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Las pernoctaciones en alojamientos extrahoteleros se desplomaron casi un 60% en 2020 por la pandemia

El cierre del año, muy afectado por los contagios de la tercera ola, ahonda la caída tras hundirse en diciembre un 71,4%

Hugo Gutiérrez
Decenas de bañistas disfrutan del día en el Pozo de las Paredes, en la sierra de Gredos, en agosto de 2020.
Decenas de bañistas disfrutan del día en el Pozo de las Paredes, en la sierra de Gredos, en agosto de 2020.INMA FLORES (EL PAIS)

Los alojamientos turísticos extrahoteleros (apartamentos, cámpines, casas rurales y albergues), así como los hoteleros, han sufrido un 2020 nefasto por la pandemia de coronavirus. En el caso de los extrahoteleros, la pérdida medida en pernoctaciones ha sido del 58,8% respecto a los números del año anterior, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este lunes. En total, se registraron 52,2 millones de noches frente a las más de 125 millones de 2019.

En el caso de los alojamientos no hoteleros, se repiten los patrones de comportamiento derivados de la crisis de la covid en los hoteles. Esto es, el turismo de residentes en España ha aguantado mejor el golpe (han realizado 32,5 millones de pernoctaciones, una caída del 36,5%) que los viajeros extranjeros (han realizado 19,7 millones de noches, un descenso acusado del 73,9%). Aunque en ambos casos se anotan caídas notables.

Por tipología, la mayoría de las pernoctaciones se realizaron en apartamentos turísticos (un 45% del total) y en cámpines (el 41,6%). El turismo rural representó un 12% de las pernoctaciones realizadas durante el año, mientras que los albergues se anotaron el 1,4% restante. Sin embargo, la evolución entre las distintas opciones fue diferente: los que mejor soportaron el golpe fueron los alojamientos de turismo rural y los cámpines, con un descenso del 46,4% y 46,7%, respectivamente. Mientras, los apartamentos turísticos se desplomaron un 67,1% en 2020 y los albergues, un 74,9%. El grueso de estas caídas se debe a los meses del confinamiento, en los que la actividad fue nula, aunque la parte final del año ha contribuido a mantener e incluso agrandar la brecha por el nuevo ascenso de los contagios.

En cuanto a las plazas ofertadas y a la ocupación, la pandemia ha dejado también un socavón importante. En los apartamentos turísticos, por ejemplo, tras la apertura de verano se redujo el número de plazas en un tercio. El año pasado solo se cubrieron de media el 21,2% de las opciones ofertadas, casi la mitad de ocupación que en 2019. En los albergues, la oferta se desplomó un 54,1% y la ocupación se quedó en el 16,3%, un 31,7% menos que en 2019.

Entre los cámpines, las plazas se redujeron un 32,7% y la ocupación se quedó en el 36,3%, un 11,1% menos que un año antes. Y en los alojamientos de turismo rural, otro de los segmentos que mejor ha soportado el embate de la covid, la reducción de la oferta fue del 33,7% y la ocupación media alcanzó el 15,5%, casi un 20% por debajo del año anterior. Es decir, incluso para los que mejor han sorteado la crisis, el año 2020 ha sido muy malo. Eso sí, pese a lo grueso de las correcciones en el conjunto de los alojamientos extrahoteleros, estos acabaron con un mejor año (o menos malo) que los hoteles, en los que la caída de pernoctaciones en 2020 ha sido del 73,3%.

Mal final de año

El último mes de 2020 ha confirmado la tendencia bajista marcada tras el incremento de contagios durante la segunda y tercera olas del coronavirus en España y el resto de Europa. Las pernoctaciones totales en alojamientos extrahoteleros fueron algo superiores a los 1,7 millones, lo que supone un descenso del 71,4% respecto a diciembre de 2019. Esto es, cuatro puntos porcentuales menor que la de noviembre, aunque sigue con un desplome superior al 70%. El ejercicio se cerró con 85.212 alojamientos no hoteleros abiertos, un tercio menos que en el mismo mes del año anterior.

En número de viajeros, en diciembre hubo 322.000 turistas que se alojaron en apartamentos turísticos, cámpines, casas rurales o albergues. Los residentes en España representaron el 76,5% del total (246.000 viajeros frente a los 75.000 extranjeros). Pese a este mayor volumen, las pernoctaciones se dividieron casi de forma pareja: el 49,3% fueron de los residentes en España y el 50,7% de los no residentes, que suelen contratar estancias más largas. De ahí que la cifra que utilice el sector para medir la caída sea la de pernoctaciones y no los viajeros, ya que se acerca más al agujero que deja en los ingresos: a menos noches gastadas, menor gasto.

Sobre la firma

Hugo Gutiérrez
Es periodista de la sección de Economía, especializado en banca. Antes escribió sobre turismo, distribución y gran consumo. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS tras pasar por el diario gaditano Europa Sur. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, Máster de periodismo de EL PAÍS y Especialista en información económica de la UIMP.

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