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Thorben Albrecht: “Los sindicatos estamos en medio de un proceso de aprendizaje”

El representante de los trabajadores del metal alemán lamenta que los salarios vayan por detrás de la inflación y que las empresas estén protegiendo sus márgenes

Thorben Albrecht, presidente del sindicato del metal de Alemania.
Thorben Albrecht, presidente del sindicato del metal de Alemania.Álvaro García
Gorka R. Pérez

Con la niebla de la inflación desenfocando la economía mundial, el mercado de trabajo lucha por mantenerse dentro de un carril cada vez más zigzagueante. Thorben Albrecht (Luneburgo, Alemania, 52 años), director de política del sindicato metalúrgico alemán IG Metall, defiende que es precisamente en los momentos de mayor incertidumbre cuando la representación de los trabajadores se la juega. Antes de participar en el evento “El papel de los sindicatos en la FP Dual: la visión desde Alemania y España”, celebrado en el Espacio Bertelsmann, atiende a EL PAÍS en la recepción de un céntrico hotel de Madrid.

Pregunta. ¿Considera que la inflación está eclipsando los problemas económicos reales de muchos países?

Respuesta. Creo que la subida de los precios es el problema principal para la gente. Pero eso no puede dejar de lado otras transformaciones muy necesarias que se están llevando a cabo en estos momentos, como la ecologización de las industrias y la digitalización. Están ahí para quedarse y tienen que ser abordadas ahora.

P. ¿Es necesario que se plantee un debate acerca de los acuerdos comerciales bilaterales de la UE?

R. Con la guerra de Rusia en Ucrania estamos viendo cómo los riesgos geopolíticos están aumentando. El Gobierno chino está sustituyendo más y más productos industriales de fuera de China por productos propios. También EE UU, con la Ley de Reducción de la Inflación, está lanzando ayudas para la compra de vehículos eléctricos fabricados allí y eso distorsiona la competencia. Con la pandemia hemos aprendido que tenemos que diversificar nuestras economías, lo que significa que tenemos que pensar en quiénes deberían ser nuestros futuros socios comerciales y cómo establecer buenas condiciones con ellos. Pero también es importante para nosotros, como sindicatos, que se tengan en cuenta los derechos de los trabajadores y los derechos humanos en este tipo de acuerdos.

P. ¿Cree que las políticas proteccionistas que están desplegando algunos países son una respuesta al temor por la situación actual o una estrategia a largo plazo?

R. Creo que tiene más que ver con la situación actual, pero lo que realmente tenemos que pensar es en qué países podemos diversificar las cadenas de suministro, sin olvidar los derechos humanos, los derechos de los trabajadores y las normas medioambientales.

P. ¿Es posible conjugar ese respeto por el medioambiente con preservar las condiciones laborales y estimular la transformación de la producción?

R. Lo cierto es que la realidad actual dice lo contrario. Nosotros, como representantes de los trabajadores, tenemos que pensar en nuevos modelos de negocio porque la dirección no lo hace. Solo piensan en los beneficios y en las estrategias a corto plazo, y esto es un problema. Pero claro, ahora, en esta situación de la inflación, podemos ver que los beneficios siguen siendo muy altos. En Alemania llevamos a cabo una serie de huelgas con las que conseguimos un buen acuerdo salarial en el sector del metal (del 8,5% en los dos próximos años).

P. ¿Están las empresas trasladando el aumento de los costes a los precios para proteger sus beneficios?

R. Algunas los están haciendo, es cierto, pero otras se encuentran en una situación difícil. Aun así, algunas empresas energéticas tienen unos beneficios extraordinarios muy elevados, y por eso en Alemania se están aprobando impuestos para gravar estos beneficios.

P. ¿Hay una crisis mundial de salarios?

R. Ciñéndome a la situación en Alemania, que es la que más conozco, es cierto que tenemos salarios altos, pero también tenemos una alta productividad y altos beneficios. Así que creo que es una cuestión de justicia que los salarios en general sean tan altos allí en este momento. Ahora, podemos ver que los salarios en promedio, incluso en Alemania, van por detrás de la inflación. Así que hay algunos sectores, como el del metal, en el que ya tenemos buenos convenios colectivos, pero en otros sectores, donde los trabajadores están en una posición mucho más débil porque no gozan de una representación fuerte, habrá que negociar mejoras salariales.

P. Durante su etapa como secretario de Estado en el Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales (2014-2018) impulsó la aprobación del salario mínimo en Alemania. ¿Qué efectos ha tenido en la economía del país?

R. Tuvimos que hacer frente a los argumentos que se utilizan habitualmente en su contra, como que destruiría empleo. Pero hemos visto que solo han desaparecido puestos con jornadas parciales muy cortas, de una o dos horas. En general, se han aumentado los puestos de trabajo en Alemania. Ahora se ha vuelto a aprobar una nueva subida (de 12 euros la hora desde octubre) que tampoco ha producido ningún efecto negativo en el empleo.

P. ¿Atraviesa el mercado de trabajo una de sus mayores transformaciones?

R. Estamos en un momento de cambio, pero no será mayor que cuando entramos en la digitalización. Se están dando pasos adelante muy importantes en algunos sectores, como en la industria del automóvil, fundamental para Alemania. Hemos entrado en una transición de los motores de combustión a los motores eléctricos, además de todas las cuestiones digitales que rodean la conducción autónoma. Esto va a provocar que se generen una gran cantidad de puestos de trabajo muy técnicos que van a tener que cubrirse.

P. ¿Cree que los sindicatos podrán adaptarse a las nuevas formas de trabajo, cada vez menos relacionadas con la presencia física en un centro u oficina?

R. Bueno, soy bastante optimista en cuanto a que los sindicatos están ahí para quedarse. Es cierto que existen algunos debates sobre si son algo del pasado. Pero hemos visto que en periodos de crisis los trabajadores se dan cuenta de que son muy débiles si no están bien representados. Pero los sindicatos también tienen que cambiar. Antes hablaba del tipo de puestos que va a demandar el sector automovilístico. Tenemos que saber organizarnos para los nuevos grupos de trabajadores. Los sindicatos tienen que asegurarse de que no solo son atractivos para los trabajadores de producción, sino también para los de software.

P. ¿Es el mayor reto al que se han enfrentado en las últimas décadas?

R. Durante la pandemia nos resultó difícil llegar a los trabajadores porque no se podía entrar en la fábrica o en las oficinas. Pero aprendimos a hacerlo. Con las plataformas, los sindicatos están empezando cada vez más a ser capaces de organizar a los trabajadores, a luchar por sus derechos, para que no sean vistos como autónomos, sino como empleados. Así que creo que estamos en un proceso de aprendizaje.

P. Enfrente tiene a gigantes como Amazon o Twitter.

R. He visto que hay trabajadores de Twitter tratando de contactar con la persona que creó el sindicato en Amazon. A Elon Musk lo conocemos bien en Alemania, porque está construyendo una enorme fábrica de coches allí. Y ahora estamos organizando a los trabajadores para el primer Comité de Empresa.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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