El nuevo grupo automovilístico Stellantis se estrena con una caída de beneficios por la pandemia

Stellantis, el nuevo gigante de la automoción surgido de la fusión de PSA y FCA, nace con unos resultados de 2020 muy tocados por el impacto de la covid. PSA (Peugeot, Citroën y DS) vio cómo su beneficio neto caía un 32% y se situaba en 2.173 millones de euros, mientras que FCA (Fiat y Chrysler, entre otras) apenas ganó 24 millones de euros, lo que supone un desplome del 99%. A falta de que los dos grupos puedan presentar cuentas consolidadas una vez concluyan los trámites de su integración, el consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, aseguró en un comunicado que “los resultados muestran la solidez financiera de Stellantis, asumiendo a dos fuertes y sanas compañías”.

Tavares, en una rueda de prensa posterior, ha puesto en valor el hecho de que al finalizar el último ejercicio el grupo Stellantis, sin haber logrado todavía las sinergias propias de la fusión, tenía una posición financiera de 17.800 millones de euros y una liquidez de más de 57.000 millones de euros. “PSa y FCA han hecho los deberes para conseguir unos resultados equilibrados; estamos empezando la fusión con buen pie en la situación financiera. Y ha destacado en diversas ocasiones que la fusión no obedece a dar solución a una situación de crisis ni a quedar aislados por un grupo tradicional de la automoción, sino que se trata de una operación ofensiva.

Stellantis prepara el plan estratégico del grupo para los próximos años, en el que tiene claro que quiere tener una posición más fuerte en China. El consejero delegado del nuevo grupo ha destacado la importancia de esa hoja de ruta conjunta y ha recordado el paso atrás que dieron Chrysler y Daimler después de anunciar su fusión que acabó frustrada en 2016, después de que Daimler perdiera en torno a 20.000 millones de euros en una inversión tras tratar sin éxito de modernizar la marca estadounidense, que ahora forma parte de FCA.

El grupo ha arrancado este año su fusión con el objetivo de poder competir con los grandes de la automoción, liderados por Toyota y Volkswagen en volumen de ventas, al aproximarse a los seis millones de vehículos vendidos y alcanzar sinergias con las que invertir en el desarrollo del vehículo eléctrico y autónomo. Pese al aplauso recibido en Bolsa en su estreno, los resultados presentados por separado son una nueva muestra de cómo el coronavirus ha golpeado a los fabricantes de coches.

PSA facturó el pasado ejercicio 60.734 millones de euros, lo que supone una contracción del 18,7%. Por su parte, FCA situó sus ventas en 86.676 millones, dejándose uno de cada cinco euros facturados un año antes.

Pese a esos resultados, que sí muestran mejoras del resultado de explotación, Stellantis prevé que este año el beneficio operativo del grupo se sitúe entre un 5,5% y un 5,7%, según ha explicado en un comunicado, al prever un crecimiento en todos los mercados donde está presente. En ese nuevo escenario, en el que ya no prevén afectación por cierres de producción vinculados a la pandemia, estiman que el mercado sudamericano será el que más crecerá, a un ritmo del 20%, seguido por Europa, que ganará un 10% de ventas. Norteamérica, un mercado relevante para el negocio de FCA, evolucionará a un ritmo del 8%.

Tavares, que antes de asumir el mando de Stellantis era el consejero delegado de PSA, ha subrayado la “resiliencia” mostrada por el grupo de Peugeot después de la “rigurosa ejecución” del plan para ganar eficiencia en el grupo francés y ha señalado que esos resultados suponen “una contribución clave al lanzamiento de Stellantis”.