_
_
_
_

Desmantelada en Málaga la primera fábrica ilegal de tabaco oculta bajo tierra de Europa

La planta tenía capacidad para producir 3.500 cigarrillos por hora, con un valor de seis millones al mes. La Guardia Civil detiene a 20 personas

Un agente muestra algunos de los cigarrillos intervenidos. GUARDIA CIVIL. Vídeo: AtlasFoto: atlas
Nacho Sánchez

Sobre el terreno, una cuadra de caballos protegida por una estructura metálica a las afueras de Monda (Málaga, 2.594 habitantes). Bajo tierra, una fábrica ilegal de tabaco de 200 metros cuadrados que funcionaba las 24 horas del día. Sin ventanas ni ventilación, salvo por un generador que reciclaba el aire, los trabajadores vivían durante semanas bajo tierra realizando turnos de 12 horas y durmiendo en pequeñas literas. Allí producían 3.500 cigarrillos a la hora y más de medio millón a la semana, valorados en 1,5 millones de euros, hasta que el pasado martes 11 de febrero la Guarida Civil desmantelaba la organización criminal que la dirigía la factoría clandestina. La operación ha culminado con la detención de 20 personas de origen británico, lituano y ucraniano. Doce de ellas ya están en prisión.

"No es un sitio elegido a la azar. Y la elección de la granja de caballos era perfecta como tapadera", ha destacado el comandante Carlos Gallego, responsable del Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. "Es la primera fábrica en el subsuelo descubierta en Europa", añade Howard Pugh, especialista en la lucha contra el tabaco de Europol. Esta organización policial es la que dio la primera pista a la Guardia Civil, avisando de que dos delincuentes relacionados con la manufactura ilegal de esta sustancia vivían en la Costa del Sol. "Esta gente no sabe hacer otra cosa", destacan desde la Guardia Civil, que ha contado con la colaboración de cuerpos policiales de Polonia, Lituania o Reino Unido. Según Europol, la organización ya estaba construyendo otra factoría para aumentar la producción en territorio español. En Europa se desmantelaron 47 fábricas durante 2019.

Cuando los agentes llegaron a la finca, tuvieron que esforzarse en encontrar el agujero que daba acceso a las instalaciones clandestinas. Tardaron 18 horas en dar con él, porque los detenidos no confesaron cómo se entraba al búnker. Ello puso en riesgo la vida de las seis personas que trabajaban aquel día, porque la el generador del aire dejó de funcionar por falta de gasoil y el oxígeno estaba acabándose. "Podrían haber muerto asfixiados", cuentan fuentes de la Guardia Civil, sorprendidas por la falta de humanidad de los criminales. Dos de los arrestados son fugitivos internacionales. Y su nivel de vida ha ido cambiando en los últimos meses. "Vivían primero en el pueblo, pero a los pocos meses se mudaron a urbanizaciones de Marbella o pisos de lujo de Málaga capital. Ganaban mucho dinero", ha afirmado Gallego.

La fábrica fue construida con rapidez, en apenas unos meses y con la inversión de "varios cientos de miles de euros". De hecho, en Google Maps el terreno aún aparece vacío. Para llegar hasta allí –una finca aislada en plena Sierra de las Nieves entre decenas de casas diseminadas- hubo que unir una línea de puntos constituidos por las pistas que se fueron hallando durante la investigación. Y una vez en el lugar, la Guardia Civil debió mover el contenedor con maquinaria pesada de obra. Cuando los agentes bajaron al zulo donde se elaboraba ilegalmente la mercancía, se quedaron sorprendidos. Además de a los seis trabajadores asustados y agradecidos por el rescate, encontraron una cocina con siete sillas, dos neveras y una televisión por satélites, un dormitorio con cuatro literas, un baño con plato de ducha. También tres salas con maquinaria para la fabricación de tabaco rodeadas por numerosas herramientas y así como filtros, papeles y otros elementos de cada cigarro. El contacto con el exterior de los empleados era nulo durante semanas en un régimen de casi esclavitud.

Tras meses de una compleja investigación, el Grupo de Delincuencia Económica puso en marcha la operación –denominada HANNIBAL- en la que se han incautado 17,6 toneladas de picadura de tabaco y se han intervenido 153.000 cajetillas (más de tres millones de cigarrillos) listas para la venta, además de 144 kilogramos de marihuana y 20 de hachís. Al ritmo de fabricación que mantenían podrían facturar 72 millones de euros al años por la mercancía. Según especialistas de la UCO, Andalucía, Galicia y Andorra son los lugares donde el tabaco ilegal está más aceptado socialmente y, por tanto, es donde más se produce, a pesar de que supone un gran riesgo para los consumidores por la ausencia de controles sanitarios.

La marca falsificada era Cartel, de origen búlgaro y el destino de la mercancía Europa occidental: Francia, Alemania y, especialmente, Reino Unido. Allí cada paquete se vendía en el mercado negro por alrededor de dos euros, cuando el precio en de la versión legal ronda los 12 euros. "Quien compra esto sabe bien su procedencia", dice uno de los especialistas de la UCO, que destaca cómo, a simple vista, es casi imposible distinguir un cigarro falsificado del legal. "El paquete es un poco más cutre, eso sí", explica este experto, que destaca que, con el tiempo, este tipo de fábricas van perfeccionando la fabricación hasta hacerlos "prácticamente iguales".

La investigación no está cerrada. Desde Europol explican que ahora hay que seguir la pista a quienes suministraban las mercancías y trabajadores a esta organización. Sus integrantes arrestados han sido imputados de los delitos de contrabando de tabaco, organización criminal, blanqueo de capitales y contra la propiedad industrial entre otros. Del caso se ha encargado el juzgado de Instrucción número 1 de Coín.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_