El precio de la electricidad sigue disparado cerca del récord y mete presión al Gobierno para abaratar el recibo

El precio de la luz en el mercado mayorista será este martes de 153,43 euros megavatio hora (MWh), lo que supone el segundo precio más alto jamás registrado después del de este lunes, que marcó 154,16 euros. La cotización de la electricidad se mantiene en cotas históricamente elevadas, superando varios días los 150 euros y, en puntos concretos, los 170 euros, como los 171,58 que alcanzará el martes entre las 21.00 y las 22.00 (entre las 19.00 y las 23.00 estará por encima de los 170 euros). La espiral alcista en la que está inmerso el precio de la electricidad en el mercado mayorista pone presión al Gobierno para abaratar el recibo de la luz. El Consejo de Ministros prevé aprobar este martes algunas medidas para rebajar la factura y poder cumplir con el compromiso lanzado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que el precio a final de año sea equivalente al de 2018 (descontando el efecto de la inflación). Algunos expertos vaticinan que estas puntas pueden llegar a los 200 euros. La punta mínima será de 119,95 euros MWh entre las cuatro y las seis de la mañana.

Precisamente, la semana pasada el precio del mercado eléctrico español cerró con una media semanal de 136,18 euros MWh, una media solo superada por el Reino Unido y muy a la par con Italia. Asimismo, los meses de verano de este año han sido, con mucha diferencia, los más caros de la historia del pool, con un promedio en el mes de agosto de 105,94 euros MWh. Alemania baja a 121,9; Francia, 120,7; Polonia, 95, y los países nórdicos, 84,9 euros, a partir de los datos del Operador del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE), Refinitiv y la Dirección de Estudios de Repsol.

El precio de la electricidad en el mercado mayorista impacta en la factura de la luz para 10,5 millones de familias, las que tienen tarifa regulada. El resto, otras 19 millones de hogares, están en el mercado libre y la tensión en el mercado les afectará cuando renegocien sus tarifas fijas. El precio de la energía eléctrica supone ya cerca del 50% del recibo de la luz, algo más de un tercio lo representan los peajes y cargos y el resto los impuestos (IVA, impuesto de generación y el impuesto de la luz).

El Ejecutivo tiene previsto aprobar este martes un paquete de medidas para frenar el ascenso de los precios y evitar el impacto en la factura mensual. Se espera que, entre esas medidas, se incluyan la reducción del impuesto de la electricidad (un 5,11%) que se carga sobre la tarifa con el objeto de transferir posteriormente a las comunidades autónomas. Asimismo, se pueden incluir modificaciones en los cargos que se asocian a la tarifa, como los costes extrapeninsulares, las primas a las renovables o los fondos destinados al déficit tarifario.

Las medidas se añaden a la bajada, decidida hasta fin de año, del IVA del 21% al 10% y la supresión del impuesto de generación (del 7%) para todos los consumidores con potencia contratada hasta 10 kilovatios (kW), siempre que el precio medio mensual del mercado mayorista de la electricidad esté por encima de los 45 euros por megavatio hora (MWh). La suspensión del 7% del impuesto sobre el valor de producción de energía eléctrica ya se aplicó en 2018 durante seis meses para contener otra ola alcista.

El aumento, que ha sido prácticamente continuo desde junio, se basa en los precios internacionales del gas, materia prima que se utiliza para los ciclos combinados y que es la última tecnología que entra en el pool del mercado y de los de derechos de emisión de CO₂, que la última semana subieron un poco más hasta los 62 euros tonelada. A ello se suma la menos contribución de las renovables en el mix energético (sobre todo por la falta de viento), que obliga a aumentar los ciclos combinados.

Las oscilaciones en el precio diario afectan a los consumidores acogidos a la tarifa regulada (PVPC), unos 10,5 millones, mientras que están exentos los que están en el mercado libre (unos 17 millones) y que negocian el precio con las comercializadoras. No obstante, los consumidores de este segmento también verán la repercusión en sus contratos más adelante, normalmente referenciados a una serie de cláusulas.