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Europa busca cómo defenderse de la ‘invasión’ de las plataformas audiovisuales estadounidenses

Los gigantes del negocio de vídeos bajo demanda deberán contribuir a la producción de películas y series locales

María Antonia Sánchez-Vallejo
‘Elite’ es una de las producciones españolas de más éxito de Netflix.
‘Elite’ es una de las producciones españolas de más éxito de Netflix.Manuel Fernandez-Valdes/Netflix

El dominio de las compañías estadounidenses en el negocio del streaming ha activado las alarmas en Europa. Y es que hay temor a que las industrias nacionales puedan verse arrinconadas. En este sentido, el Gobierno presentó el pasado mes de noviembre el anteproyecto de la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual. La novedad legislativa, que transpondrá al ordenamiento jurídico español una directiva europea de 2018, establece que plataformas como Netflix, HBO, Disney+ o Amazon Prime Video, entre otras, deberán destinar un 5% de los ingresos generados en España a financiar cine y series europeos. Esta medida trata de equiparar a los grandes del streaming con TVE o las cadenas privadas (Mediaset, Atresmedia) que ya contribuyen a la producción audiovisual nacional. El anteproyecto de ley también recoge otra medida que Bruselas dictó para proteger el séptimo arte del viejo continente: las plataformas audiovisuales de vídeo bajo demanda tendrán que dedicar un 30% de su catálogo a obras europeas.

Los expertos creen que fuera de EE UU también hay margen para que crezcan plataformas alternativas. En su opinión, la clave de su éxito será la especialización. Un ejemplo de oferta de nicho se da en España. El sueño de los cinéfilos convertido en realidad: Filmin. Especializada en cine y series para gourmets — con joyas como De dioses y hombres o The Visitor, por citar solo dos de un catálogo de 15.000 títulos, el mayor de Europa en suscripción—, ofrece valor añadido: una apuesta que va más allá del entretenimiento y se adentra en el mundo de la cultura.

“En este último año se ha dado la tormenta perfecta: un mercado creciente, una tecnología que ha supuesto un cambio en la forma de consumir contenidos, junto con una pandemia que ha obligado a pasar más tiempo en casa. Todo esto ha acelerado un cambio previsible… Nuestra impresión es que todavía van a llegar nuevas plataformas, porque algunos de los grandes productores quieren subirse al carro y disponer de su propio servicio de vídeo bajo demanda. A partir de ahí, estamos seguros de que se producirá un proceso de concentración y especialización. Probablemente, algunos de los servicios más grandes se unirán y absorberán a algunos más pequeños. La oferta generalista acabará tocando techo y la única posibilidad de sobrevivir y crecer será a través de los nichos”, estima José Antonio Luna, director de Operaciones de Filmin.

Ramón Garnica, socio de Nazca Capital, accionista mayoritario de la compañía, dibuja un escenario similar: “Al igual que ya ha ocurrido en 2020-2021 con Disney+, HBO Max o Peacock, creemos que continuará apareciendo alguna plataforma nueva, principalmente enfocada en el segmento mainstream [generalista]. Adicionalmente, a medida que el mercado va desarrollándose, creemos que se consolidará la tendencia hacia la multiplataforma (suscripción a varias plataformas por un mismo usuario), lo que favorecerá una mayor cuota de plataformas de mediano tamaño y posicionamiento de nicho capaces de ofrecer un contenido de calidad complementario al de las grandes plataformas americanas”.

Filmin fue pionera en España en otras iniciativas, como los estrenos simultáneos en Internet y en el cine, ese modelo híbrido que parece una innovación forzada por el cierre de las salas a consecuencia del coronavirus. También impulsó el primer festival de cine online en España, el Atlàntida Film Fest.

Sobre el hipotético riesgo de que el mercado del streaming derive en burbuja, Garnica niega la mayor. “No vemos un riesgo de que se convierta en una burbuja y esperamos que el mercado continúe creciendo a ritmos importantes en los próximos años”.

La lucha por el tamaño

Sobre la saturación o el cansancio de los espectadores, Luna concede que es una posibilidad. “Sí puede haber un efecto saturación por la cantidad de oferta. Las consecuencias serán las fusiones, por un lado, y la creación de servicios de agregación, por otro. Es un negocio de márgenes pequeños y necesidad de grandes volúmenes de suscriptores. Hasta ahora, las estrategias van encaminadas a conseguir ese número de suscriptores, cuando se toque techo tendrán que concentrarse en hacerlas rentables”.

“Los fundamentos del mercado de streaming son sólidos, tanto en lo relativo a su progresivo crecimiento de cuota sobre el total del consumo audiovisual como al potencial de incrementar su penetración en la población”, sostiene Garnica. “Para la supervivencia a medio plazo de las plataformas, cada vez será más importante tener un posicionamiento claro y diferenciado, que permita generar un modelo rentable y autosuficiente y no requiera de cantidades crecientes de financiación externa”, concluye el socio de Nazca Capital. En su opinión, la clave para evitar la saturación en el cliente será “un enfoque editorial de calidad y una cuidadosa labor de curaduría de los contenidos”.

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