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Desmantelada una granja de criptomonedas en Sevilla

Los agentes han intervenido 22 equipos informáticos dedicados al minado de bitcoin en unas caballerizas

Foto: POLICÍA NACIONAL | Vídeo: POLICÍA NACIONAL
Matteo Allievi

La Policía Nacional ha desarticulado este viernes en Santiponce (Sevilla) una granja de minado de criptomonedas. En la operación se han intervenido 22 equipos informáticos dedicados a la producción de bitcoin con un valor de cerca de más de 50.000 euros. Las investigaciones comenzaron sobre una posible plantación de marihuana en el interior de unas caballerizas situadas en la localidad andaluza. Tras las primeras pesquisas, los agentes se dieron cuenta de que los indicios descubiertos no estaban relacionados con un cultivo de hierba, sino que en las instalaciones se podía albergar una granja de criptomonedas. Estas sospechas se confirmaron durante el registro de los establos.

La fabricación de criptodivisas requiere un uso ingente de electricidad y, por tanto, genera elevadas temperaturas. Para mantener los equipos intervenidos, se utilizaban sistemas de refrigeración y potentes ventiladores industriales destinados a desplazar el aire caliente hacia el exterior. Además, fuera del local se localizó un enganche ilegal a la red eléctrica para alimentar la maquinaria, y se detectó un consumo de energía muy elevado. Según técnicos de la compañía eléctrica, esta actividad podría generar un fraude de electricidad mensual de 2.000 euros.

Los investigadores todavía están analizando el material intervenido para identificar a los responsables de estas instalaciones, aunque creen que las operaciones de minado (la producción de bitcoin) se encontraban en una fase temprana de funcionamiento. Por ese motivo, la intervención policial habría desmantelado la actividad antes de resultar rentable para la organización. Según informa la institución en un comunicado, los equipos encontrados en las caballerizas podrían aportar un beneficio mensual de 3.500 euros.

El bitcoin es una moneda que no se encuentra bajo la supervisión de ningún banco central. La tecnología detrás de su producción se basa en la cadena de bloques (blockchain), formada por una red de nodos, que permiten que sea descentralizada. En cada uno de ellos se almacena una copia de la información, lo que sobre el papel garantiza más transparencia y seguridad en el desarrollo de las operaciones.

Los millones de usuarios que generan bitcoin, conocidos como ‘mineros’, se sirven de ordenadores programados especialmente para resolver una compleja serie de operaciones matemáticas con el fin de realizar una transacción. Este proceso requiere una gran capacidad para el cálculo, lo que implica el dispendio de una enorme cantidad de energía. De hecho, el minado de criptomonedas en todo el mundo supera incluso la energía consumida en todo un año por determinados países, como Egipto y Polonia. Según el último Índice de consumo de electricidad de bitcoin publicado por la Universidad de Cambridge, si el bitcoin fuera un país, sería el 27º del mundo con mayor consumo energético.

China era líder mundial en la producción de criptomonedas, antes de que el Banco Popular del país acelerase una cruzada contra esta práctica. Varias regiones del gigante asiático han prohibido en los últimos meses el minado a instancias del Gobierno debido a su altísimo consumo de electricidad. Un cambio de marcha que puede arrinconar cada vez más al bitcoin: frente a una posible aceleración de subidas de tipos por parte de la Reserva Federal y a posibles prohibiciones de su uso en Rusia, ha perdido la mitad de su valor en menos de tres meses.

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