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El abandono del MidCat por el BarMar provoca alivio entre los alcaldes de Girona y escepticismo entre los ecologistas

El alcalde de Hostalric, donde acaba el actual tubo, no se plantea por ahora pedir que se desmantele la obra subterránea

Midcat Hostalric
entro transportador del gasoducto Midcat en Hostalric (Selva), donde quedó paralizado el proyecto de interconexión entre España y Francia /Toni FerragutToni Ferragut (EL PAÍS)

El anuncio del abandono del proyecto de gasoducto MidCat, que debía transportar gas de España a Francia recorriendo las comarcas de Girona, ha generado alivio entre los alcaldes de la provincia. Los regidores celebran que el nuevo proyecto evitará que se siga “trinchando” el territorio y piden explicaciones sobre inversiones realizadas en el pasado, que juzgan “inútiles”. Los ecologistas, agrupados en la Plataforma Resposta al Midcat, ven con escepticismo la nueva propuesta del BarMar como “corredor de energía verde” y critican que “ningún gasoducto puede ser verde” y que “solo el 1% del hidrógeno es verde”. Exigen, además, a los gobiernos “que no demoren una transición energética justa hacia las renovables”.

Desde la Plataforma, que se reactivó este año debido al interés por recuperar el proyecto, lamentan “la ocasión perdida” para apostar por una transición energética justa hacia las renovables, al considerar que el proyecto sigue siendo “una apuesta por los combustibles fósiles”. “Ningún gasoducto puede ser verde, menos si debe transportar gas, aunque sea transitoriamente”, afirman desde la entidad.

Los ecologistas exigen a los diferentes gobiernos, también el catalán, y a la Unión Europea, que no posterguen la transición hacia las renovables y que se afecte lo menos posible al territorio y la biodiversidad. Es por ello que afirman que se seguirán oponiendo a cualquier infraestructura fósil, “ya sea MidCat, BarMar, gasoducto subacuático Barcelona-Livorno, o cualquier otra, ya que ninguna dará respuesta a la crisis energética actual”, que recuerdan que está disparando la inflación hasta niveles récord y obligando a los países a adoptar restricciones.

La CUP mantiene su posicionamiento contrario. La diputada Montserrat Vinyets considera que “lo del hidrógeno verde es para envolver con una palabra que agrade a la Unión Europea, porque sigue siendo para combustibles fósiles”. Además, cuestiona la construcción de “una infraestructura para un combustible que no existe” y se pregunta qué pasará con el gasoducto ya construido. “Muchas veces el negocio está también en la ejecución”, recuerda Vinyets, quien critica que “nadie asuma las responsabilidades de obras que no sirven para nada”.

Desde el Consejo Comarcal de la Selva, su presidente y alcalde de Caldes de Malavella, Salvador Balliu (Junts), que siempre ha criticado la “falta de transparencia” del MidCat y tener que “informarse por la prensa”, reitera sus reparos pero se muestra “contento y aliviado” que el proyecto “no pase por aquí”. “Había propuestas muy descabelladas y ya tenemos el territorio bastante trinchado”, ha afirmado. El alcalde reclama “explicaciones” de “las inversiones inútiles” como la del MidCcat. En cuanto al BarMar, denuncia no disponer de información. “Esperamos que no afecte ni al medio ambiente ni a la Costa Brava”, añade.

Por su parte Nil Papiol (ERC), alcalde de Hostalric, donde se quedó anclada la actual obra, apunta que “ahora está restaurado como si no hubiera nada debajo” y que no se ha planteado pedir que lo quiten. “Solicitar que lo desmantelen tendría más coste a nivel ambiental que dejarlo allí, el mal ya está hecho”, indica. Sin embargo, critica que “a sus impulsores les ha faltado mucha planificación”.

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