Contar fijos discontinuos
La reforma laboral articuló cuatro modalidades distintas para este contrato y terminará transmitiendo una fotografía adecuada del mercado de trabajo
El principal objetivo de la reforma laboral pactada en 2021 era reducir la alta temporalidad de nuestro mercado de trabajo, lo que exigía estrechar legalmente sus márgenes y, simultáneamente, ampliar los espacios del contrato de trabajo fijo discontinuo que combina períodos de actividad e inactividad. La flexibilidad de la temporalidad, en determinadas estructuras productivas especialmente volátiles al mercado, debía ser sustituida, en parte, por la flexibilidad del contrato indefinido a tiempo completo, discontinuo o a tiempo parcial. En este tipo de trasvase estaba la virtud de reducir la temporalidad siguiendo la senda de crecimiento del empleo.
Este objetivo de la reforma se está cumpliendo porque la reducción de la temporalidad en el sector privado es muy alta, así como el aumento de la contratación indefinida, con un efecto positivo en disminución del desempleo. En este contexto destaca el fuerte crecimiento de los fijos discontinuos, con dos millones de nuevos contratos, lo que está poniendo el foco en su cómputo estadístico y su relación con los buenos datos del paro, al constar, durante sus períodos de inactividad, como demandantes de empleo con relación laboral que pueden suscribir otros contratos de trabajo.
La reforma articuló cuatro modalidades distintas de fijo discontinuo en el sector privado que se deben tener en cuenta en este cálculo estadístico: estacional, intermitente, contrata y empresa de trabajo temporal. Los tiempos de actividad del fijo discontinuo de contrata son continuos y plurianuales, reflejando un empleo equiparable al de un fijo ordinario, los estacionales tienen largos períodos de actividad, interrumpidos por circunstancias cíclicas de mercado, los de empresas de trabajo temporal prestan servicios continuamente a distintas compañías, y los intermitentes son los más expuestos a estructuras productivas volátiles.
La separación de estos cuatro tipos de fijos discontinuos ofrece luz a este cómputo estadístico, que terminará reflejando los tiempos reales de actividad de los trabajadores, sea cual sea su modalidad contractual, transmitiendo una fotografía adecuada del estado de nuestro mercado de trabajo.
La Ley solo canaliza, en distintas flexibilidades —antes la temporalidad, ahora la contratación indefinida flexible— las necesidades derivadas de la estructura productiva y el mercado, que es donde se genera el empleo retribuido. Conviene no olvidar esta premisa porque, a veces, se reprocha a la Ley, o incluso a la estadística, lo que solo es resultado, afortunadamente, del mercado en economías capitalistas.
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