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Dimite el presidente del Saudi National Bank tras sus comentarios sobre Credit Suisse

Ammar Abdul Wahed Al Khudairy negó tajantemente que fuesen a inyectar más dinero en el banco suizo antes de que las acciones de la entidad se hundieran

Ammar Abdul Wahed Al Khudairy
Logo del Saudi National Bank (SNB) en la fachada de su sede en Riad, la capital de Arabia Saudí.FAYEZ NURELDINE (AFP)

“La respuesta es absolutamente no”. Estas fueron las palabras de Ammar Abdul Wahed Al Khudairy, presidente del Saudi National Bank (SNB) cuando un periodista de Bloomberg le preguntó el 15 de marzo si el banco, principal accionista del Credit Suisse hasta su compra por UBS, se planteaba inyectarle más liquidez a la entidad suiza. Dos semanas después de aquellas declaraciones, que desencadenaron un terremoto financiero en suelo europeo y que terminaron con fusión de la entidad con UBS, el SNB ha aceptado la renuncia “por motivos personales” de Al Khudairy. El hasta ahora consejero delegado del banco, Saeed Mohammed Al Ghamdi, pasará a ser nuevo presidente.

Las palabras de Al Khudairy prendieron la mecha del pánico en unos mercados que ya desconfiaban de la maltrecha entidad suiza. Despojado de repente del escudo de su mayor inversor, las acciones cayeron un 24% al cierre, tras haber llegado a desplomarse más de un 30%. Un día después de sus declaraciones, el banquero árabe trataba de calmar a los inversores en la cadena NBC, al defender que solo repetía el mismo mensaje que lleva transmitiendo el SNB desde el pasado mes de octubre. Sus palabras, defendía, fueron usadas como “excusas” para desencadenar un “pánico” que, a su juicio, era “completamente injustificado”.

Excusas o no, las declaraciones de Al Khudairy supusieron el comienzo del fin de Credit Suisse: en pocos días sus acciones se hundieron y los clientes comenzaron a retirar su dinero, agravando la fuga de depósitos superior a los 100.000 millones que la entidad ya había sufrido en el último trimestre de 2022. El jueves 16 de marzo el banco pidió 50.000 millones en préstamos al Banco Nacional de Suiza para apuntalar su liquidez. Pero el viernes, con las retiradas de depósitos acelerando a un ritmo de 10.000 millones diarios, las autoridades se convencieron de que ya no había modo de que continuara su camino en solitario: hacía falta un comprador, y el elegido fue el primer banco suizo, el UBS. La compra se formalizó por 3.000 millones de euros.

Saudi National Bank, controlado en un 37% por el fondo soberano de Arabia Saudí, adquirió una participación del 9,88% en Credit Suisse por 1.400 millones de francos suizos (1.415 millones de euros) el pasado otoño como parte de la ampliación de capital lanzada por la entidad. Aunque prometía ser rentable —pagaron en noviembre 3,82 francos por acción, un 60% menos de lo que valía dos años antes, y muy lejos del pico de más de 80 francos de 2007— el negocio ha resultado ruinoso: el banco saudí el 80% de su inversión. 1.000 millones evaporados en solo cinco meses, unos siete millones al día.

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