Goirigolzarri asegura al juez que Bankia tuvo que vender la Torre Cepsa al jeque Al Quabisi pese a las sospechas sobre él
El expresidente y otros dos exdirectivos de la entidad, que han declarado como testigos en la Audiencia Nacional, afirman que el contrato y la situación de la entidad impidieron frenar la operación
El actual presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha defendido este jueves en la Audiencia Nacional que no hubo ninguna irregularidad en la venta, por 400 millones de euros, de la Torre Cepsa al jeque Khadem Al Quabisi en 2016 por parte de Bankia. Goirigolzarri, que entonces presidía esta entidad y que en tal condición ha declarado como testigo ante el juez José Luis Calama, ha asegurado que la operación con el rascacielos, situado en el madrileño Paseo de la Castellana, se realizó porque no era posible dar marcha atrás pese a que en aquel momento en el banco ya conocían las noticias que implicaban a Al Quabisi en graves irregularidades financieras en otros países.
En este sentido, el ex alto cargo de Bankia ha esgrimido que había un acuerdo firmado tres años antes con el empresario árabe que les obligaba a la venta y que, además, desprenderse del inmueble se enmarcaba en aquel momento dentro del proceso de venta de todos los activos no bancarios que inició Bankia tras su rescate, según detallan a EL PAÍS fuentes jurídicas conocedoras del contenido de su declaración. Además del expresidente de Bankia, también han testificado otros dos ex altos cargos de la entidad, el ex consejero delegado José Sevilla y el que fuera secretario del Consejo de Administración, Miguel Crespo. Ambos han dado la misma versión que Goirigolzarri, añaden las fuentes consultadas.
El interrogatorio de los tres ex altos cargos de Bankia se produce dentro de la causa abierta en 2018 en la Audiencia Nacional a instancias de la Fiscalía Anticorrupción a raíz de un informe del Banco de España que ponía bajo sospecha por blanqueo la operación de compraventa de Torre Cepsa. Bankia había comprado en 2007 el edificio, diseñado por el arquitecto Norman Foster, por 800 millones de euros y lo vendió nueve años después por la mitad de este precio a Al Quabisi, que entonces era el consejero delegado de Cepsa. Este apenas mantuvo la propiedad del inmueble unos minutos, ya que, tras firmar la compra con un préstamo puente de 400 millones de Bankinter, formalizó su venta por 490 millones a Pontegadea Inversiones, la sociedad del fundador de Inditex, Amancio Ortega.
La investigación trata de aclarar si el jeque árabe, que obtuvo una plusvalía de 90 millones, utilizó la operación para blanquear parte de los fondos obtenidos presuntamente en el desfalco del fondo malasio 1MDB por el que era investigado entonces.En la causa declararon como imputados entre julio y octubre del año pasado tres empresarios españoles. Por su parte, el principal protagonista de la operación, Al Quabisi, está en paradero desconocido para la justicia española, que ha librado comisiones rogatorias a Malasia, EE UU y Emiratos Árabes para recabar información sobre sus movimientos de fondos.
En su declaración de este jueves, Goirigolzarri ha detallado que Bankia firmó en 2013 un contrato de alquiler de la torre con un fondo soberano de Abu Dabi vinculado al jeque árabe que incluía una opción de compra a ejecutar en 2016. El expresidente de Bankia ha asegurado que cuando se firmó aquel primer documento, Al Quabisi ocupaba un alto cargo en la sociedad International Petroleum Investment Company (IPIC, que en 2011 se había hecho con el 100% de Cepsa y había nombrado al jeque consejero delegado de esta última) y no había ninguna duda sobre su actuación.
El expresidente de la entidad ha insistido que aquella primera venta se hizo tras recibir varias ofertas y constatar que la del jeque era la mejor, no solo por el precio para la compra, sino porque añadía el alquiler de toda la torre, que entonces estaba prácticamente vacía. Goirigolzarri ha admitido que, cuando tiempo después llegaron las primeras noticias sobre la presunta implicación del empresario árabe en irregularidades y que la justicia de varios países habían procedido a congelar sus fondos, hubo preocupación en el seno del consejo por el futuro de la operación.
No obstante, el expresidente de Bankia ha defendido ante el juez que se siguiera adelante con la misma porque se hizo un análisis a fondo de la procedencia del dinero que iban a recibir y que todo era legal, ya que su origen era un crédito de otra entidad, Bankinter. Goirigolzarri ha insistido en que, de haberse negado a realizar la venta comprometida, el jeque podía haber actuado legalmente contra Bankia. En la declaración, que ha durado poco más de 15 minutos, según las fuentes consultadas, también ha recalcado que todas las decisiones sobre aquella operación pasaron por el Consejo del Bankia, que las aprobó.
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