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Agnelli: la ‘familia real’ italiana extiende sus tentáculos para incrementar su fortuna

El clan heredero del imperio en torno a Fiat diversifica sus negocios hacia el sector del lujo

Visita de John Elkann, en el centro, a la mayor planta de Fiat, Mirafiori.
Visita de John Elkann, en el centro, a la mayor planta de Fiat, Mirafiori.CampoNicol / LaPresse / ContactoPhoto"

Los Agnelli acostumbran a situarse en las plazas más altas de todo tipo de clasificaciones económicas, pese a que una de sus marcas más emblemáticas, Ferrari, últimamente no lo haga en los circuitos de la Fórmula 1. La dinastía de los fundadores de Fiat es una de las más ricas y célebres de Italia y, además, ocupa el cuarto lugar entre las 750 mayores familias empresariales del mundo, según la última lista de la publicación Family Capital. También están entre las 10 estirpes más ricas del fútbol mundial. Son propietarios de la Juventus de Turín desde 1923, lo que les convierte en la dinastía deportiva más longeva de Italia. Andrea Agnelli, con un patrimonio que supera los 11.000 millones de euros, preside el club, que cuenta con un valor de mercado cercano a los 1.000 millones y es promotor de la fallida Superliga que esta semana ha desatado la guerra en el fútbol europeo.

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El imperio Agnelli comenzó a levantarse en 1899 con la extraordinaria visión estratégica y la apuesta por la innovación tecnológica de Giovanni Agnelli sénior, fundador de Fiat, sobre la que se edificaron los grandes mitos de la Italia moderna y que desempeñó un papel clave en la evolución del capitalismo italiano, además de convertir a Turín en el epicentro industrial del país. En la actualidad ha perdido peso. Pero después de décadas de desarrollo internacional, de una importante descentralización, de la adquisición de Chrysler para esquivar la quiebra, de la fusión del grupo resultante con el francés PSA que dio origen a Stellantis, el cuarto mayor grupo automovilístico del mundo, y de otros avatares, el coloso sigue en constante expansión y en busca de nuevas inversiones.

El grupo familiar está apuntando últimamente hacia el mundo del lujo. En marzo pasado adquirió el 24% de Christian Louboutin, el fabricante francés de los famosos zapatos con la suela roja. Con una inversión de 541 millones de euros, los Agnelli nombrarán a dos de los siete miembros del consejo. Poco antes habían anunciado una inversión de 80 millones en la empresa china del lujo Shang Xia, controlada hasta ahora por Hermès, a través de una ampliación de capital que convertirá a la familia en accionista mayoritario. Shang Xia es conocida por combinar la artesanía tradicional china con el lujo.

John Elkann, el presidente de Exor, la sociedad de inversión de la familia con sede en Holanda, ha explicado a los accionistas su intención de explotar su experiencia como propietarios de Ferrari para construir marcas de lujo. Y ha destacado los sólidos resultados financieros y la capacidad de resistencia de este sector, que ha seguido fuerte incluso en el año de la pandemia y que está experimentando un robusto crecimiento, especialmente en China. “Los consumidores chinos representan ya un tercio del gasto en lujo y se espera que este porcentaje aumente hasta al menos la mitad del total, con un mercado chino que alcanzará los 95.000 millones de euros en 2025”, señala Elkann en la carta enviada a los accionistas de Exor. Y continúa: “Creemos que tanto nuestra experiencia en el lujo como nuestro horizonte a largo plazo nos convierten en el socio ideal para ayudar a Shang Xia a convertirse en una gran empresa. Al hacerlo, construiremos una empresa del siglo XXI que pueda complementar y fortalecer a las empresas que poseemos hoy, la mayoría de las cuales fueron fundadas entre los siglos XIX y XX”.

El analista Bernardo Bertoldi, profesor de la Universidad de Turín y especializado en empresas familiares, destaca que el modo de invertir está cambiando en esta etapa marcada por un exceso de liquidez global y en un momento en el que el capital invertido por las grandes familias empresarias puede tener una ventaja competitiva. “El sector de la inversión es ahora más competitivo que nunca. Los fondos de capital riesgo tienen enormes sumas para invertir, los mercados financieros vienen de años de buenos resultados y están cosechando gran parte de la liquidez producida por las políticas monetarias expansivas”, señala el experto. Y añade: “Quienes buscan un inversor valoran más el capital que llega de quienes tienen un fuerte perfil empresarial. También se están viendo cada vez más casos de grandes fondos de inversión que se asocian con empresarios para sus operaciones”.

Bertoldi explica que Exor se ha dotado de una estructura con tres tipos principales de inversiones: las mayoritarias, en las que la empresa lidera con una visión empresarial; las financieras, en participaciones minoritarias en compañías cotizadas, y las inversiones de capital semilla en empresas prometedoras.

En los últimos meses han entrado en el capital de Louboutin y Shang Xia

En esta línea, los Agnelli pusieron en marcha en 2017 Exor Seeds, la sociedad a través de la cual invierten en empresas emergentes en fase inicial y avanzada. Desde entonces, han apostado 250 millones de dólares en 42 compañías del mundo, de las que aproximadamente la mitad están en Estados Unidos, un tercio en Europa, Oriente Próximo y África, y el resto en Asia-Pacífico y América Latina. A través de este brazo inversor de Exor, la familia también ha entrado hace unas semanas en la fintech inmobiliaria italiana Casavo, que había impulsado una ronda de financiación de 200 millones, la quinta desde su nacimiento en 2017. Esta empresa emergente tiene planes de crecimiento en los mercados de Italia y España y de otras ciudades europeas.

Los Agnelli tienen también participaciones en varios medios de comunicación, entre ellos el diario financiero The Economist y el grupo editorial italiano GEDI, que controla los periódicos nacionales La Stampa y La Reppublica, entre otros. Además, controlan la totalidad de la reaseguradora Part­nerRe y son socios mayoritarios de Ferrari, con el 23% de la compañía; de Stellantis, con el 14,4%; de CNH Industrial, el fabricante de equipos agrícolas, camiones, autobuses y vehículos comerciales, con el 27% de los derechos económicos, y de la Juventus, con el 64%. “Su estrategia se ha basado en mantener una fuerte presencia en el sector del automóvil y al mismo tiempo, como han hecho todas las grandes familias internacionales, diversificar su patrimonio. Han apostado principalmente por el sector de las aseguradoras, que es una buena inversión, con un buen perfil de riesgo-rendimiento; por la industria editorial y el lujo, que debería ser el sector más resiliente”, valora Guido Corbetta, profesor de Iniciativa Empresarial y Empresa Familiar de la Universidad Bocconi de Milán.

Nuevas generaciones

En Italia se conoce a los Agnelli como los reyes sin corona de la República, protagonistas indiscutibles de la crónica social del país transalpino, aunque sobre todo en la época del carismático Gianni Agnelli, l’Avvocato (abogado), fallecido en 2003 y abuelo de las nuevas generaciones que ahora llevan las riendas de los negocios.

Los conflictos familiares entre primos, padres e hijos, sus enfrentamientos por la ingente herencia o las salidas de tono de algunos miembros destacados del clan ocupan tanto espacio en la opinión pública como sus gestas o peripecias económicas.

La generación más joven está ahora representada por John Elkann, de 45 años, heredero de su abuelo Gianni Agnelli y actual timonel del grupo familiar, que ha conseguido multiplicar casi por 10 el rendimiento financiero del conglomerado desde que se puso al mando en 2003 y que, entre otras cosas, firmó el fichaje estrella de Sergio Marchionne, el hombre que salvó Fiat. “Son una familia muy grande, pero son capaces de tomar decisiones importantes de una manera muy rápida. Tienen una estructura en la que hay un líder claro, el resto se identifica con él y permanecen unidos en torno a esta persona”, apunta el profesor Corbetta, que destaca sus vínculos con otras poderosas familias internacionales. El poder de la sangre.


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