Luz casi gratis durante la madrugada: las renovables y la baja demanda prolongan la racha de precios baratos
Entre las cuatro y las cinco, el megavatio hora caerá hasta los nueve céntimos por MWh, su menor nivel desde mayo de 2021. La media de la jornada será la segunda más baja en año y medio, solo por detrás del día de Navidad
La madrugada del miércoles al jueves será el momento perfecto para que los hogares con tarifa regulada de la luz programen el lavavajillas y la lavadora. También para que, quien lo tenga, cargue el coche eléctrico. El precio de la electricidad en el mercado mayorista caerá entre las cuatro y las cinco a 0,09 euros por megavatio hora (MWh), su nivel más bajo en año y medio: no se veía nada igual desde la tarde del 9 de mayo de 2021, justo antes del estallido de la crisis energética, cuando en dos tramos horarios la luz costó solo un céntimo.
La media diaria de este jueves —16,19 euros por MWh— será, también, la segunda más baja en más de año y medio, solo por detrás del día de Navidad, cuando cayó a 15,24 euros. En comparación anual, este jueves la luz costará 11 veces menos que el 29 de diciembre de 2021, cuando el precio superaba con holgura los 181 euros. La bajada la notarán directamente en su factura los consumidores con una tarifa PVPC, que bebe directamente de los precios en el mercado mayorista. El resto, particularmente los que tienen un contrato fija del mercado libre —con el mismo precio en todos los tramos horarios, todos los días del año—, solo se beneficiarán a futuro, cuando la caída sostenida de los precios obligue a las eléctricas a bajar todo su catálogo de ofertas.
La luz casi gratis en el mercado mayorista responde, en gran medida, a dos factores: la alta penetración de las renovables y la baja demanda, propia de días cuasifestivos y de temperaturas mucho más altas de lo habitual en estas fechas. La eólica, la hidráulica y la solar cubrirán este jueves algo más del 65% del consumo a lo largo de toda la jornada, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), mientras que las fuentes no emisoras de dióxido de carbono —la suma de todas las anteriores y la nuclear— rozarán el 90%. A primera hora de la tarde, esa cifra rondará el 97%. Y las centrales de ciclo combinado, en las que se quema gas para generar electricidad, no entrarán en ningún tramo horario, un detonante fundamental de los bajos precios.
De entre los grandes países de la eurozona, España será el segundo país con la luz más barata este jueves, únicamente a la zaga de Alemania, donde las fuertes rachas de viento impulsarán la eólica y arrojarán un precio medio diario de poco más de 13 euros por MWh.
“Diciembre empezó mal, pero está terminando muy bien. La demanda está muy floja y las renovables están muy fuertes, sobre todo la eólica”, apunta José Luis Sancha, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas. “Además, hasta hace dos días hemos estado exportando a tope a Francia y ahora está siendo mixto, con exportaciones e importaciones en función de la hora, y eso también está ayudando”. ¿Seguirá la tendencia bajista en las próximas semanas? “Con la guerra en medio, estos precios pueden ser flor de un día... O no. Pero mientras siga, es un factor claramente desinflacionario. Lo importante es que, ahora mismo, la luz está ya a niveles precrisis”, responde el experto.
El gas, en niveles preguerra
La bajada en el precio de la electricidad, que augura un cierre de año con la inflación picando claramente a la baja, no es la única buena noticia en los mercados energéticos europeos: la cotización del gas natural en el Viejo Continente ha caído a primera de la hora de la mañana de este miércoles hasta los 76,25 euros por MWh, su nivel más bajo desde el pasado 23 de febrero, un día antes de que Vladímir Putin empezase a bombardear Ucrania. Aunque el índice holandés TTF —el que se utiliza de referencia para el conjunto de la UE— ha concluido la jornada revirtiendo los números rojos iniciales, su abaratamiento en las últimas semanas ha inyectado una dosis de optimismo en las principales capitales continentales, empezando por Berlín, por mucho la más expuesta a la crisis del gas.
Como en el caso de la luz, la bajada del gas responde a la buena marcha de las renovables —como en España, el resto de países del bloque están quemando estos días mínimas cantidades de este combustible para generar electricidad— y a la meteorología, muy benigna para ser finales de diciembre.
Esta conjunción de factores está provocando un fenómeno anómalo a estas alturas del año: que los depósitos subterráneos de gas, lejos de bajar, sigan subiendo día tras día. Desde la víspera de Nochebuena, los almacenes no han dejado de recibir nuevas aportaciones, según los datos agregados de Gas Infrastructure Europe, hasta superar el 83% de su capacidad total. Una trayectoria que no solo infunde tranquilidad en lo más inmediato —este invierno parece prácticamente superado— sino que permite proyectar un invierno que viene algo menos tenso: cuanto menos se consuman las reservas en las próximas semanas, menos dura será la temporada de frío en 2023 tras una primavera y un verano en los que habrá que rellenar los depósitos sin la muleta del suministro ruso.
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