La guerra del bricolaje: BigMat quiere plantar cara a Leroy Merlin
La cooperativa de productos de construcción y bricolaje acelera su expansión con la compra de la plataforma de Saint-Gobain
En BigMat, la compañía de distribución especialista en productos y soluciones de construcción y bricolaje, tienen claro que la unión hace la fuerza. “Solos no vamos a poder hacer nada, por eso estamos haciendo todo lo posible por crecer y crecer y por darles servicios a nuestros socios”, dice Jesús Prieto, director general. Con la reciente compra de La Plataforma de la Construcción —cuyo coste se niegan a facilitar— dan un paso más en la consecución de esa filosofía y aceleran el crecimiento del grupo el equivalente a tres años en su plan estratégico. La empresa, que facturó 1.100 millones de euros en 2020, desafía a los grandes verticales del sector con su apuesta de cooperativa en la forma y sociedad anónima en el funcionamiento.
“Yo creo que va a traer muchas alegrías”, dice Prieto sobre el modelo de La Plataforma de la Construcción, cuyos 12 establecimientos, dos centros logísticos y stock han adquirido, gracias a las aportaciones de los socios, tras materializar el acuerdo con el grupo Saint-Gobain. Con esta operación, BigMat persigue un doble objetivo. Primero, reforzar su posición en las dos poblaciones más grandes del país: “Saint-Gobain estaba metido en Madrid y Barcelona, ciudades en las que alrededor nosotros sí tenemos bastantes socios, pero en la propia capital no”. Y segundo, aprovechar su saber hacer: “Tienen un modelo de gestión diferente al almacén tradicional de materiales de construcción. Y ese modelo es el que vamos a tomar para aplicarlo en los almacenes de BigMat Iberia. Vamos a transformarlo para que sea útil y práctico para nuestros socios”.
Esta compra es, hasta el momento, el último movimiento estratégico de un grupo que nació en España en 1998. Entonces, siete almacenistas de Madrid encontraron en BigMat Francia, que buscaba exportar su fórmula para darle más notoriedad a la marca, el espejo en el que reflejarse. “De ahí a una central que compraba en unas pequeñas oficinas en la calle de las Naciones, que tenían dos despachos, a lo que ahora es BigMat es una evolución buena y yo creo que ha sido un éxito para todos los socios”, dice Prieto. En 2000 se habían adherido 20 socios, en 2005 sumaban 70 y en la actualidad son alrededor de 250, medio millar de operadores y 800 puntos de venta en España y Portugal.
El impulso por ser cada vez más grandes forma parte del ADN de la empresa. “Hemos crecido tanto internamente, adhiriendo más socios en BigMat, como externamente”, señala el director general. A la central de compras que materializaron hace 20 años le han seguido dos más: MasObra, fundada en 2015, y Divendi, adquirida en 2018. Además, han desarrollado BigWin, la filial del grupo dedicada al negocio de puertas y ventanas; Yo Reformo, una plataforma para conectar a particulares con profesionales para proyectos de reforma, y BigLog, la división logística con un centro de más de 100.000 metros cuadrados en Castellón, al que ahora se unen los dos de La Plataforma.
El grupo crece por encima de la media del mercado. En estos momentos ya han alcanzado el incremento del 7% que habían previsto para este ejercicio y calculan facturar alrededor de 1.250 millones de euros. El año pasado, sus ingresos aumentaron un 12% respecto a 2019, a pesar de la situación derivada de la pandemia de covid-19. “Dentro de lo que cabe, no nos ha afectado mucho económicamente”, dice Prieto, “como estamos en toda la península Ibérica y somos un servicio de primera necesidad, entonces hemos tenido los comercios abiertos en un 60% cuando fue la gran crisis porque la gente tiene que seguir haciendo obras”. Sí se enfrentaron, como otras empresas, a problemas de suministro.
“¿Quién vende en internet? Los verticales. Los horizontales, a ver cómo se ponen de acuerdo. Pues BigMat ha conseguido vender por internet. Eso nadie lo podía pensar y ahí estamos”, relata el director general sobre la puesta en marcha de su canal de venta electrónico en junio de 2020. “Parte del comercio dentro de 5 o 10 años será de internet”, asegura Prieto, que en ese escenario destaca los 800 puntos de venta con los que cuentan, si el cliente opta por no recibirlo en el domicilio, y el asesoramiento profesional en ellos. “Yo creo que en internet y en muchas cosas, el comercio tradicional podemos hacerlo muy bien”, apunta.
El servicio, con una atención personalizada y profesionalizada, del que hacen gala en BigMat es una de las armas que usan para hacer frente a sus competidores. “Podemos ir en una hora a llevar el material que se le ha olvidado al cliente en cualquier punto de España”, ejemplifica Prieto. “Eso es una ventaja que no tiene nadie porque tenemos camiones propios, y eso, quieras que no, también es importante”.
Proximidad
Otra de las ventajas competitivas que menciona, y que su ejemplo recoge también, es la proximidad. En un momento en el que los consumidores parecen volver al establecimiento de barrio, Prieto saca pecho al hablar de la posición del grupo en este aspecto. “Nosotros tenemos el comercio de cercanía y, desde luego, no nos vamos a mover”, dice. “Desde las Azores hasta Palma de Mallorca, pasando por las islas Canarias, a 50 kilómetros tienes un punto de BigMat cercano a ti”.
BigMat es una cooperativa y, por tanto, no persigue un beneficio contable. Las ganancias, cuentan, se reinvierten en márgenes y servicios para los socios, como consultoría, refuerzo de marca, en capacidad de distribución, etcétera. Han desarrollado, por ejemplo, una solución para mantener operativos y gestionar almacenes cuyos dueños se jubilan sin sucesor. De esta experiencia derivó Estrategias BigMat, una sociedad que tiene como objetivo fomentar las fusiones entre los socios aportándoles capital para la integración, que deben devolver a los dos años, y ayudando en su gestión.
Actualmente, la cuota de mercado del grupo en España es del 9,5%, al que sumarán un punto más por la adquisición de La Plataforma de la Construcción. Prieto está convencido de la capacidad de BigMat de llegar al 30% o al 40% en los próximos años, un objetivo marcado para poder asegurar la existencia de este tipo de almacenes, y pone como ejemplo a Eurobaustoff, que controla más del 50% en Alemania. “Hacen todo lo que hace una empresa vertical, pero con la filosofía de mantener las especificidades de cada uno. Y funciona. Yo soy un defensor y predicador convencido de que el almacén tradicional puede perdurar muchísimo tiempo”, concluye.
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