Jeff Bezos dejará este año su puesto de consejero delegado de Amazon
El fundador de la compañía seguirá formando parte de la junta directiva, pero cede su lugar a Andy Jassy
El fundador de Amazon, Jeff Bezos, dejará su puesto como consejero delegado del gigante del comercio electrónico. La compañía ha informado este martes al cierre del mercado de que su lugar lo ocupará el director ejecutivo de Amazon Web Services, Andy Jassy, en algún momento del tercer trimestre del año, mientras Bezos se repliega como presidente ejecutivo de la firma. La transición llega en un momento dulce para la tecnológica, justo cuando ha anunciado que por primera vez ha rebasado los 100.000 millones de dólares en ventas en un solo trimestre.
La decisión hizo esfumarse las subidas iniciales de la acción derivadas de la buena marcha de la compañía en el último trimestre, al abrir un periodo de incertidumbre sobre el nuevo liderazgo. Actualmente, la empresa tiene un valor bursátil de 1,7 billones de dólares. La tecnológica informó este martes de un aumento de más del doble de sus beneficios en el último trimestre de 2020, que alcanzaron 7.200 millones de dólares, mientras que sus ingresos aumentaron un 44%, hasta 125.600 millones.
“Cuando te fijas en nuestros resultados financieros, lo que estás viendo en realidad es el resultado acumulado durante mucho tiempo de [nuestra] inventiva”, ha declarado el cofundador de Amazon. “Y ahora mismo veo a Amazon con más inventiva que nunca, por lo que es un tiempo óptimo para la transición”, explicó, en una carta a los inversores.
Bezos (Albuquerque, Nuevo México, 57 años) ha sido jefe ejecutivo de Amazon desde su fundación, en 1994, en un garaje de Seattle y durante este tiempo se ha convertido en uno de los empresarios más poderosos del mundo, con una fortuna valorada en casi 200.000 millones de dólares según la revista Forbes.
La transición arranca cuando Amazon parece imbatible, alimentado por récords de venta en medio de la pandemia y generando beneficios e ingresos sin cuenta a partir de los servicios de la nube, que el propio Jassy ha contribuido a crear y gestionar. De hecho Jassy, ligado a Amazon desde 1997, era visto como el sucesor in pectore desde que el año pasado el ejecutivo Jeff Wilke, considerado en su día un potencial reemplazo de Bezos, anunció que dejaba la compañía. La salida de escena de Bezos recuerda la retirada de Bill Gates, que abandonó la jefatura ejecutiva de Microsoft, pero sigue como presidente de la empresa.
Amazon es hoy mucho más que la librería más grande del mundo o la empresa que revolucionó el comercio minorista. Es también un proveedor de contenidos en línea y de tecnología en nube, un gigante del entretenimiento, con su división Amazon Prime, y de la publicidad digital, y ha entrado en el sector de la alimentación e incluso en la asistencia sanitaria, además de revolucionar el sector de las farmacias. Su última apuesta es la creación de un gran supermercado virtual, Amazon Fresh. Los potenciales frenos a su expansión proceden del ámbito regulatorio, como demuestran las demandas interpuestas por violar la legislación antimonopolio por parte de Bruselas y de algunos Estados norteamericanos, así como la creciente fiscalización por parte del Congreso de EE UU, donde Bezos se ha visto obligado a dar explicaciones, en una ofensiva política que por una vez ha puesto de acuerdo a demócratas y republicanos.
Pero la figura de Bezos, uno de los oráculos de Silicon Valley y hasta hace muy poco el hombre más rico del mundo ―desbancado por el visionario Elon Musk, fundador de Tesla―, rebasa ampliamente el mundo de los negocios. El empresario desembarcó simbólicamente en Washington en 2013, al comprar por 250 millones de dólares The Washington Post, diario golpeado por años de pérdidas. Fue una adquisición personal del propio Bezos, no de su empresa, que enseguida se demostró acertada y que convirtió a su dueño en el primer gran empresario de Internet que rescataba un periódico impreso. Bezos salvó la cabecera favorita de las élites de la capital en un momento de honda crisis estructural del modelo tradicional del negocio informativo y se convirtió en una de las dianas favoritas de las invectivas del presidente republicano Donald Trump contra los medios.
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