La OIT alerta de que los trabajadores aceptarán empleos de peor calidad en 2023 por la desaceleración global
La organización prevé que el empleo a escala global únicamente crezca un 1%, la mitad que en 2021
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha alertado este lunes de que trabajadores de todo el mundo se verán obligados a aceptar empleos de peor calidad como consecuencia de la desaceleración global que tendrá lugar este año. El ritmo de crecimiento del empleo caerá a la mitad en 2023 y se quedará en el 1%. Por otro lado, el paro mundial aumentará en tres millones de personas y se situará en un total de 208 millones.
Las tensiones geopolíticas —entre ellas, la guerra de Ucrania—, el proceso de recuperación desigual tras la pandemia y los problemas en las cadenas de suministro son los principales baches que están dificultando el avance de los mercados laborales mundiales. Según el informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo para 2023, una alta inflación sincronizada con un periodo de bajo crecimiento está lastrando aún más la creación de empleo. En este círculo, la organización cifra el déficit mundial de empleo –que va más allá de los parados y engloba todas las necesidades de trabajo, incluyendo quienes no buscan empleo porque no pueden compaginarlo con su vida familiar o no tienen acceso a la formación— en 473 millones de personas.
Por regiones, Europa y Asia Central perderán empleo, pero las tasas de desempleo no se dispararán debido a que el aumento de población en edad de trabajar no será significativo. En el ámbito Asia-Pacífico, en América Latina y el Caribe, el aumento del empleo rondará el 1%, pero también sufrirá un repunte el paro. Finalmente, en el caso de África y en los Estados árabes, el mercado de trabajo avanzará un 3%, pero esto se verá contrarrestado por el aumento de la población en edad de trabajar, y sus tasas de desempleo solo caerán una décima en el caso de África y un 0,3% en el caso de los Estados árabes.
Distribución desigual
Sobre este lienzo, la OIT advierte que el deterioro de las condiciones del empleo provoca que muchas personas, pese a tener un trabajo, no consigan salir de la pobreza. Se calcula que, en 2022, el número de trabajadores que vivían en situación de pobreza extrema (con ingresos inferiores a 1,90 dólares de los Estados Unidos al día por persona) era de 214 millones, lo que corresponde aproximadamente al 6,4% de las personas empleadas. En esto la inflación es determinante, ya que el alza generalizada de los precios compromete la capacidad de compra y deja los ingresos nominales cada vez más devaluados. Así, el desempleo termina por traducirse en desprotección social.
Según la OIT, los ingresos de la mitad inferior de los trabajadores del mundo equivalen aproximadamente al 8% de las rentas totales del trabajo. Esto es, el 92% de las rentas está en manos del 50% que más gana.
Las mujeres y los jóvenes son los perfiles más vulnerables. La tasa mundial de actividad de las mujeres se situó en el 47,4% en 2022, frente al 72,3% en el caso de los hombres. La diferencia son 24,9 puntos porcentuales, por lo que, por cada hombre en paro hay dos mujeres económicamente inactivas a nivel global.
En el caso de los jóvenes entre 15 y 24 años, su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los mayores de 25 años. Más de uno de cada tres jóvenes no trabajan, ni estudian y tampoco reciben cursos de formación.
Riesgo de contracción en 2023
“El menor ritmo de aumento del empleo a escala mundial significa que las pérdidas ocasionadas durante la crisis de la covid-19 probablemente no se compensen antes de 2025″, ha indicado Richard Samans, director del departamento de investigaciones de la OIT y coordinador del informe. Si comparamos los datos con 2019 –año de referencia previo a la crisis sanitaria- a escala mundial sigue habiendo 16 millones de personas desempleadas más.
El enfriamiento de las economías, en parte provocado por los bancos centrales para contener la inflación, ha lastrado la demanda de bienes y servicios de producción. Según el informe, esta circunstancia impactará en el empleo a lo largo de este año, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.
En los Estados con mayores rentas, el principal problema puede venir por el desajuste entre la oferta y los perfiles laborales. La OIT mantiene que el riesgo de que escaseen los trabajadores “cualificados” es “persistente” y advierte de que en estos países la oferta de trabajo es “escasa”.
“Ha surgido en todo el mundo un entorno de elevada y persistente incertidumbre, que contrae la inversión empresarial, especialmente de las pequeñas y medianas empresas, erosiona los salarios reales y empuja a los trabajadores de nuevo al empleo informal”, concluye la OIT en su informe.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.