Egipto busca ser un centro neurálgico de electricidad en la región
El país ha pasado de sufrir constantes apagones hace apenas cinco años a abastecer toda su demanda interna y planear exportar su excedente a los mercados europeo y árabe
A finales de la segunda semana de octubre, el ministro de Electricidad de Egipto, Mohamed Shaker, viajó primero a Atenas y luego a Nicosia para firmar dos acuerdos con sus homólogos de Grecia y Chipre que sientan las bases de un proyecto de interconexión eléctrica con la mirada puesta en la transmisión de energía hacia el mercado único de la Unión Europea.
Solo una semana antes, en una ceremonia celebrada con la presencia del ministro Shaker y su homólogo saudí, Abdulaziz bin Salman, El Cairo y Riad adjudicaron otro ambicioso proyecto de unos 1.500 millones de euros para conectar sus redes eléctricas, las mayores de la región, que beneficiará a unos 20 millones de hogares, según informaron en sus respectivos comunicados el ministerio egipcio y una de las empresas que lo ejecutarán.
Los acuerdos representan el último importante paso de Egipto en su objetivo de convertirse en un centro de conexión y comercio eléctrico en la región, aprovechando su situación geográfica, en la intersección entre África, Asia y Europa, y su actual excedente energético. Los planes de El Cairo en el sector eléctrico, que coinciden con una estrategia similar en el del gas natural, sirven además a sus intereses en el exterior, y están teniendo un impacto político y diplomático en el Mediterráneo y en el Cuerno de África. “Hay mucha actividad para hacer de Egipto un centro neurálgico de energía y electricidad”, reconoce el portavoz del ministerio de Electricidad, Ayman Hamsa.
La estrategia de Egipto, que hasta el 2014 sufría apagones constantes, para erigirse en un actor regional clave en el sector de la electricidad se basa en dos pilares principales. El primero, y más importante, es el gas natural, que alimenta alrededor de tres cuartas partes de las centrales eléctricas del país y cuyas reservas se dispararon en 2015 con el hallazgo del yacimiento de Zohr, el mayor en el Mediterráneo oriental hasta el día de hoy.
El segundo, que está llamado a registrar uno de los crecimientos más rápidos en la región en los próximos años y que despierta un gran interés en Europa, son las energías renovables, que tienen en el parque solar de Benban, inaugurado en 2019 y uno de los mayores del mundo, y el parque eólico de Ras Ghareb, el más grande del país y operativo también desde 2019, sus dos proyectos estrella.
En total, Egipto ha pasado de sufrir un déficit de 6.000 megavatios (MW) en su capacidad de generación instalada en 2014 a poder soportar este verano una carga máxima inédita, que alcanzó los 34.800 MW, y aún tener capacidad de reserva y para exportar, asegura Hamsa. Falta por ver, además, si la central nuclear que Egipto quiere construir en el noroeste del país, aunque todavía está muy poco avanzada, le podría dar un impulso adicional.
Nuevas interconexiones
Paralelamente, el holding nacional egipcio de electricidad (EEHC), que domina el sector eléctrico del país a la espera de que se privatice en los próximos años, ha apostado en el último lustro para desarrollar una red estatal eléctrica robusta e inteligente, con inversiones públicas que, según Hamsa, han ascendido hasta casi los 2.000 millones de euros en cuatro años. Sobre ella se sostienen los planes de El Cairo de establecer nuevas interconexiones transfronterizas con otros países de la región.
Por ahora, las interconexiones en funcionamiento ya conectan Egipto con Jordania hacia el este, Libia hacia el oeste, y desde 2020 también con Sudán hacia el sur. Asimismo, Egipto tiene planes de exportar electricidad a Iraq expandiendo su interconexión con Jordania, un proyecto en fase de desarrollo; anunció a principios de año que está listo para aumentar la capacidad de su línea eléctrica con Libia, un país que sufre una severa crisis de electricidad, y está trabajando para elevar su capacidad de transmisión también hacia Sudán.
A ellos, además, podrían sumarse en los próximos años los planes de conexión con Arabia Saudí, que las autoridades egipcias ven como un importante hito para el mercado eléctrico árabe, así como con Chipre y Grecia, algo que consideran un paso clave en dirección a Europa.
“Los acuerdos son significativos porque ayudarán a Egipto a mantener el ritmo de la creciente demanda nacional de energía”, resalta el economista Callee Davis, de la consultora NKC African Economics, y “se inscriben también en el contexto del plan Visión 2030 de Egipto, que espera situar al país como centro regional de intercambio energético.”
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