El cerebro de los envíos
Kubbo reduce el tiempo de entrega de pedidos empleando pequeños centros de distribución en ciudades
El fulfillment, un concepto que hace referencia a la necesidad de cumplir con el cliente, se hace más complicado cuando entra en juego el canal digital. De ahí que el término designe ahora a aquellos servicios logísticos que se realizan tras el clic de compra, entre ellos el que presta Kubbo, una ‘start-up’ surgida en Barcelona a finales de 2019. Sus dos fundadores, los ingenieros Eric Daniel Fernández y Víctor García, se conocieron a través de la red profesional Linkedin. El primero había trabajado para las consultoras KPMG y PwC y tenía un perfil tecnológico que se complementaba con los conocimientos logísticos de García, que hasta 2019 ocupó un puesto en el área operacional de Amazon. “De inmediato percibimos que estábamos alineados en lo que queríamos hacer y nos lanzamos porque el fulfillment era ya una realidad en EE UU”, cuenta Fernández por videollamada.
Arrancaron con 40.000 euros reunidos con ayuda de familiares y amigos y desde el principio tuvieron claro que la clave debía ser el alquiler de almacenes urbanos. “La demanda principal que se plantea al comercio minorista es la reducción del tiempo de entrega, pero la logística tradicional, con sus almacenes alejados de la ciudad, sufre para dar una respuesta”, defiende el emprendedor. Equiparon el primero en Barcelona, en el barrio de Sants, y ya tienen dos más en la capital catalana y un cuarto en Madrid. Su objetivo es extender esta red y facilitar las entregas en el día —por ahora disponibles en ambas ciudades y sus áreas circundantes— en toda Europa.
Gracias a que su plataforma “se integra con facilidad” en las tiendas virtuales de los negocios, Kubbo cuenta con medio centenar de clientes, la mayoría marcas nativo-digitales de moda, cosmética, alimentación no perecedera y dispositivos y accesorios electrónicos. Su facturación alcanzó los 266.000 euros en 2020. “Además de por agilizar las entregas, nos contratan para tener acceso a una plataforma donde ver el flujo de pedidos, el estado de cada uno, los niveles de inventario en cada almacén y las eventuales devoluciones”, resume García. La empresa se ha financiado con 1.266.000 euros obtenidos en dos rondas de inversión y tiene más de 20 empleados. No están en beneficios, pero obtienen una ganancia por cada entrega. Pese a añadir un eslabón más a la cadena hasta el comprador final, defienden que con ellos las marcas reducen hasta un 20% el precio de cada operación.
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