La euforia por las criptomonedas toma el Olímpico de Badalona
Miles de jóvenes defienden el método de IM Academy, bajo sospecha en España por estafa piramidal, en un evento masivo
Miles de jóvenes abandonan el Palau Olímpic de Badalona (Barcelona) con una sensación de euforia. No han asistido a un concierto ni salen de una macrofiesta. Acaban de ver y oír en directo a sus ídolos, los líderes de IM Academy, una organización que ofrece cursos en línea sobre trading (inversión especulativa) y criptomonedas y que, para sus seguidores, es la autopista hacia la “libertad financiera”. En España, las actividades de IM Academy están bajo la sospecha de la Policía, que acusa a algunos de sus miembros de cometer una estafa piramidal y de captar jóvenes con métodos semejantes a los de una secta.
Pero aquí, al pie del pabellón donde juega el Joventut, nadie se siente víctima. Al contrario. Los miles de jóvenes llegados de toda Europa —especialmente de Francia, Alemania e Italia— creen que han tomado el timón de sus vidas, que gracias a lo aprendido en la academia van a ganar dinero como para disponer de todo el tiempo del mundo para viajar y hacer lo que les dé la gana.
Valentina tiene 21 años y ha venido de Suiza solo para el evento, celebrado con polémica —el Ayuntamiento pidió al Joventut, sin éxito, que cancelase el alquiler del espacio— y que dura tres días, desde el viernes hasta el domingo. La puesta en escena es muy a la americana, con conferencias motivacionales que unen a todos bajo una misma bandera. Valentina dice que gana unos 2.000 dólares al mes (algo más de 1.800 euros) gracias a IM Academy con el “equipo” de personas a su cargo. Porque, ojo, la mayoría de los entrevistados no gana dinero por sus brillantes inversiones en criptomonedas, sino por la comisión que perciben de la academia a cambio de que otros se apunten a sus cursos en línea, que cuestan unos 150 euros al mes.
Oriol Naudó, que viene de Vic (Barcelona) y tiene 30 años, gana unos 1.000 euros al mes por captar alumnos. “Aún no da para vivir, pero el techo aquí es alto. Y es un sistema meritocrático. Ganas en función de tu habilidad y de tu dedicación”. Antes había montado un negocio de venta de cremas solares con su padre que, con la pandemia, no prosperó. “Llevo un año y medio aquí y me ha cambiado la vida. Siempre fui un mal estudiante. Ahora leo libros, hago deporte...”. Naudó ha leído las recientes noticias sobre las investigaciones en torno a IM Academy. No niega que pueda haber algún miembro que “se aproveche” de otros o “prometa cosas que no se pueden cumplir”, pero asegura que conoce el sistema y que en absoluto se trata de una estafa piramidal.
“¿Tú crees que si fuera un engaño estaríamos todos aquí?”, pregunta José, de 20 años, que toma una bebida energética. Ha venido con su amiga Luna, de 22, desde Málaga. Él dice que gana dinero invirtiendo en criptomonedas, pero admite que no, que por ahora no le da para vivir. A ella tampoco, aunque confía en que podrá dejar de trabajar y tendrá “más tiempo para vivir”, porque tener el dinero en el banco es “perderlo poco a poco”. Ella sigue la formación en línea (paga 150 euros al mes) y asegura que está contenta, pero que venir a un evento como este es importante. “Conoces gente, los chairman [presidentes] te explican su historia personal, cómo han llegado al éxito”.
“Aquí nos transmiten la energía que necesitamos para hacer realidad nuestros sueños”, cuenta un alemán que lleva una pajarita con el dibujo del dólar. Él, como todos, tiene ganas de más, y volverá este sábado. Entre los referentes internacionales de estos jóvenes está Robert Kiyosaki, autor de La Escuela de negocios. Los españoles son fans de otros cracks de la motivación personal como Borja Vilaseca o Víctor Küppers.
Apoyados en una barandilla mientras esperan el taxi que acaban de pedir, Jada y Andrea, de Brescia (Italia), salen sonrientes del evento. “Tenemos sed de libertad. He dejado mi trabajo. Ahora dispongo de dinero y de tiempo”, dice Andrea. No aclara cómo.
Vestidos como para una boda —trajes, vestidos, tacones altos, alguna corbata—, la mayoría de asistentes hablan con libertad sobre su experiencia. La excepción es un grupo de franceses, único rastro de comportamiento sectario que también se ha atribuido a las técnicas de persuasión de IM Academy. “Los líderes nos han dicho que no podemos hablar. Si quieres, búscalos, están ahí dentro, van con traje azul”. No será posible hablar con los hombres de azul porque la triple capa de seguridad no lo permite, mientras la salida del pabellón de la Penya sigue vomitando a miles de jóvenes satisfechos de sí mismos y felices ante un futuro de libertad y prosperidad que, dicen, no tendrá fin.
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