Disney cree que su servicio de televisión a la carta no será rentable hasta 2024 pero no teme perder suscriptores
La compañía estadounidense desvela decenas de estrenos para los próximos dos años, además de nuevas atracciones en sus parques
La tarde del sábado, dos fanáticos de Marvel caminaban rumbo a uno de los hoteles que rodean el centro de convenciones de Anaheim, donde este domingo se celebraba la convención D23 de Disney. Uno de ellos se mostraba escéptico con lo que Kevin Feige, el presidente del popular estudio de cintas de superhéroes, había anunciado con frenético ritmo en una sesión de cerca de tres horas. Los ejecutivos de aquel y otros estudios propiedad de Disney desvelaron entonces 23 proyectos, entre películas y series, algunas de las cuales ni siquiera han sido filmadas todavía, que llegarán a las salas de cine y al servicio de streaming en los próximos dos años. El viernes, Disney hizo algo similar, con los estudios de animación.
El sentimiento de los jóvenes fue compartido por muchos entre los miles de asistentes al escenario principal de la convención, por donde desfilaron decenas de celebridades que protagonizarán los proyectos de los estudios LucasFilms, Marvel, 20th Century Fox, Pixar y Walt Disney Animation. Por el escenario pasaron Diego Luna, Brie Larson, Pedro Pascal, Tom Hiddleston, Harrison Ford, Phoebe Waller-Bridge, Gael García Bernal y Don Cheadle, entre muchos otros. Aunque no estuvieron allí físicamente, el público pudo saber que Olivia Colman se suma al universo Marvel en una serie llamada Secret invasion y escuchar del propio James Cameron, en remoto desde Nueva Zelanda, algunos detalles sobre las nuevas entregas en tercera dimensión de Avatar. La segunda parte de la exitosa cinta llega en diciembre a las salas. La tercera parte se estrena en 2024.
El consejero delegado de Disney, Bob Chapek, había prometido la mañana del viernes una D23 llena sorpresas y anuncios para conmemorar los 100 años de la compañía, fundada en 1923. Era también la primera gran presentación en sociedad para el ejecutivo, quien llegó al cargo en febrero de 2020 sustituyendo a Bob Iger, quien convirtió a Disney en un gigante con la compra de propiedad intelectual de otros estudios y que hoy es explotada por la marca del ratón, el universo de George Lucas, Pixar, Marvel y Fox.
Chapek, quien apareció en la D23 con una barba que le daba un aspecto más relajado, tuvo un arranque turbulento en el cargo. Tomó el timón en la pandemia y debió preparar el regreso a los parques y lidiar con las autoridades chinas, cuyos protocolos sanitarios han lastrado el parque de diversiones de la empresa en Hong Kong. También se enfrentó con Scarlett Johansson, una de las grandes estrellas de Hollywood, por las formas de distribución de las películas. Disney ha fijado su ventana, el periodo que tarda en llegar un estreno en las salas a su servicio, entre los 30 y los 45 días.
El mayor escándalo que enfrentó Chapek fue interno. Su tibieza ante una conservadora ley en Florida que impide hablar de homosexuales y género en las escuelas, creó una pequeña revolución entre los empleados, que necesitó de una operación de control de daños para acallarla. La polémica no destacó en la D23, aunque no era el mejor lugar para evidenciar el descontento. La mayoría de los asistentes son fanáticos dispuestos a pagar entre 79 y 899 dólares para tener acceso a tres jornadas de novedades y compras de objetos exclusivos de colección.
Este domingo, Chapek se refirió de paso al incidente en una entrevista con Los Ángeles Times. “Por primera vez pudimos oír las opiniones sobre estos asuntos que podían haberse estado enquistando de forma silenciosa antes de que la gente se sintiera cómoda expresando sus puntos de vista”, dijo. El consejero delegado logró que le extendiesen hace unas semanas su contrato por tres años, a pesar de que los precios de los títulos de la empresa se han dejado un 26% en 2022.
La avalancha de títulos ha sido la carta de presentación no solo ante decenas de miles de fanáticos, también para el millar de periodistas de todo el mundo invitados por la empresa a cubrir los tres días de eventos. Muchos se preguntaban hasta cuándo Disney podrá mantener el ritmo de crecimiento que ha mostrado su plataforma de streaming cuando rivales como Netflix comienzan a perder suscriptores.
A pesar de haber sido lanzado solo hace tres años, Disney+ ya opera en 106 mercados y cuenta con 152 millones de abonados. La cifra crece a 221,1 si se integran otras marcas globales del grupo. El servicio tuvo un segundo trimestre notable, con 20 millones de suscriptores nuevos, 60% más de lo que esperaban los analistas. De acuerdo a las previsiones, el servicio de televisión a la carta no será rentable hasta 2024, cuando debe llegar a 165 millones de clientes. La empresa necesita aumentar los ingresos a los parques de atracciones y en su línea de cruceros para mantener la caja llena. Por ello, los ejecutivos anunciaron durante este fin de semana un tercer juego en el campus de los Avengers dedicado a Thanos, en Disneyland, y el Disney Treasure, un nuevo barco (el sexto en la flota), que comenzará a operar en 2024.
La gran duda es si Disney va a consolidar sus diferentes plataformas bajo el paraguas de Disney+. Actualmente, la compañía tiene una muy vasta oferta de entretenimiento general dividida en cinco mercados: Estados Unidos, América Latina, Europa, India y Asia Pacífico. No hay una estrategia única. En Latinoamérica e India, por ejemplo, los deportes son un trampolín para el crecimiento. Hotstar, uno de los servicios que tiene la empresa en la India, pasó de emitir 29 partidos de cricket el primer trimestre de este año a 64 el pasado.
En Europa, la compañía no ha podido competir en el reñido mercado de los derechos de transmisión deportivos. “En las dos grandes áreas donde no tenemos deportes, Europa y Asia pacífico, hemos decidido enfocarnos en la producción de entretenimiento en lugar de salir a pelear derechos”, señaló este sábado Rebecca Campbell, presidenta de Contenidos Internacionales y Operación. La ejecutiva subrayó que la aplicación de Disney+ ha sido actualizada recientemente para transmitir eventos en directo, por lo que la posibilidad no se cierra del todo para el futuro.
Inversionistas activistas han promovido en las últimas semanas que Disney ponga a la venta ESPN, la cadena de deportes. La firma de inversión Third Point, quien tiene un 0,4% de la compañía, algo más de 1.000 millones de dólares, pretende que los ejecutivos la vendan, lo que permitiría a la compañía hacerse con un gran flujo de efectivo. Esto ante la pérdida de abonados de ESPN en la televisión por cable. Este domingo, Chapek rechazó desde Anaheim que esté pensando en deshacerse de la cadena y ha señalado que pretende convertirla en una máquina de crecimiento. El consejero delegado, no obstante, ha reconocido que el futuro del negocio directo a los consumidores podría encontrarse en Europa, donde la aplicación de Disney+ engloba seis servicios que en otras áreas del mundo están repartidas en otras marcas.
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