Sánchez, Macron y Costa pactan un corredor de energía verde entre Barcelona y Marsella en vez del MidCat
España y Portugal entierran el gasoducto por los Pirineos pero a cambio logran una interconexión por el fondo marino. El presidente cree que es una “muy buena noticia para España, Portugal, Francia y Europa”. Alemania también celebra un acuerdo que acaba con unas negociaciones en “punto muerto”
España, Francia y Portugal han decidido enterrar el proyecto de gasoducto MidCat por los Pirineos, al que París se oponía férreamente por motivos estratégicos pero también de resistencia ecologista, y a cambio han pactado promover una alternativa “más ecológica” que irá por mar entre Barcelona y Marsella y que ya se ha apodado BarMar. El nuevo proyecto, un “corredor de energía verde” de más de 360 kilómetros bajo el mar pensado sobre todo para llevar hidrógeno verde, la energía del futuro según los expertos, y solo de forma muy residual gas, ha sido acordado en la reunión celebrada en Bruselas este jueves entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro portugués, António Costa.
“Hemos llegado al acuerdo de sustituir el proyecto del MidCat por un nuevo proyecto que se va a denominar corredor de energía verde y que va a unir la Península Ibérica a Francia y, por tanto, al mercado energético europeo”, ha anunciado Sánchez al entrar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos en la capital comunitaria. Según ha explicado, se construirá para ello una “tubería para hidrógeno verde” entre Barcelona y Marsella, aunque, en vista de la crisis energética en marcha, también podrá transportar en un periodo de “transición” el gas que necesite el mercado energético europeo.
En la delegación española lo tienen claro: era esto o nada. Porque Macron no iba a ceder con el MidCat. Así que el Gobierno ha buscado una alternativa -el BarMar es una propuesta española, insisten fuentes del Ejecutivo- y ahora incluso dice que es mejor que el gasoducto, aunque es probable que tarde más en llevarse a efecto y no facilita la idea de que España pueda aprovechar su capacidad de regasificación -el 30% del total europeo- para repartir su gas sobrante a países que lo necesitan como Alemania, que era el gran argumento político de Sánchez y el que hizo que lograra el apoyo entusiasta al MidCat del canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz. España y Portugal trabajarán ahora para que este nuevo proyecto, cuyo coste aún no se conoce, pueda ser financiado con dinero europeo. Fuentes francesas destacan que han logrado lo que querían, esto es acabar con la idea de un nuevo gasoducto por los Pirineos, y a cambio han logrado una alternativa verde.
La iniciativa se ha puesto encima de la mesa muy al final del proceso. La semana pasada, según fuentes del Ejecutivo, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, presente hoy en la reunión de Bruselas con sus homólogos francés y portugués, empezó a trabajar en esta alternativa ante la certeza de que Macron no iba a ceder. La estudió con Enagás, con larga experiencia en tubos submarinos, y vieron que era viable y mejor que la alternativa por Livorno (Italia), que es más del doble de distancia. Los equipos empezaron a trabajarlo para llevarla a la reunión de hoy, pero hasta el encuentro de los líderes no se ha desbloqueado. Macron llegó con posiciones muy duras y el Elíseo lanzó mensajes de rechazo rotundo al MidCat el miércoles sin ofrecer alternativas. Finalmente, en el encuentro, Macron insistió en que el MidCat debía descartarse -es el primer punto del comunicado- y Sánchez ofreció esta salida para no tener que ir a la alternativa italiana, que también tiene su complejidad política con un gobierno ahora en manos de la ultraderechista Giorgia Meloni.
Ribera pensó que con esta idea del Barcelona-Marsella se le daba también una salida política a Macron, porque en Francia el rechazo al gasoducto por los Pirineos es importante y el presidente galo temía una revuelta larga que pudieran aprovechar sus rivales políticos, con protestas de ecologistas y de todo tipo de colectivos. Al final de la cita, tanto Sánchez como Ribera estaban muy satisfechos porque han logrado un acuerdo con Francia para una gran infraestructura que debería financiarse con fondos europeos. El miércoles por la noche, vistas las posiciones francesas, la delegación española temió que la cita, que ya se había desplazado de París a Bruselas, fuera un fiasco. Al final los tres presidentes estaban contentos con la solución, aunque ahora habrá que ver en qué queda realmente porque de momento se trata de un proyecto sin muchos detalles, más bien una decisión política. El BarMar tiene además el apoyo de la Generalitat catalana. Su presidente, Pere Aragonès, de ERC, que precisamente estaba en Bruselas, aseguró que ha estado informado en todo momento y dijo que la propuesta “va en la buena dirección porque refuerza el rol estratégico que va a jugar Cataluña en el nuevo mapa energético europeo”.
También Berlín se ha declarado satisfecho con un acuerdo que, según fuentes gubernamentales alemanas en Bruselas, sirve para desatascar el “punto muerto” en el que había quedado la discusión sobre el MidCat. “Nos parece bien, muy bien” el nuevo proyecto, señalaron las fuentes, según las cuales el canciller Scholz fue informado del acuerdo tripartito antes de que fuera anunciado públicamente.
Aunque hasta hace nada Sánchez seguía apostando por el MidCat como principal propuesta de interconexión energética, el jefe de Gobierno español ha celebrado el acuerdo con París y Lisboa como una “muy buena noticia” tanto para los tres países implicados como, sobre todo, ha dicho, para Europa. “Estamos haciendo un ejercicio de solidaridad, de compromiso solidario con el resto de Europa y esa solidaridad es coherente, consecuente, con nuestra apuesta por la transición energética verde, por la transición ecológica”, ha declarado.
El comunicado conjunto que han pactado los tres países como colofón de la reunión es muy claro. Primero, da por muerto con rotundidad el MidCat, como quería Macron para zanjar un asunto que le persigue hace meses con una fuerte presión, no solo española y portuguesa, sino también alemana. A cambio de esa cesión española y portuguesa de abandonar un proyecto clave que podía estar listo en poco tiempo, Francia se compromete a desarrollar el BarMar como una prioridad. Pero también exige que España y Portugal concluyan las interconexiones verdes entre los dos países previstas entre Celourico da Beira y Zamora (CelZa).
El texto pactado señala el BarMar como “la opción más directa y eficiente para conectar la península Ibérica con Europa central. Ante las resistencias de Macron al MidCat, Sánchez había apuntado en algún momento la alternativa por Italia, también por el mar. Pero la clave del acuerdo es que no será un gasoducto, que Macron rechazaba, sino una tubería pensada para hidrógeno verde que pueda llevar de forma puntual gas. Es un concepto muy diferente. También acuerdan los tres países acelerar las interconexiones eléctricas y en especial la que ya se está construyendo en el golfo de Vizcaya. Además, se ha pactado una reunión de los tres líderes en Alicante el 9 de diciembre para rematar todos los detalles del proyecto y su financiación.
Resistencia férrea
En materia de MidCat, Macron ha demostrado una resistencia imbatible a todo tipo de presiones, incluidas las del otro gran motor europeo, Alemania. En la cumbre de Praga, hace dos semanas, en la delegación española se levantaron grandes expectativas por la reunión, ya que fue el propio Macron el que propuso el encuentro tripartito y planteó que fuera en París, algo que finalmente se ha descartado. Pero el Elíseo se había encargado desde entonces de ahogar las expectativas de que Macron pudiera cambiar de opinión sobre su frontal oposición al MidCat.
“Nuestra posición sobre el MidCat es constante, no ha cambiado y reside sobre la constatación de que este proyecto no presenta viabilidad económica y medioambiental en lo que nos concierne”, zanjaron fuentes de la presidencia francesa en vísperas del encuentro de este jueves en la capital belga. “Sabemos que las perspectivas del proyecto MidCat son a cinco o seis años, lo que no aporta nada a la seguridad energética, ni de Francia, ni de la península Ibérica, ni de Europa a corto plazo”, insistió el Elíseo. Significativo fue en este sentido también que Alemania no fuera invitada a la reunión en Bruselas previa a la cita europea en la que, finalmente, se ha apostado por un nuevo gasoducto.
Francia había planteado la cita de este jueves como una oportunidad para buscar nuevas alternativas y, según todas las partes, el nuevo corredor verde, cuyos detalles se empezarán a concretar en un nuevo encuentro tripartito en diciembre en Alicante, cumple las expectativas de todos. Este “acuerdo político conjunto” logra el objetivo de España y Portugal de acabar con su aislamiento energético, mientras que está “a la altura” de la política de transición energética francesa, ha declarado al respecto Macron.
Los tres mandatarios se han comprometido a trabajar intensamente las próximas semanas para volver a encontrarse en diciembre, esta vez en España con ocasión de la cumbre Euromed, que se celebra en Alicante el 8 y 9 de diciembre, para llegar con un proyecto más concretado. Según Sánchez, en esa nueva cita se buscará dar respuesta a tres cuestiones “fundamentales”: los plazos para la inversión, el reparto de costes y el volumen de recursos económicos que se van a tener que implicar para “hacer realidad una demanda que España lleva años planteando al Gobierno francés”. Será en Alicante cuando se pueda ver qué dimensiones tiene el proyecto y se pase de la decisión política a la concreción, sobre todo para ver qué viabilidad técnica tiene esta salida que se le ha ocurrido a España frente al bloqueo francés al MidCat.
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