El precio de la luz se disparará el miércoles hasta un nuevo máximo histórico
La electricidad costará 189,9 euros el megavatio hora, siete euros más que el martes. Entre las ocho y las nueve de la noche, el tramo horario más caro, superará los 208 euros
El mercado eléctrico español continúa encadenando récords. La luz marcará mañana miércoles un nuevo máximo histórico cuando llegue a los 189,9 euros el megavatio hora (MWh). Este martes ya se había situado en el segundo nivel más alto hasta ahora (182,7 euros), pero el anterior pico databa del jueves pasado, cuando superó los 188 euros. El máximo por tramos horarios se producirá entre las ocho y las nueve de la noche, cuando rebasará los 208 euros, según los últimos datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE). El mínimo se alcanzará entre las tres y las cuatro de la madrugada, cuando se situará en los 167 euros. La electricidad costará 200 euros o más durante seis de las 24 horas del miércoles.
Los 189,9 euros que marcará mañana el indicador suponen una subida de más del 8% respecto al precio de hace una semana. En una perspectiva más amplia, respecto a un año atrás —cuando la pandemia aún mantenía la demanda bajo mínimos y los precios del gas (la materia prima que utilizan las centrales de ciclo combinado para generar energía eléctrica, el principal respaldo de las renovables) y del CO₂ aún no habían iniciado su escalada—, el incremento es del 293%. En comparación con el mismo día de 2019, cuando la crisis sanitaria aún no entraba en ninguna matriz de riesgos y el mercado eléctrico no estaba sujeto a tensiones extraordinarias, el precio casi se quintuplica. A la espera de que el viento vuelva a hacer acto de presencia este otoño —un factor clave para el abaratamiento de la factura eléctrica por la importancia de la eólica en el mix español—, septiembre echará el cierre como el mes con valores más altos en el mercado eléctrico mayorista, con una media de más de 150 euros por megavatio hora, superando ampliamente los umbrales de julio y agosto.
El encarecimiento del gas natural en Europa y el aumento de precio de los derechos de emisión de CO₂ son, además de la coyuntura meteorológica, los dos factores que explican el encadenamiento de máximos históricos. La subida de la luz no es un factor únicamente español: el resto de mercados mayoristas del Viejo Continente están siendo igualmente sometidos a este nuevo patrón de precios récord. Y llega, además, en una coyuntura de aumento generalizado del coste de las materias primas y, muy especialmente, de las de corte energético: además del gas natural, el petróleo y el carbón han disparado sus cotizaciones en las últimas semanas, contribuyendo al incremento de la inflación, presionando a la industria y creando un severo quebradero de cabeza a los gobiernos en plena recuperación pospandemia.
El enésimo capítulo en la escalada del precio de la luz iniciada en primavera afecta al mercado mayorista, en el que se negocian los precios las empresas suministradoras y las comercializadoras. Sin embargo, también impacta directamente a quienes tienen tarifa regulada (también conocida como PVPC, tradicionalmente la más conveniente para la mayoría de usuarios), 10,7 millones de hogares cuya factura fluctúa al son de ese indicador. El resto de abonados (16 millones), cuyo suministro se negocia en el mercado libre, no enfrentan un incremento inmediato en lo que pagan por cada kilovatio hora, pero sí sufrirán la sacudida cuando expire su contrato de suministro y tengan que firmar uno nuevo, presumiblemente más caro. Antes o después, por tanto, empresas y familias se ven afectadas.
Ante esta subida sinfín, el Ejecutivo español se ha visto obligado a tomar medidas para contener la presión sobre los ciudadanos y sobre el tejido económico en su conjunto. En junio anunció una rebaja sobre las cargas fiscales que gravan la electricidad (reducción del IVA hasta el 10%, supresión del impuesto de generación) y ya en septiembre se descolgó con un plan de choque que pasa por detraer unos 2.600 millones de euros de “beneficios extraordinarios” cosechados por las eléctricas y que aspira a reducir el recibo en un 22%. Tras estos cambios de urgencia y las últimas alzas en el mercado mayorista, el coste de la energía ha desplazado a los impuestos y otros recargos y ya supone la mitad del recibo de la luz.
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