California acusa a Tesla de segregación racial en su planta más importante de EE UU
El organismo de relaciones laborales del Estado sostiene que los trabajadores negros de la planta de Fremont enfrentan insultos racistas y discriminación
Se acumulan los problemas de Tesla con los reguladores estadounidenses. El departamento encargado de vigilar las relaciones laborales en California presentó el miércoles una denuncia por repetidos maltratos y discriminación contra los empleados afroamericanos en la planta de Fremont, la más grande de la empresa automotriz en Estados Unidos. El proceso, iniciado después de recibir “cientos de quejas de empleados”, se suma a la investigación que las autoridades de la seguridad vial abrieron en diciembre contra la compañía por permitir jugar videojuegos a los conductores de medio millón de vehículos en las pantallas de navegación mientras los autos estaban en movimiento. Tesla desactivó esta función bajo la presión gubernamental.
De acuerdo con el Departamento de Justicia Laboral y Vivienda de California, los supervisores y gerentes de la planta de Fremont, al sureste de San Francisco, suelen usar epítetos racistas y otros insultos. De acuerdo con las autoridades de esta agencia, una persona llegó a contar en un día entre 50 y 100 de estas descalificaciones. Un grafitti ofensivo también apareció en la fábrica que emplea a 10.000 personas.
Kevin Kish, el director del departamento, calificó la planta como un lugar de trabajo “racialmente segregado” y dijo tener las evidencias suficientes para probarlo. La discriminación, afirmó en un comunicado, se nota en las asignaciones de tareas, con los trabajadores de color haciendo trabajos físicos más demandantes y enfrentándose a castigos y amonestaciones más severas que las de sus compañeros blancos. Las pagas y las promociones tampoco son iguales, lo que crea un “ambiente de trabajo hostil”, de acuerdo con el organismo. El documento completo de la demanda no se había hecho pública hasta la mañana del jueves.
La empresa de Elon Musk, que tiene casi 100.000 trabajadores en todo el mundo, sabía que el departamento investigaba desde hace tres años decenas de quejas de sus empleados. En una entrada de blog interno, Tesla resta credibilidad a la agencia del Gobierno local y asegura que los supuestos maltratos responden a “asociados” y fueron cometidos entre 2015 y 2019.
“Tesla se opone a todas las formas de discriminación y acoso y tiene un equipo de relaciones con los empleados que responde e investiga todas las quejas”, señala la empresa, quien dice haber despedido a todo trabajador que incurre en prácticas racistas o de maltrato. “Recientemente, pusimos en práctica un entrenamiento que refuerza el requisito de la compañía de que todo empleado debe tratar a otro con respeto”, asegura el mensaje.
El gigante automotriz, que el año pasado superó a Toyota como la más valiosa del mercado, aseguró en su informe sobre diversidad que el 10% de sus trabajadores en Estados Unidos eran negros. El número se reducía a 4% en las posiciones de dirección. En su publicación de esre miércoles, la empresa asegura que la planta de Fremont tiene una mayoría de trabajadores de minorías raciales y provee “los mejores sueldos de la industria automotriz a 30.000 californianos”.
El comunicado de Kish describe un pésimo ambiente de trabajo para los afroamericanos. Muchos ellos preferían renunciar al trabajo antes de que continuar con “el estrés de un acoso racista persistente y la posibilidad de una agresión física con los acosadores”, además de la discriminación “notoria” y el nulo impacto que tenían las denuncias con los superiores.
Tesla afirma que no es la primera vez que la institución californiana investiga acusaciones de racismo. “En cada una de estas acusaciones no encontraron malas conductas”, afirma la empresa, que veía caer sus acciones un 3% este jueves.
No es la primera vez que este tipo de señalamientos salen a la luz. En octubre pasado, un contratista afroamericano denunció haber sido víctima de racismo en sus tratos con la empresa. Una corte federal de San Francisco le dio la razón y le otorgó 137 millones de dólares como forma de reparar el daño.
Las políticas de Tesla exigen que los desacuerdos entre empleados se resuelvan de forma interna y a puerta cerrada, lo que evita que muchas quejas por maltratos y discriminación lleguen a los tribunales locales o federales. Elon Musk mudó en 2021 las oficinas centrales de su empresa desde Palo Alto, en California a Austin, Texas, reforzando una tendencia migratoria de empresas y talento que deja el gigante del oeste en busca de tierras menos reguladas y con impuestos más bajos.
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