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España reclama a Bruselas fondos para convertirse en una potencia europea de hidrógeno verde

Teresa Ribera le recuerda a la Comisión su “papel crucial” para garantizar que los proyectos de interconexión eléctrica con Francia estén operativos en 2030

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera (izquierda), charlaba con su homóloga francesa,  Barbara Pompili, durante el consejo de ministros de Energía de la UE celebrado en Bruselas el 2 de mayo.
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera (izquierda), charlaba con su homóloga francesa, Barbara Pompili, durante el consejo de ministros de Energía de la UE celebrado en Bruselas el 2 de mayo.OLIVIER HOSLET (EFE)
Guillermo Abril

La batalla energética de España en Bruselas comienza un nuevo capítulo. El Gobierno español quiere transformar el país en una potencia de hidrógeno renovable, uno de los vectores energéticos verdes con mayor potencial en la UE, y reclama a la Comisión Europea que prime “a corto plazo” este tipo de proyectos de infraestructura que permiten “reducir la dependencia del gas ruso”, según una carta enviada al Ejecutivo comunitario por parte de Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica.

La misiva, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, reclama “priorizar el transporte y el comercio de hidrógeno renovable desde donde se puede producir de manera competitiva, como el sur de Europa [España] al resto de la UE”; también pide que se impulsen las interconexiones eléctricas de la península Ibérica con Francia y que la UE contribuya a su financiación “con fondos suficientes”.

La carta, fechada el viernes, ha sido enviada a Bruselas en un momento clave, mientras la Comisión ultima un ambicioso plan de ahorro energético, previsto para la próxima semana. Este paquete busca actuar en distintos planos para cortar la crítica dependencia de hidrocarburos de Moscú, hacer frente a posibles disrupciones del suministro, evaluar una revisión del mercado eléctrico y también valorar proyectos que ayuden a cambiar los lazos energéticos que atan actualmente a la UE con Rusia por fuentes alternativas que remen, a la vez, hacia el objetivo de cero emisiones de gases de efecto invernadero que se ha propuesto el bloque comunitario para 2050.

Este es el frente por el que ha decidido atacar Ribera en la misiva: “Somos conscientes de que la Comisión está evaluando los posibles proyectos de infraestructuras en función del requisito a corto plazo de reducir la dependencia del gas ruso”, reconoce la carta de tres páginas, dirigida al vicepresidente Ejecutivo de la Comisión para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, y a la comisaria europea de Energía, Kadri Simson. “Sin embargo, esta evaluación no debe aislarse de la trayectoria a largo plazo hacia la neutralidad climática a la que se ha comprometido la UE”, prosigue el texto.

“Al tener en cuenta todos estos aspectos en la selección de los proyectos, el ejercicio será coherente con el objetivo de reducir nuestra dependencia de Rusia, en consonancia con el Pacto Verde y nuestros compromisos”, cree el Gobierno español. Y pide que “en todos los casos”, sea la UE la que contribuya “con fondos suficientes a estos proyectos, en particular en las circunstancias actuales”.

La idea española, según fuentes del sector, es crear una tercera conexión gasista (ahora mismo existen dos), lo que posibilitaría aprovechar la actual capacidad regasificadora de gas natural licuado (GNL) de España, hoy infrautilizada debido al bajo nivel de interconexión vía conductos a través de los Pirineos. A la vez, se pretende que la nueva infraestructura esté preparada para transportar hidrógeno hacia Francia, Alemania y el resto de Europa, lo que podría convertir en el medio plazo a España en una gran potencia exportadora de este recurso.

En la hoja de ruta del Gobierno sobre el hidrógeno, elaborada en 2020, se fijaba el objetivo de producir cuatro gigavatios (GW) de potencia instalada de electrólisis ―el sistema de producción de hidrógeno renovable empleando energías limpias y agua―, que equivale a un 10% del hidrógeno renovable fijado por la Comisión Europea para el conjunto de la UE en 2030.

Con la carta de Ribera, el Ejecutivo español pretende meter una cuña en Bruselas, que ha mostrado reticencias a primar los proyectos de conexiones de gas en el corto plazo. “El posible proyecto de gasoducto podría ser demasiado lento de cara a la próxima temporada de calefacción”, advirtió la comisaria europea de Energía la semana pasada durante una intervención en el Parlamento Europeo. “Creo que es un reto muy importante que tenemos que resolver [el hecho de] que la península Ibérica no esté suficientemente interconectada”, añadió. “Pero yo priorizaría en este momento las interconexiones de electricidad”.

Un día antes, sin embargo, en una comparecencia tras el consejo de ministros de Energía, Simson sí reconoció que Bruselas apostará por los proyectos de hidrógeno: “Tenemos que acelerar el despliegue de las energías renovables, incluido el hidrógeno limpio, y aumentar la eficiencia y el ahorro energéticos. Y todos estos elementos los contemplaremos en el plan de la Comisión”, que prevé presentar la semana que viene.

En la misiva, España incide también sobre el bajo grado de vínculo eléctrico con la UE y pide a Bruselas que acelere “todos los proyectos de interconexión eléctrica que faltan para unir la península Ibérica con Francia, con el fin de garantizar que estén plenamente operativos en 2030″. Y Ribera le recuerda a la Comisión Europea que “tiene un papel crucial” para dar ese impulso.

Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario, se refirió hace poco al gran reto energético de la UE desde que Rusia invadió Ucrania y a las implicaciones para España. “He acordado con el presidente [estadounidense Joe] Biden el suministro adicional de 50.000 millones de metros cúbicos de gas natural licuado a partir del próximo año”, dijo el viernes en un discurso en Barcelona, ante la mirada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Esto sustituirá a un tercio del gas ruso. Estamos redoblando nuestros objetivos en materia de hidrógeno. Esto podría sustituir a otro tercio. Y privilegiaremos los proyectos transfronterizos, por ejemplo, la conexión crítica entre Portugal, España y Francia”, concluyó.

Este aislamiento energético, que España cifra por debajo del 3%, cuando debería haber sido del 10% desde 2020 y alcanzar el 15% en 2030, es precisamente uno de los motivos que ha permitido a Madrid y Lisboa presentar un mecanismo extraordinario para frenar el contagio de la escalada de precios del gas en la factura de la luz. La propuesta recibió el lunes la preautorización de Bruselas, y está previsto que el Gobierno la adopte este viernes.

La misiva de Ribera, que toca diversos palos, pide además que el plan que ultima la Comisión fortalezca y priorice “aún más” el desarrollo de las fuentes de energía renovables, “incluyendo la dimensión industrial y considerando el papel relevante del almacenamiento de energía”. Y vuelve a incidir sobre uno de los puntos con los que España lleva desde el verano pasado percutiendo ante el Ejecutivo comunitario: la revisión del mercado eléctrico.

“España considera clave dedicar un punto específico en la agenda del consejo de ministros de Energía para centrarse en el diseño del mercado eléctrico”, dice el texto, que propone evaluar esta mejora a partir del reciente informe de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), en el que la UE se abrió por primera vez a una revisión del mercado eléctrico. “La agencia aboga por acelerar la integración del mercado o aumentar la liquidez del mercado, que son aspectos que dependen en gran medida de un buen nivel de interconectividad”.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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