El precio de la gasolina supera por primera vez los 2 euros y se come toda la ayuda del Gobierno
El litro de combustible es 23 céntimos más caro que cuando se aprobó el descuento obligatorio de 20 céntimos, lo que significa que los conductores ya pagan más que entonces en el surtidor
La escalada del precio de la gasolina se ha comido ya toda la ayuda que aprobó el Gobierno a finales de marzo. Con una media de 2,049 euros por litro, según los datos publicados este jueves por el Boletín Petrolero de la Unión Europea, el combustible de 95 octanos es ahora 23 céntimos más caro que en la semana del 28 de marzo, la última antes de que entrara en vigor, el 1 de abril, el descuento obligatorio de 20 céntimos. Esto significa que, pese a esa rebaja, los conductores están pagando ahora mismo en el surtidor 3 céntimos más que entonces.
El crecimiento del precio de la gasolina parece desbocado en el último mes. Respecto a siete días atrás, la media se incrementa un 4,1% y marca, por quinta semana consecutiva, su récord histórico. En esta ocasión, además, superando por primera vez la barrera psicológica de los 2 euros y situándose por encima de la media de la Unión Europea (2,018 euros por litro). Si se retrocede un poco más, los efectos de la tensión de los precios internacionales de la energía derivados de la guerra de Ucrania son todavía más visibles. Respecto a finales del año pasado, un litro de gasolina es ahora casi un 40% más caro. Y la perspectiva de futuro no es “muy halagüeña”, señala Antoni Cunyat, profesor colaborador de Economía y Empresa en la UOC. “La barrera de los 2 euros no va a ser coyuntural; el aumento de precios en teoría va a continuar y no se ve perspectiva de soluciones a corto plazo”, añade.
Esta semana, además, el gasóleo se suma a las malas noticias para los conductores. Si en las tres últimas se había abaratado ligeramente, ahora repunta con fuerza (un 3,5%) y vuelve a pasar de los 1,9 euros por litro para situarse, en promedio, en 1,917 euros. Es también el precio más alto de la historia, superando los 1,911 euros de la segunda semana de mayo. Sin embargo, y pese a que en lo que va de año se ha encarecido más que la gasolina, el diésel todavía no se come la ayuda del Gobierno. Si se le descuentan los 20 céntimos obligatorios, el precio resultante estaría todavía 12 céntimos por debajo de lo que se pagaba a finales de marzo.
Trasladado a lo que supone repostar un depósito de tamaño mediano (55 litros), los importes de esta semana suponen pagar casi 112,7 euros por echar gasolina y 105,4 euros por llenar el depósito con gasoil. En ambos casos habría que descontar 11 euros de la ayuda obligatoria que el Ejecutivo puso en marcha en abril y que caduca el próximo 30 de junio, aunque el presidente, Pedro Sánchez, se ha mostrado dispuesto a prorrogarla si es necesario. Cunyat, sin embargo, cree que la medida está “mal diseñada” porque “la falta de competencia en el mercado de hidrocarburos ha hecho que una parte de la subvención haya ido a la cuenta de beneficios de las gasolineras”, en alusión a los grandes grupos de producción y distribución de combustibles en España. El economista cree que “una medida más efectiva sería poner un precio máximo en función del barril de brent [el crudo de referencia en Europa]”, aunque concede que “es más difícil de implementar”.
Más cara que en Europa
Tanto la gasolina como el gasóleo superan en España la media de precio de los Veintisiete, lo que no sucedía al inicio del actual episodio de carestía. En el caso de la zona euro, el promedio sí sigue por encima de los importes españoles (2,061 euros por litro de gasolina y 1,942 euros por litro de diésel). Dinamarca, con 2,545 euros por litro es el país donde más caro resulta reposar un coche de gasolina, mientras que el techo del diésel lo marca Suecia con 2,472 euros. Hungría en la gasolina (1,263 euros por litro) y Malta en el caso del gasóleo (1,210 euros por litro) son los países de la UE donde más barato resulta el carburante.
El problema de fondo, indica el profesor de OBS Business School Víctor Ruiz Ezpeleta, es que persisten los mismos factores que desde hace meses encarecen los carburantes. “No ha cambiado demasiado el panorama: sigue el conflicto de Ucrania, sigue la demanda desbocada tras la pandemia y las refinerías están desbordadas”, indica. Y aunque el brent no se encuentra en máximos, agrega el experto, el hecho de que se pague en dólares perjudica a España y sus socios comunitarios porque el cambio al euro es ahora más desfavorable que en 2008, otro momento de carestía de la historia reciente. Cunyat considera que esa divergencia entre la evolución del crudo y los precios finales de gasolina y diésel en España tiene que ver más con que “en un mercado de falta de competencia, es de manual de Economía que una parte de la subvención iba a ser absorbida por los productores”, que han encontrado “más margen” que en otros países para subir precios. Y ambos coinciden en que el verano, cuando aumentan los desplazamientos, no ayudará a aliviar la situación.
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