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La Audiencia Nacional investiga si cuatro bodegas de Valdepeñas estafaron a sus clientes con vinos menos elaborados

La Fiscalía ha denunciado que las bodegas Félix Solís, García Carrión, Navarro López y Fernando Castro comercializaron caldos que no cumplían con los requisitos de elaboración

Almacén de botellas de vino de una bodega de Castilla-La Mancha.
Almacén de botellas de vino de una bodega de Castilla-La Mancha.carlos rosillo

La Audiencia Nacional ha abierto una investigación contra cuatro bodegas por los delitos de estafa, publicidad engañosa y falsedad documental. Las pesquisas llegan tras una denuncia de la Fiscalía contra las bodegas Félix Solís, García Carrión, Navarro López y Fernández Castro, todas ellas comercializadoras de vinos con la denominación de origen protegida Valdepeñas, a las que acusa de vender como vinos de crianza, reserva y gran reserva caldos que no cumplían con los requisitos de elaboración de los mismos, ni en periodo mínimo de envejecimiento, ni en la permanencia en barrica de roble, ni en botella.

La denuncia hace hincapié en que las etiquetas de los vinos comercializados indicaban en ciertos casos que se trataba de “reserva o gran reserva”, un hecho que para la Audiencia Nacional “es una información relevante y engañosa sobre las características del producto dirigida al consumidor, puesto que el contenido de tales botellas se ha elaborado sin haber respetado los tiempos de envejecimiento en barrica”.

La demanda va acompañada de datos que muestran el desacople entre los litros vendidos por las bodegas y los declarados oficialmente ante la Asociación Interprofesional de la DOP Valdepeñas durante el año 2018. En el caso de las bodegas Félix Solís, vendió como crianzas 472.745 litros más de los declarados a los supervisores, así como 146.706 litros más de vinos reserva. Además, hubo una diferencia de 752.234 litros de vino tinto de reserva 2018 entre lo declarado y lo comprado en realidad por seis clientes, y de 7.842 litros en el caso de tintos gran reserva.

Irregularidades similares se detectan, según la Fiscalía, en las otras tres bodegas. En el caso de García Carrión, se verificó la venta de tres millones de litros de vino gran reserva a un solo cliente, una cantidad que no cuadra ni con lo declarado a la autoridad administrativa inspectora (410.780 litros menos), ni a la Asociación Interprofesional de la DOP Valdepeñas (879.881 litros menos). En las bodegas Vinartis, parte del mismo grupo, la diferencia entre lo declarado y lo vendido fue de 808.032 litros en crianza y 226.683 litros en reserva.

En las bodegas Navarro López y Fernando Castro, los desajustes son algo menores. En el caso de la primera, vendió 90.187 litros más de lo declarado en los vinos que han de cumplir con ciertos estándares para alcanzar una categoría. Y en el de la segunda los números de la Fiscalía aparecen en porcentajes: las ventas realizadas a Alcampo difieren en un 1.367% en los vinos de crianza, y en un 1.941% en los vinos de reserva.

En un auto fechado este lunes, el juez José Luis Calama autoriza a la policía a investigar las ventas de vinos con denominación de origen Valdepeñas por parte de dichas compañías entre los años 2010 y 2019, así como las categorías de esos vinos (crianza, reserva o gran reserva), la cantidad de botellas y los precios de compraventa. El magistrado señala que si las etiquetas de las botellas indicaban que se trataba de un vino reserva o gran reserva y se prueba que no era así, pudo cometerse un delito de falsedad documental; si se demostrara que el contenido de las botellas se ha elaborado sin haber respetado los tiempos de envejecimiento en barrica, existiría un delito de publicidad engañosa; y si se probara que ello ha conllevado a los clientes un perjuicio económico, a esos delitos puede sumarse el de estafa.

Una guerra comercial

La guerra de las etiquetas y las denuncias de fraude entre estas bodegas se iniciaron en el verano de 2019, cuando las organizaciones agrarias Asaja, Upa y Coag y las cooperativas agroalimentarias denunciaron a la Fiscalía de Ciudad Real la existencia de irregularidades al no responder la calificación de las etiquetas al tipo de vino envasado. Unos meses más tarde hacía lo mismo, en este caso ante la Fiscalía de Albacete, el grupo J. García Carrión. En ambos casos se entendía que el Consejo Regulador no estaba adoptando las medidas necesarias para el control al estar dominado el mismo por personas afines a Félix Solís. Ambas denuncias se unificaron en una sola que fue remitida a la Audiencia Nacional.

Hasta 2017, la comercialización de los vinos de Valdepeñas, de los que anualmente se venden unas 70 millones de botellas, solamente requería que en el etiquetado se señalara si se trataba de blancos o tintos. Desde esa fecha se aplica un decálogo de buenas prácticas promovido por la Consejería de Agricultura que se contempla un nuevo etiquetado donde se indica exactamente el tipo de vino embotellado bajo las denominaciones de crianza con seis meses, reserva con tres años y gran reserva con cinco años.

Para el consejero de Agricultura de Castilla La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, existe una guerra comercial entre los principales grupos bodegueros por hacerse con el mercado, con el Consejo Regulador como pieza clave. Considera que se han vendido muchas botellas sin pasar los controles obligatorios y que en muchos casos no coinciden los número de botellas vendidas. La consejería puso en marcha en 2020 una auditoría, aún por finalizar, para analizar todo el proceso desde la elaboración a la comercialización y se espera que los resultados sean esclarecedores. “Desde la consejería no hemos estados parados, hemos impulsado los controles sobre las bodegas de la DO y se han abierto expedientes a la cuatro principales empresas”, defiende.

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