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Las autoridades europeas advierten de que el crecimiento de los criptoactivos puede plantear “riesgos sistémicos”

Un informe del organismo que vela por la estabilidad financiera de la UE, anima a extremar la vigilancia sobre este fenómeno y frenar el apalancamiento de los fondos de inversión

Christine Lagarde
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en Colonia (Alemania), el pasado 16 de mayo.THILO SCHMUELGEN (REUTERS)
Álvaro Sánchez

Una buena noticia y una mala: las turbulencias del año pasado en el mercado de criptoactivos tuvieron un impacto limitado en el sistema financiero, porque existen pocas interconexiones con este y con la economía real. Sin embargo, el crecimiento exponencial de los criptoactivos y su volatilidad hacen que se deba extremar su vigilancia “porque pueden llegar a plantear riesgos sistémicos”. Así lo avisaron este jueves las autoridades de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS, el organismo independiente que vela por la estabilidad financiera en la UE), en un informe de 77 páginas.

En un momento en que algunas plataformas del universo cripto están anunciando acuerdos con bancos para que estos ofrezcan divisas digitales a sus clientes, y otras negocian pactos similares aprovechando la mayor seguridad jurídica del nuevo reglamento MiCA, el escrito avisa de los peligros de que las entidades estrechen los lazos con la industria cripto. “Estos riesgos podrían materializarse, por ejemplo, si las interconexiones con el sistema financiero tradicional aumentan con el tiempo, si las nuevas interconexiones no se identifican rápidamente o si innovaciones similares se adoptan también de forma generalizada en las finanzas tradicionales”, señala.

La JERS se atreve a formular algunas hipótesis de cómo la interconexión podría ser dañina. Si los criptoactivos pierden valor en relación con las acciones y los bonos, el reequilibrio de una cartera dictaría la venta de activos tradicionales y la compra de criptoactivos para mantener el cuota de cartera asignada a criptoactivos constante. Eso amortiguaría la caída de estos, pero a cambio, al vender acciones o bonos para su compra, crearía una presión a la baja sobre los precios de las acciones y los bonos. Por ahora, sin embargo, es prácticamente economía ficción “dada la aparente falta de integración de criptoactivos en las carteras de inversores individuales e institucionales en el sistema tradicional”.

El texto llama a las autoridades europeas a frenar las apuestas realizadas mediante endeudamiento en criptoactivos introduciendo límites para fondos de inversión, plataformas de compraventa y otras empresas. Busca evitar así que las crisis en esa industria pongan en peligro la estabilidad financiera

Aunque ninguna de ellas es vinculante, hay más recomendaciones: pide mejorar la capacidad de la UE de vigilar los canales de contagio. Es decir, la forma de detectar a tiempo problemas que salten del mundo cripto a las finanzas tradicionales, o incluso aquellos que se expandan dentro del propio sector de los criptoactivos. La fórmula para conseguirlo pasa por endurecer los requisitos de información, tanto para las entidades financieras tradicionales y fondos de inversión expuestos, como para los emisores de stablecoins (criptomonedas estables) o proveedores de servicios de carteras digitales.

También reclaman limitar la capacidad de las criptoempresas para prestar tokens (porciones de valor de las criptomonedas, algo así como el equivalente a las acciones) a sus clientes, dado que es una forma de hacer apuestas apalancadas, así como pedir a las stablecoins que cuenten con más reservas como respaldo, después de la crisis que acabó de manera fulminante, en cuestión de días, con TerraUSD el año pasado, evaporando 18.000 millones de dólares y dejando a decenas de miles de inversores sin sus ahorros. El informe recoge otras quiebras sonadas del pasado ejercicio, negro para el sector, citando las de Voyager, Three Arrows Capital, Babel Finance, Celsius, FTX, BlockFi, Core Scientific y Genesis.

La institución elige usar el término criptoactivos en todo momento de una manera consciente, porque no las considera monedas. “Una moneda es dinero respaldado por un sistema legal que generalmente se acepta en el pago de la deuda. El dinero, a su vez, es algo ampliamente aceptado pagar pagar bienes y servicios o reembolso de la deuda, actúa como unidad de cuenta y sirve como depósito de valor. Ni los tokens sin respaldo ni las monedas estables respaldadas por reservas tienen las propiedades aceptadas del dinero”, argumenta. Lleva así la contraria a los más fervientes defensores del bitcoin, ethereum y otras, que auguran un futuro donde estas convivan e incluso sustituyan al dinero tradicional.

El aviso llega días después de que el Banco Central Europeo advirtiera de los peligros de la llamada banca en la sombra, una constelación de fondos de pensiones o de alto riesgo cuya expansión ha sido constante en la última década.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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