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La batalla del Mediterráneo por el turismo

Los principales destinos vacacionales se baten por atraer a los viajeros inmunizados para evitar un segundo verano a medio gas que dé la puntilla a un sector muy debilitado por la pandemia

Hugo Gutiérrez
beach in Barcelona where the woman went for a swim.
Vista de las playas de La Barceloneta (en primer término) y Sant Miquel (al fondo), este sábado en Barcelona.Carles Ribas (EL PAÍS)

Los países del Mediterráneo librarán el próximo verano una batalla fratricida para atraer a los turistas. Con unas economías muy dependientes del turismo, se la juegan para evitar la debacle económica que supondría otra temporada estival a medio gas. Alrededor del Mediterráneo se citan Francia, España, Italia, Grecia, Turquía y Egipto, entre otros, países que se han lanzado en las últimas semanas a la carrera de atraer a los turistas vacunados o facilitar la movilidad internacional con pruebas PCR.

Cada Gobierno se mueve para conseguir reactivar el sector de su país lo antes posible y mostrarse como lugar seguro ante sus vecinos. Y todos prestan especial atención a las decisiones de dos de los grandes caladeros de turistas: Reino Unido y Alemania. El Gobierno británico, por ejemplo, anunció el viernes su listado de semáforos sobre los países recomendados para viajar. Entre ellos, España quedó relegada a la lista ámbar —se puede visitar con restricciones—. En la lista verde solo se incluyó por el momento a 12 países, entre ellos Portugal, Israel y Gibraltar. Así, los británicos que quieran ir por ocio a alguno de los lugares en la lista ámbar deberán realizar a la vuelta cuarentena obligatoria y pagar dos PCR para los días segundo y octavo de la reclusión.

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En Alemania, por su parte, el Ejecutivo sigue desaconsejando oficialmente viajar al extranjero por turismo, pero cada vez son más las voces que auguran un verano en el que se podrá salir de vacaciones. El ministro de Exteriores, Heiko Maas, dijo el jueves que el Gobierno va a permitirlo siempre que sea de forma responsable. “La gente está deseosa de volver a tener vacaciones. Quieren salir en busca de playa, sol y relax”, asegura Kerstin Heinen, portavoz de la asociación alemana de agencias de viajes. Pero este deseo todavía no se refleja en las reservas para el verano, que ahora son un 20% de las que había en la misma fecha en 2019.

Grecia, España y Turquía serán los principales destinos para los alemanes, según datos de los turoperadores. Por el momento, Alemania exige cuarentena de 10 días al volver de una zona de riesgo, en la que están prácticamente todos los países, incluida casi toda la UE y España, salvo algunas excepciones como Baleares, Murcia, Valencia y Galicia.

Comisión Europea. En busca de un marco general aceptado

Entre los países competidores europeos, hay un partido común que se juega en Bruselas donde se busca un acuerdo general aceptado por todos. La Comisión Europea es consciente de que el rebote económico en la UE solo tomará cuerpo si la actividad turística se reanuda en el sur de Europa. Por eso quiere hallar un equilibrio entre la seguridad necesaria por la pandemia y una reactivación de los movimientos tanto dentro como fuera de la Unión. El certificado digital debe ser la pieza clave que permita que los europeos puedan desplazarse de un país a otro.

La Eurocámara pide, además, que el coste de las PCR sea asumido por los gobiernos y que solo se acepten las vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento, lo que dejaría fuera del radar a mercados cuyos ciudadanos han sido inmunizados con la rusa Sputnik V o la china Sinovac. Si no hay un acuerdo, el pasaporte vacunal sería solo una recomendación, y no una regulación.

Además, a medida que se acelera la campaña de vacunación, Bruselas también cree que es el momento de empezar a levantar las fronteras. La Comisión aprobó el pasado lunes un proyecto de recomendación, que deberá ser examinado por los 27 países, para que los Estados miembros relajen las restricciones a los viajes no esenciales para ciudadanos vacunados de terceros países, por ejemplo del Reino Unido, EE UU o Israel.

España. La vacunación marca la salida

Para el Gobierno de España, la señal de la salida la marca la vacunación. Esa es la respuesta que se repite desde instancias gubernamentales y es la herramienta en la que confían para reactivar la industria de los viajes con seguridad, lo que esperan que les lleve hasta el 50% de las llegadas de 2019. Una cifra difícil de conseguir, dada la brecha abierta en la primera parte del año —el estado de alarma, que dificultaba los viajes por ocio, acaba este domingo—.

Esa es la cara más amarga de la moneda, aunque hay otra más amable a la que se agarra el Gobierno de coalición: el proceso de vacunación y la previsión del Ejecutivo de que se reactive la movilidad internacional en junio. Con una inmunización generalizada tanto en España como en los mercados emisores de viajeros se abrirá un nuevo escenario que marcará un antes y un después en la crisis del coronavirus.

Pese a los contratiempos como la decisión del Reino Unido de dejar a España en la lista ámbar, el sector se agarra también al clavo ardiendo de la vacunación. “Habrá una dura competencia por precio, pero los países se la van a jugar en la imagen del destino y la seguridad”, sostiene José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. Las reservas, por el momento, dan algo de esperanza: según los datos de la agencia de viajes en línea Rumbo.es las ventas se han disparado un 68% para los paquetes de vuelo más hotel.

Francia. Cortejo al turismo de EE UU

Preparativos para la reapertura de los locales en las playas de Niza (Francia), el 3 de mayo.
Preparativos para la reapertura de los locales en las playas de Niza (Francia), el 3 de mayo. ERIC GAILLARD (Reuters)

Todas las medidas que anunció la semana pasada Emmanuel Macron para relajar las restricciones ante la covid apuntan a un objetivo: permitir que la temporada turística del verano se desarrolle con la máxima normalidad. El 9 de junio, Francia abrirá sus puertas a turistas extranjeros, entre ellos los más deseados, los estadounidenses. Y para el 30 de junio todas las restricciones se habrán levantado.

La condición para la entrada de turistas extranjeros será que presenten un certificado digital que demuestre que han dado negativo en una prueba PCR o han sido vacunados y se adelanta a la medida similar en la que trabaja Europa. El año pasado las fronteras ya estuvieron abiertas a los turistas europeos; la novedad este año será que Francia quiere atraer a los del resto del mundo. “Estamos trabajando duro para proponer una solución concreta, especialmente para los ciudadanos de EE UU que estén vacunados, con pase especial”, aseguró Macron en abril en la cadena estadounidense CBS.

Italia. Pase sanitario propio

Italia se abrirá al turismo —interior e internacional— desde mediados de mayo. El primer ministro, Mario Draghi, ha anunciado que instaurará un “pase verde” para que los turistas puedan entrar y viajar libremente por el territorio del país transalpino, también sin esperar al movimiento de Europa. Este documento certificará que su portador ha sido vacunado contra la covid, ha pasado la infección en los últimos meses o ha dado negativo en una prueba reciente de coronavirus.

Italia ha decidido adelantarse así a la UE, que planea poner en marcha el pasaporte sanitario en junio, y ha presionado para que se acelere la introducción de este salvoconducto en el resto de países europeos. “Ha llegado el momento de reservar las vacaciones en Italia. Naturalmente, estamos deseando acogeros de nuevo”, señaló Draghi en una reunión de ministros de turismo del G-20.

Hasta ahora, la movilidad en Italia estaba fuertemente restringida. Solo se podía cambiar de región por motivos muy específicos como trabajo o urgencias. Pero desde finales de abril las medidas se han ido levantando progresivamente. El país eliminará previsiblemente, aún sin fecha específica, la cuarentena obligatoria de cinco días para todas las llegadas, una medida que instauró antes de las vacaciones de Semana Santa. Y el Ejecutivo se plantea retrasar el toque de queda, que actualmente es a las diez de la noche.

Grecia. Apertura inminente

Un hombre desinfecta las hamacas de una playa próxima a Atenas, este sábado.
Un hombre desinfecta las hamacas de una playa próxima a Atenas, este sábado. YORGOS KARAHALIS (AP)

Grecia se prepara para abrir la temporada turística el próximo sábado, 15 de mayo. El país aún está saliendo de su segunda y peor ola y tiene una incidencia cerrana a los 300 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días (cifra algo superior a la de España), pero ha comenzado a aflojar las restricciones vigentes desde mediados de otoño.

A mitad de mayo se abrirán las playas y los turistas extranjeros podrán entrar en el país si están vacunados o si presentan un test PCR negativo. Al mismo tiempo, Grecia ha llegado a acuerdos con países extracomunitarios como el Reino Unido e Israel para establecer corredores que faciliten la llegada de población inmunizada.

Grecia ha sido uno de los países más beligerantes en esta batalla en Europa, entre otras cosas porque el mercado comunitario no es suficiente en su caso. De ahí los acuerdos ya alcanzados y la esperanza de que puedan llegar viajeros de otros destinos con un proceso de vacunación avanzado como Emiratos Árabes.

Israel. La ventaja de una vacunación masiva

Con un 60% de su población completamente vacunada, lo que equivale a un 85% de los adultos, y una tasa de contagios insignificante (0,2% de positividad en las pruebas de detección PCR), Israel se ha preocupado antes de abrir las puertas de salida a los viajes de sus habitantes que de la reactivación de su sector turístico, que en 2019 representó un 5,9% del PIB. Gracias a acuerdos bilaterales con países como Grecia, Chipre o Georgia, los israelíes con certificado de vacunación han podido salir de vacaciones sin necesidad de someterse a cuarentenas ni a la ida ni a la vuelta, aunque tras haber pasado en ambos casos por las perceptivas PCR negativas. Desde el jueves, Israel figura en la lista elaborada por Bruselas de países a los que se permitirá levantar las restricciones para viajar a la Unión Europea.

Después de haber prohibido desde comienzos de marzo del año pasado la entrada de todos los extranjeros no residentes, Israel ha presentado un plan de reapertura para la llegada de visitantes a partir del 23 de mayo, aunque solo podrán entrar los ya vacunados que tendrán que presentar, además, una PCR negativa y someterse a su llegada a una prueba serológica (cuyos resultados se conocen en menos de 10 horas) para constatar la presencia de anticuerpos contra el coronavirus que corrobore la inmunización.

El Ministerio de Turismo israelí solo se plantea aceptar visitantes en mayor número a partir de julio si se mantiene la baja tasa de contagios y las nuevas variantes de la covid no se propagan en su territorio. La ministra Orit Farkash-Hacohen defiende que es el momento de “aprovechar la ventaja de ser el primer país que ha salido de la pandemia para ser también el primero en la recuperación del sector turístico”. De ahí la campaña internacional en marcham que incluye grandes carteles con el mensaje “reserva tu vuelo a Israel” en lugares tan emblemáticos como Times Square, en Nueva York, o Picadilly Circus, en Londres. El primer hito será recibir el 11 de junio a miles de visitantes extranjeros en el primer desfile del orgullo gay de Tel Aviv tras la peste del siglo XXI.

Turquía. Alfombra roja a los turistas

Turquía ha extendido la alfombra roja a los turistas extranjeros, pues necesita urgentemente sus divisas para contrarrestar la crisis derivada de la pandemia y la pérdida de sus reservas por la mala gestión del Banco Central. En este sentido, el Ministerio de Sanidad ha anunciado que a los ciudadanos de 16 Estados con alto nivel de vacunación o poca incidencia del coronavirus no se les exigirá presentar un test PCR (estén vacunados o no) a su entrada al país. Entre estos países están el Reino Unido, Israel, Ucrania, Letonia, Estonia, China y Japón. Con esta medida, Ankara pretende hacer competencia a países vecinos como Grecia o Chipre, que han establecido corredores turísticos para británicos, israelíes y ciudadanos de varios Estados del Golfo.

El país euroasiático está saliendo de una tercera ola en la que ha registrado el mayor número de infecciones de toda la pandemia y, por primera vez, ha establecido un confinamiento duro hasta el 17 de mayo. Pero las restricciones funcionan de modo dual: deben respetarlas los ciudadanos y los residentes extranjeros, aunque los turistas están exentos. Esto ha sido muy criticado en las redes sociales donde se ha popularizado un cartel que imita la publicidad turística con el lema: “Turquía sin límites. Ahora disponible sin turcos”.

Egipto. A la espera de Rusia

Desfile de reliquias antiguas por las calles de El Cairo, organizado el mes pasado como reclamo turístico en Egipto.
Desfile de reliquias antiguas por las calles de El Cairo, organizado el mes pasado como reclamo turístico en Egipto. KHALED DESOUKI (AFP)

El Gobierno de El Cairo fía su temporada al retorno de los turistas de Rusia tras el anuncio de que se retomarán los vuelos desde ese país a los resort del mar Rojo, Sharm El Sheij y Hurghada, después de más de un lustro sin conexiones aéreas a causa del atentado contra un avión de pasajeros en 2015. Antes de esa fecha, los rusos suponían casi un tercio del turismo en Egipto por lo que se espera que este influjo lleve el volumen de turistas al 40% de los niveles anteriores a la pandemia. El Ejecutivo turco también ha anunciado que inmunizará a los empleados turísticos, aunque por el momento la campaña avanza despacio y solo el 0,5% de la población egipcia ha sido vacunada.

Marruecos y Túnez. Desventaja por la situación sanitaria

En Marruecos, el turismo aporta el 12% del PIB en ingresos, pero las autoridades han dado prioridad hasta el momento a las medidas sanitarias. Desde el pasado marzo fueron cancelando las conexiones aéreas con unos cuarenta países. La medida, que afecta a los vuelos con España, estará vigente al menos hasta el 10 de junio. Así que, de momento, las autoridades se están volcando en cuidar el turismo interior.

En Túnez, por su parte, la situación sanitaria es bastante peor y el ritmo de vacunación mucho más lento. Además, los hospitales se encuentran al borde del colapso. Pese a todo, el país está abriendo sus puertas desde la última semana de abril al turismo: los viajeros deberán presentar un test PCR negativo, efectuar una cuarentena de cinco a siete días en su hotel del que no podrán salir si no es en grupo. Unas medidas que complican las cosas al sector.

Con información de Elena G. Sevillano (Berlín), Rafa de Miguel (Londres), Lluís Pellicer (Bruselas), Marc Bassets (París), Lorena Pacho (Roma), Andrés Mourenza (Estambul), Juan Carlos Sanz (Jerusalén) y Francisco Peregil (Rabat).

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Sobre la firma

Hugo Gutiérrez
Es periodista de la sección de Economía, especializado en banca. Antes escribió sobre turismo, distribución y gran consumo. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS tras pasar por el diario gaditano Europa Sur. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, Máster de periodismo de EL PAÍS y Especialista en información económica de la UIMP.

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