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El grupo chino Chery se interesa por la fábrica de Nissan en la Zona Franca al término del plazo para presentar proyectos

El ‘hub’ de electromovilidad liderado por QEV, que ha recibido 107 millones del PERTE, presentará mañana su propuesta tras aliarse con Goodman

Josep Catà Figuls
Planta de Nissan en Zona Franca (Barcelona).
Planta de Nissan en Zona Franca (Barcelona).

El plazo para presentar proyectos que permitan reindustrializar la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona termina el próximo día 31. La fecha se ha prorrogado hasta en tres ocasiones, pero este jueves la mesa de reindustrialización (formada por la dirección de Nissan, el Gobierno, la Generalitat y los sindicatos) ha decidido que el lunes se tiene que cerrar la decisión y que ya no habrá más prórrogas. El hub de electromovilidad D-Hub, liderado por QEV Technologies y BTech, es el favorito: ha conseguido 107 millones de euros del PERTE de automoción, y ha alcanzado un acuerdo con la compañía de logística Goodman para presentarse conjuntamente a la licitación, proyecto que anunciarán oficialmente este viernes. Pero a última hora se ha sumado un nuevo contendiente, aunque viejo conocido: el grupo chino de automoción Chery, que en 2010 ya dijo que quería instalar una fábrica en Cataluña, comunicó a la mesa de reindustrialización el pasado lunes su interés por los terrenos de Nissan, un movimiento avanzado por TV-3. La predisposición de Chery entra en el tiempo de descuento, y aunque fuentes de la mesa no descartan que presente un proyecto, ven difícil que pueda conformar en pocos días una alternativa.

El interés de Chery ha llegado, según fuentes cercanas, a través de una carta que recibió el lunes el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, propietario de los terrenos que se tienen que sacar a licitación. El grupo chino pedía una nueva prórroga para desarrollar una propuesta de instalarse en los terrenos de Nissan con la fabricación de sus vehículos eléctricos, pero la mesa de reindustrialización ha decidido no dilatar aún más el plazo, una situación que está tensionando a los más de 1.200 trabajadores de Nissan que esperan ver si serán recolocados en la nueva empresa que se haga cargo de las instalaciones. En un comunicado, los sindicatos han destacado que la mesa “ve positivo el interés de dicha empresa”, pero que por “temas legales de la licitación se ha decidido no aplazar más el proceso y mantener el calendario establecido”. Chery tiene ahora hasta el lunes para presentar un proyecto, lo que se antoja difícil. Tiene además el precedente de Great Wall Motors, otro grupo de automoción chino que tenía interés en reindustrializar Nissan al inicio del proceso, pero que desistió. Y el precedente de la propia Chery, que en 2010 llegó a prometer al entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, que analizaría la viabilidad de instalar una fábrica en Cataluña, pero el proyecto no llegó a ningún lado.

Por su parte, QEV Technologies, que lidera el hub de descarbonización y electromovilidad que quiere hacerse con la planta de la Zona Franca, ha anunciado este jueves que ya ha alcanzado un acuerdo con una empresa logística, la australiana Goodman, para presentarse conjuntamente a la licitación. El proyecto se presentará este viernes. La financiación se llevará a cabo con los 107,8 millones de euros que se adjudicó el hub en la primera tanda del PERTE de automoción, y mediante los avales que está negociando la empresa con los bancos. “Después de la publicación de la asignación del PERTE, estamos negociando con los bancos y en las próximas semanas presentaremos los avales correspondientes. En paralelo también estamos acabando de cerrar el contrato final con nuestros inversores”, ha explicado Joan Orús, consejero delegado de QEV, a Efe.

Tras cerrar la alianza, un paso necesario para terminar de cerrar el proyecto para el que se pide una inversión mínima de 100 millones de euros, Goodman utilizará para actividades logísticas parte del terreno que deja Nissan, mientras que se alquilará el resto al hub para su actividad industrial. Esta actividad, que incluirá la fabricación de vehículos comerciales eléctricos, prevé crear más de 7.000 empleos entre directos (unos 1.000) e indirectos. La propuesta que se haga con la licitación tendrá que compartir espacio con el fabricante de motos eléctricas Silence, que ya está llevando a cabo las reformas de una parte de las instalaciones, que según los sindicatos terminarán al inicio de 2023, cuando podrán empezar a desarrollar su actividad.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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