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¿Y la debilidad del dólar?

En las próximas semanas podríamos seguir observando una apreciación del USD frente al EUR por las sorpresas en la publicación de los datos económicos. Sin embargo, nada debería evitar que a largo plazo volvamos a asistir a una debilidad del USD frente al EUR: el deterioro de desequilibrios externos apunta a ello.

Parecía que teníamos que acostumbrarnos a la tendencia de depreciación del dólar estadounidense (USD, en adelante) frente al euro (EUR) para que la tendencia revirtiera.

Primero fue la reducción del riesgo a nivel global lo que llevó a la primera fase de depreciación del USD frente al EUR. Al final de la primavera, cuando empezaron a publicarse los primeros avances de las vacunas y se ponía en precio que la normalidad en la actividad podría llegar antes de lo esperado, el USD empezó a registrar una senda de debilidad y llegó a perder un 8,5% frente al EUR (el cruce pasó de 1,08USD/EUR a principios de mayo al 1,18USD/EUR observado de media en septiembre). Pero el cruce no se quedó ahí, y tras el paso de las elecciones presidenciales de EEUU a principios de noviembre dieron un nuevo golpe al USD que perdió otro 4% frente al EUR hasta que el cruce se situó en 1,23USD/EUR en la primera semana de enero.

Todo parecía sentenciado. La recién elegida (y aún no en el poder) administración Biden había anunciado su Plan de Rescate Estadounidense para ofrecer el apoyo definitivo a la economía de EEUU golpeada por el virus. El plan de estímulo anunciado, dejando a un lado lo que finalmente podrá ser aprobado, apuntaba a un estímulo de 1,9 billones de USD que, casi con total probabilidad, supondría un incremento del déficit público sustancial y su financiación a través de emisión de deuda pública.

De forma general, un aumento del déficit público lleva a un incremento de la demanda que, para un nivel de producto dado, supone un deterioro de la balanza por cuenta corriente (aumento de la necesidad de financiación pública e incremento de importaciones), que podría hacer permanente el fuerte aumento del déficit registrado en 2020 (4% del PIB). Esto lleva a que la presión de depreciación del USD de forma general (no sólo frente al EUR) sea mayor de lo anticipado hace un año, pues la potencial demanda de divisa extranjera por parte de EEUU podría no ser contrarrestada con una mayor demanda de activos en dólares desde el exterior ante la fuerte oferta que podría producirse por emisión de deuda.

En otras palabras, la llegada de Biden al poder debería haber incrementado la tendencia de depreciación del USD frente al EUR, en lugar de frenarla. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hablamos de dos efectos diferenciales sobre el mercado de divisas del estímulo fiscal anunciado en EEUU. Mientras que, por un lado y como ya hemos explicado, se produce un deterioro de los fundamentales de largo plazo que llevan a una mayor sobrevaloración del USD frente al EUR, a corto plazo tiene el efecto contrario.

Las perspectivas de un nuevo impulso a una economía que no ha sido de las que más ha sufrido en torno a la pandemia al resistirse a llevar a cabo medidas de confinamiento estricto en todo el país, está llevando a una revisión al alza de las previsiones de crecimiento. Desde unas previsiones de crecimiento en torno al 4% esperado para este 2021, las últimas estimaciones apuntan a tasas superiores al 7%. Lo contrario ocurre en el caso del área euro, donde los datos de actividad y confianza no hacen más que mostrar la debilidad de una economía que capitaliza los efectos de las medidas de restricciones a la movilidad llevadas a cabo a principios de 2021.

Su traslado al mercado fue a través de los tipos de interés. El incremento de la pendiente de la curva de tipos de EEUU vía tipos de interés de largo plazo amplió el diferencial de tipos frente al área euro a favor del USD. En este entorno es en el que el USD ha iniciado un goteo de fortaleza frente al EUR y el cruce ha pasado desde el 1,23USD/EUR del 6 de enero al 1,198USD/EUR en torno al que cotiza un mes después.

En definitiva, en las próximas semanas podríamos seguir observando una apreciación del USD frente al EUR forzado por las sorpresas en la publicación de los datos económicos (positivas en EEUU, negativas en el área euro) que lleven a cierta búsqueda de refugio por parte de los inversores. Sin embargo, nada debería evitar que a largo plazo volvamos a asistir a una debilidad del USD frente al EUR: el deterioro de desequilibrios externos apunta a ello.

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