Philips recorta 4.000 empleos en todo el mundo tras la retirada de sus aparatos para la apnea del sueño

La multinacional holandesa Philips suprimirá unos 4.000 empleos en todo el mundo, debido a los malos resultados causados, en gran parte, por los problemas de fabricación de sus aparatos para la apnea del sueño. La empresa debe sustituir 5,5 millones de estos dispositivos por el riesgo para la salud de la espuma que contienen, por lo que se expone a demandas ante la justicia. El recorte laboral alcanzará a algo más del 5% de los empleados (la plantilla global llegaba a los 78.000 trabajadores en 2021) y costará unos 300 millones de euros a lo largo de los próximos meses. En Países Bajos, supondrá el despido forzoso de 400 trabajadores. Se trata de la primera decisión anunciada por el nuevo director ejecutivo de la compañía, Roy Jakobs. Su antecesor, Frans van Houten, anunció en agosto su marcha anticipada, atribuida al caso de la maquinaria defectuosa para prevenir las pausas respiratorias.

En un comunicado publicado este lunes, Philips señala que entre julio y septiembre, las ventas sumaron 4.300 euros, un descenso del 5% con respecto al mismo periodo del año anterior. Con 209 millones de euros, el beneficio ha caído un 60% comparado con el tercer trimestre de 2021, cuando llegó a 512 millones. Los pedidos también bajaron, un 6% en relación al año pasado y los ingresos de las operaciones ordinarias resultaron en una pérdida de 1.500 millones de euros. A principios de septiembre, la compañía señaló que asumiría un cargo adicional de 1.300 millones de euros para compensar los efectos de los problemas originados por sus máquinas para la apnea.

Los obstáculos en la cadena de suministro, padecidos a su vez por otras firmas, se notarán en Philips hasta finales de 2022, según sus cálculos. “Mi prioridad es mejorar nuestras operaciones para recuperar la confianza de pacientes, consumidores y clientes. Ello incluye la difícil, pero necesaria, decisión de reducir con efecto inmediato nuestra fuerza de trabajo. Algo que no hacemos a la ligera”, explica Jakobs, en el mismo escrito. Junto a los despidos obligados en Países Bajos, las vacantes para otros 400 puestos no serán convocadas y tampoco se renovarán los correspondientes contratos temporales.

Philips ha pasado a especializarse en tecnología médica, y los fallos de las máquinas para la respiración han repercutido mucho más de lo esperado en su hoja de resultados. Se trata de una aparato externo con una mascarilla colocada en la cara del paciente, y que tiene un tubo largo y ancho. En su interior, hay un filtro que asegura el flujo de aire limpio. En las defectuosas, sin embargo, la espuma usada para amortiguar el ruido podía liberarse durante su limpieza formando partículas nocivas susceptibles de ser inhaladas. Los aparatos han sido vendidos a escala mundial y Philips ha establecido una retirada voluntaria del mercado de los modelos afectados.

Este septiembre, la asociación de inversores de la compañía holandesa (VEG, en sus siglas neerlandesas) calculó en 16.000 millones de euros, el daño causado a sus miembros “por haber sido presuntamente mal informados, como los pacientes, acerca de la trascendencia de estos problemas”. Debido a la consiguiente devaluación de sus activos, el VEG advertía en una carta remitida a la dirección de Philips de que acudiría a los tribunales “en demanda de daños y perjuicios”, si no obtenían una respuesta. La empresa ha encargado una serie de informes sobre lo ocurrido. Por otra parte, unos 600 pacientes holandeses que usaban estos dispositivos acudieron este febrero a la justicia para pedir que el Gobierno haga públicos documentos confidenciales. Son notas que tienen que ver con las investigaciones relativas a los riesgos, y con el intercambio de información entre el ministerio de Sanidad y Philips. Los abogados que representan a este grupo han confirmado a los medios holandeses la demanda.