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Las empleadas del hogar celebran las mejoras pero mantienen su lucha: “Reivindicamos estar en el régimen general’

Sindicatos y asociaciones acogen con satisfacción y a la vez cautela el real decreto que les da más protección y derecho a paro

Empleadas del hogar, en una imagen de archivo, reclaman frente al Congreso de los Diputados por sus derechos laborales.
Empleadas del hogar, en una imagen de archivo, reclaman frente al Congreso de los Diputados por sus derechos laborales.EFE

Los sindicatos y las asociaciones que agrupan al colectivo de empleadas del hogar celebran la mejora de sus condiciones laborales, pero muestran cautela. Las entidades valoran que el Consejo de Ministros haya dado luz verde al real decreto, adelantado por EL PAÍS, que les permitirá tener derecho a paro y mayor protección frente al despido. Sin embargo, advierten de que ahí no acaba su lucha: reclaman poder acceder al subsidio de desempleo con efectos retroactivos y, sobre todo, exigen estar dentro del régimen general de la Seguridad Social. Las organizaciones sindicales, además, recuerdan que el Gobierno debe tener como máximo objetivo la regularización de hasta 200.000 empleadas.

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el real decreto por el que se mejoran las condiciones laborales de las empleadas del hogar. En el borrador, se reconocen, entre otros, el derecho a cobrar el paro o la protección del fondo de garantía salarial en caso de insolvencia del empleador. También se regulan las circunstancias del desistimiento, la figura jurídica que hasta ahora permitía despedir a un trabajador de modo unilateral mediante el pago de una indemnización y sin alegación de causa. Las asociaciones y sindicatos del colectivo acogen esta reforma de forma positiva, pero con prudencia.

“Esto es fruto de nuestra lucha, no es de sindicatos ni de gobiernos ni de nadie. Es una lucha ganada por las trabajadoras del hogar”, afirma Rafaela Pimentel, portavoz de la asociación Territorio Doméstico. La asociación nació en 2006 con el objetivo de dar visibilidad al colectivo y de ganar nuevos derechos. Entre estos, cita “vacaciones, inspecciones laborales, tareas y horarios determinados o bajas laborales”. Y añade una meta que aún no se ha conseguido: entrar en el régimen general de la Seguridad Social. El real decreto incluye una de las reivindicaciones históricas del colectivo, que se ha conseguido tras un largo periplo judicial y que llegó hasta el Tribunal de Justicia de la Unión Europea: el derecho a cobrar la prestación por desempleo. Sin embargo, las asociaciones reclaman que les sea reconocido con retroactividad y se les computen los años trabajados hasta ahora.

Marina Díaz es trabajadora del hogar. Ha cuidado de familias durante los últimos 16 años. En los últimos seis, ha desempeñado su actividad en la misma casa, pero si hoy se quedase sin trabajo no tendría derecho a cobrar la prestación por desempleo. Díaz generará este derecho después de un año trabajado, a contar desde el próximo mes de octubre.

Díaz atiende la llamada telefónica mientras trabaja. Está contenta, aunque es cauta porque aún no ha tenido tiempo de repasar todos los detalles: “Nosotras no hemos participado en el borrador de esta normativa, todo se ha hecho con la mediación de los sindicatos tradicionales”, se queja. Forma parte de la asociación SINTRAHOCU, una organización que nació durante la pandemia con un doble fin: reclamar sus derechos y establecer redes de apoyo entre las trabajadoras de este sector. Su lucha está ligada a las reuniones de los “domingos por la tarde”, en la que además de discutir sobre derechos laborales o feminismo, charlan o realizan actividades culturales y se proporcionan “apoyo mutuo”. Así se fue creando esa entidad que les permitió levantar la voz.

A pesar de que las asociaciones lamentan que solo los sindicatos hayan llevado el peso de la negociación, desde Comisiones Obreras (CC OO) afirman que no se les ha tenido en cuenta, y que la medida se ha aprobado prescindiendo en gran medida del diálogo social. Pilar Expósito, secretaria de Mujeres e Igualdad de la Federación Estatal de Construcción y Servicios de CC OO, lamenta: “Se ha regulado en base a reclamaciones de las plataformas, pero no se ha abierto una mesa de negociación”.

Para Expósito, el objetivo prioritario es la regularización de las empleadas del hogar. De acuerdo con los sindicatos, hasta 200.000 trabajadoras podrían estar en situación irregular. Por ello, valora positivamente las bonificaciones fiscales recogidas en el borrador que, afirma, facilitan este proceso. Expósito aboga por labores de concienciación de la ciudadanía y defiende que “a pesar de lo que se suele decir, ha quedado demostrado que la regularización no fomenta la economía sumergida”.

“Es una lucha ganada, pero nosotras reivindicamos estar, de una vez por todas, en el régimen general”, añade la portavoz de Territorio Doméstico. “Si no, vamos a seguir poniendo parches: un año esto, otro aquello…”. La asociación, que promueve proyectos culturales para dar visibilidad al colectivo, ha sacado un disco cuyo título resume sus reivindicaciones: “Porque sin nosotras no se mueve el mundo”.

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