La celestina de las cosas del comer

A la madrileña de origen danés Louise Koefoed le bastó una hoja de Excel y un teléfono para revolucionar el mundo de la restauración corporativa. Era 2017 cuando dejó atrás una década de trabajo en Axor Hoteles para hacer algo sin precedentes: intermediar entre restaurantes y grandes compañías que necesitan organizar almuerzos y cenas. “Aerolíneas, hoteles o agencias de viaje tienen comerciales de captación activa de clientes, pero los restaurantes no. Ahí vi la oportunidad”, cuenta Koefoed, fundadora y directora de Executive restaurants of the world, firma que funciona como representación y comercialización de restaurantes independientes.

En el primer año de actividad la empresaria facturó 30.000 euros con un proyecto que por entonces tenía otro nombre: Cosquillas Gastronómicas. El rendimiento confirmó que su idea era negocio. Trabajaba entonces con apenas una decena de restaurantes y ella se encargaba de todo. Se marcó como objetivo incrementar las reservas de los establecimientos de lunes a viernes. En 12 meses duplicó las cifras de comensales y en 2019 alcanzó los 100.000 euros de facturación. Todo iba sobre ruedas hasta que la crisis sanitaria cerró la hostelería. Koefoed aprovechó el tiempo para cerrar acuerdos con nuevas empresas y dar una vuelta a su negocio. Le dio un nuevo nombre de carácter internacional, saltó de Madrid a todo al territorio nacional y creó UpperEat, plataforma B2B con la que ha digitalizado procesos. Ahora Executive restaurants of the world tiene cinco empleados, trabaja con 30 restaurantes y un amplio catálogo de compañías como Repsol, ACS o Telefónica.

La firma ofrece beneficios a todas las partes. A las empresas que organizan periódicamente comidas de empresa les pone directamente en contacto con restaurantes que encajen en el perfil que han facilitado con sus necesidades: desde su política de gastos hasta la ubicación del establecimiento que les conviene, si tienen aparcacoches o incluso qué intolerancias alimenticias tienen sus directivos. Todo lo hacen a través de UpperEat, plataforma que les ofrece las opciones disponibles y confirma las reservas del lugar elegido en horario de oficina. El servicio abarata gastos a las compañías cerrando tarifas negociadas y con la deducción de IVA a través de la facturación centralizada. Los espacios gastronómicos también ganan al aumentar -y fidelizar- a clientes que son empleados y directivos de grandes corporaciones de lunes a viernes, aumentando el tique medio. Y Koefoed consigue ingresos ejerciendo su labor comercial y las comisiones por cada comensal.

“Ahorramos tiempo a los directores de compras de las empresas, pero a la vez vendemos los restaurantes como si fuéramos la mano derecha de sus propietarios formando parte de su comercialización interna. Esa es la clave del éxito”, dice Koefoed, que ha contado con el apoyo del programa de emprendimiento de Basque Culinary Center y la aceleradora de empresas Lanzadera, de Juan Roig. También ha firmado un acuerdo con Globalia Corporate Travel para que las 9.000 corporaciones que forman parte de la agencia puedan reservar también a través de UpperEat. “La tecnología ayuda a personalizar el proceso al máximo, pero no todo es cien por cien digital: cada empresa requiere una atención especial”, dice la empresaria, con sus cuentas aún en rojo, algo que espera revertir este año.

Las cifras de reservas ya son mejores que las de 2019, pero pocas grandes empresas salen aún a comer fuera. La compañía cree que el otoño será el despegue definitivo y que podrá cerrar el año volviendo a los 100.000 euros de facturación, esta vez con un 10% de beneficios. También prevé alcanzar cien restaurantes. “Es un proyecto escalable, pero preferimos crecer con mucha calma”, sentencia Koefoed.