje era del 27,2%. La hostelería sigue siendo la actividad que hace un uso más intensivo de esa modalidad, al representar un 24,4%, si bien ha experimentado también una reducción respecto al mismo periodo de 2019, cuando era del 34,7%. El sector público apenas lo utiliza en un 1,2% de los casos.
Aunque el informe evita, a falta de contar con más información, sacar conclusiones finales sobre los efectos de la reforma, sí evidencia que “los datos son elocuentes”: nunca antes se habían registrado tantos contratos indefinidos. Son 5,25 millones, lo que representa el 37% del total, un porcentaje que multiplica por cuatro el 9% de media del periodo 2014-2019. En el lado contrario, la contratación temporal se limitó a 8,9 millones de acuerdos entre empresa y trabajador, “la cifra más baja de enero a septiembre”.
Un estudio anterior elaborado por Adecco Group y el Instituto Cuatrecasas de Estrategia Legal puso de manifiesto que, además de una reducción de la temporalidad, la reforma laboral también ha iniciado un proceso en el que son los propios trabajadores los que están abandonando sus contratos fijos a través de bajas voluntarias, en un movimiento que habrían realizado 30.000 personas hasta agosto.
CaixaBank Research considera que el mercado laboral español continúa vigoroso pese al enfriamiento de los últimos meses. “Se sigue creando empleo a un ritmo notable”, señalan los autores del análisis. Como consecuencia, la afiliación a la Seguridad Social supera los niveles prepandemia con 20,18 millones de personas y el paro registrado se encuentra por debajo de los tres millones de personas, límite que no se rebajaba desde 2008.
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