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ACS logra en EE UU un contrato de 725 millones de dólares para construir una planta farmacéutica

Su filial Turner levantará en Colorado en tres años una fábrica biotecnológica para Agilent

Imagen del proyecto de la fábrica que construirá Turner, filial de ACS, en Colorado (Estados Unidos) para Agilent.
Imagen del proyecto de la fábrica que construirá Turner, filial de ACS, en Colorado (Estados Unidos) para Agilent.
Miguel Jiménez

ACS ha logrado a través de su filial Turner su primer gran contrato de construcción de este año en Estados Unidos. Su filial Turner, la principal del grupo en el país, levantará unas instalaciones para producir ingredientes farmacéuticos activos en Frederick (al norte de Denver, en Colorado) por un importe de 725 millones de dólares (unos 680 millones de euros al cambio actual).

Agilent es una compañía biotecnológica con sede en Santa Clara (California), nacida en 1999 fruto de la escisión de Hewlett Packard. La nueva empresa se separó a su vez en el negocio de diagnóstico, análisis y biotecnología, que retuvo el nombre Agilent, y el de software y electrónica (Keysight). Agilent vale en Bolsa unos 45.000 millones de dólares.

El proyecto es de unos 200.000 pies cuadrados (cerca de 18.600 metros cuadrados) y permitirá a Agilent aumentar su capacidad de producción de oligonucleótidos sintéticos, que ayudan a tratar el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades raras, según ha informado la empresa. Supone la construcción de dos nuevas líneas de producción (trenes C y D) que entrarán en servicio en 2026 en las instalaciones que ya posee Agilent en Frederick, a las afueras de Denver, la capital y ciudad más poblada del Estado de Colorado, con unos 715.000 habitantes.

Estados Unidos está viviendo una fiebre de inversiones industriales al calor de su propia pujanza económica y de los incentivos proporcionados por el Gobierno para localizar la cadena de suministros. Turner, filial indirecta de ACS en Estados Unidos a través de la alemana Hochtief, está sacando partido de ello y acumula una potente cartera de pedidos en el sector industrial. El año pasado logró en consorcio con otras firmas un gran contrato de hasta 3.500 millones de dólares para la construcción de una fábrica de baterías para el vehículo eléctrico en Fayette (Ohio) para Honda y LG Energy y otra de hasta 1.000 millones de dólares para Ascend Elements, en Hopkinsville (Kentucky).

Hasta ahora, en lo que va de año, las dos principales adjudicaciones que había anunciado la compañía eran un proyecto de 73 millones de dólares para construir una residencia universitaria en la Columbia Británica (en Canadá) y otro de 85 millones de dólares para un edificio en el campus de Fort Worth, en Texas, ambos en consorcio con otras firmas. A principios de año comenzó los trabajos de construcción de un complejo turístico con un parque acuático cubierto en Mashantucket (Connecticut) por unos 300 millones de dólares.

Estados Unidos se ha convertido, con diferencia, en el principal mercado del grupo ACS. Según las cuentas de los nueve primeros meses de 2022, las últimas publicadas, el grupo que dirige Florentino Pérez logró entre enero y septiembre del año pasado unos ingresos de 13.699 millones de euros en el país, el 56% del total del grupo, tras un aumento interanual del 26% en parte propulsado por la fortaleza del dólar. A tipo de cambio constante, el incremento habría sido del 12%.

Esa facturación es prácticamente el triple de lo que generó en el segundo mercado, Australia, y el séxtuple de la cifra de negocio en el tercero, España. A 30 de septiembre pasado, además, ACS acumulaba en Estados Unidos una cartera de 34.662 millones de euros, el 49% del total del grupo.

Durante los nueve primeros meses de 2022, el grupo se adjudicó en el país la construcción de la línea de tren ligero de 16,2 millas que se extiende desde Bethesda hasta New Carrollton, en Maryland, por unos 1.300 millones de euros, a través de Dragados USA. También logró, a través de su filial Pulice, un contrato para la ampliación y mejora de la autopista IH35 en el condado de Travis (Texas), por unos 660 millones de euros. Esa misma filial ganó la construcción de una instalación de peaje de 12,2 millas en el condado de Hidalgo (Texas) por unos 250 millones. Su sociedad Flatiron logró el proyecto de mejora de la seguridad de los sistemas químicos y de desinfección de la planta de tratamiento de agua de Orinda (California), por 267 millones. Turner se adjudicó la construcción del nuevo edificio de educación sanitaria en el campus de Lexington de la Universidad de Kentucky por 225 millones de euros. Además, las diferentes filiales se adjudicaron muchos otros contratos de menor tamaño.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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