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Las rebajas de enero pierden fuelle... pero aún quedan nostálgicos

El comercio electrónico y la liberalización de las rebajas reduce el impacto de la tradicional fecha de descuentos

Inicio de las rebajas en el Corte Inglés de Preciados, Madrid, durante este martes.Foto: atlas | Vídeo: EFE: Paco Campos

“Las rebajas ya no son lo que eran”, asegura María Teresa Martín, dependienta con 44 años a sus espaldas trabajando en El Corte Inglés. A menos de diez minutos para que abran los comercios de la calle de Preciados, en el centro neurálgico del comercio madrileño, unas docenas de personas se enfrentan al frío para tener el privilegio de ser los primeros en aprovechar las rebajas de enero. La imagen contrasta con el recuerdo de Martín: Hace apenas unos años, las masas de clientes desbordaban la puerta del comercio a esa misma hora, ansiosos de sacar tajada de los tradicionales descuentos que seguían al día de Reyes.

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Black Friday, Cyber Monday, Feliz 2020…”, Martín enumeran los eventos de rebajas que se han adelantado a las del martes 7 de enero. “Hay tantos descuentos que cuando llega el día de hoy la gente ya ha hecho sus compras”, explica la vendedora veterana.

La liberalización de las rebajas y la llegada de nuevos fenómenos de consumo han trastocado los hábitos de compra de los españoles, y son muchos los negocios y los clientes que ya no esperan el tradicional pistoletazo de salida. Antes de su liberalización en 2012, este periodo de ofertas concentraba más del 40% de la facturación anual del sector. Ahora, según los datos de la patronal del comercio textil Acotex, y los de la Confederación Española de Comercio (CEC), no llegan al 20%. Es el fin de la estacionalidad. “Realmente es una noticia negativa”, aclara Eduardo Zamácola, presidente de Acotex. “Todo el mundo lanza promociones durante todo el año y esto reduce los márgenes de ganancias. Ya no se ven las rebajas como un momento para quitarse productos que las empresas no habían logrado vender. Ahora el cliente está exigiendo ofertas continuas”, añade.

Clientes suben las escaleras de El Corte Inglés de la calle de Preciados, en el centro de Madrid, este martes.
Clientes suben las escaleras de El Corte Inglés de la calle de Preciados, en el centro de Madrid, este martes.INMA FLORES (EL PAIS)

Mari Paz Ávila ha sido una de las primeras en entrar al Corte Inglés este año, sin empujones ni colas interminables en esta ocasión. “He venido a devolver regalos y cambiarlos”, comenta esta madrileña de 52 años. La compra principal —un portátil— la hizo en noviembre, durante el Black Friday. Al igual que ella, Celia y Carmen Sánchez, hermanas septuagenarias, compraron toda la ropa que necesitaban ellas, sus hijos y sus nietos hace mes y medio. Ahora disfrutan de las rebajas más tranquilas de su vida, dicen, mientras cambian algunas prendas con las que no acertaron. Estela Santiago, de 48 años, se muestra defraudada con la oferta de las firmas de ropa. “Antes era fácil encontrar productos exclusivos de oferta en estos días. Ahora las marcas rebajan antes y tienes que estar pendiente en todo momento”, asegura esta personal shopper mientras otea bolsos en busca de alguna ganga.

La tendencia de las ventas ya no depende de un periodo de rebajas, “si no que viene influido por multitud de aspectos, como la fortísima irrupción del comercio online”, argumenta la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED). Ana Anastasia, de 28 años, confiesa comprar principalmente por Internet. Hoy acompaña a su suegra en las rebajas, Esther Matito, de 50 años, quien por el contrario prefiere comprar en persona: “A mí me gusta más probarme todo, verlo y tocarlo”, afirma. Es una de las nostálgicas de las rebajas de toda la vida. Jesús Álvarez, de 26 años, recorrió la noche anterior más de 600 kilómetros para llegar puntual desde Vigo a las rebajas de la capital. Pese a este viaje excepcional, reconoce que sobre todo recurre al móvil para comprar.

Un empleado de El Corte Inglés coloca un cartel de descuentos.
Un empleado de El Corte Inglés coloca un cartel de descuentos.INMA FLORES (EL PAIS)

No es solo el boom digital el que hace que año tras año disminuya la marabunta de clientes del 7 de enero. Nuria Rodríguez, se niega a comprar online. “Vivo en el centro y tengo a un paso todas las tiendas. Al final empleas más tiempo buscando lo que quieres en Internet y devolviendo lo que no te viene o te queda mal”, explica esta profesora de 47 años. Pese a todo, Rodríguez comenzó sus rebajas el jueves pasado, el mismo día que H&M, junto a otros comercios como Mango o Cortefiel, adelantaron el estreno de sus descuentos.

Pan para hoy, hambre para mañana

Aunque la patronal de las grandes superficies (ANGED) confía en que cuatro millones de personas visiten sus establecimientos este 7 de enero, el pequeño y mediano comercio no es tan optimista. Pedro Campo, representante del sector, advierte de que los negocios de proximidad no pueden mantener el ritmo agresivo de las rebajas: "No podemos jugar en esta línea. El margen de ganancias es tan reducido que lleva a pérdidas". Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, pide desde la patronal textil responsabilidad para los comerciantes: "Esta dinámica de rebajas constantes para posicionarte mejor que la competencia es pan para hoy y hambre para mañana". Y también lanza un mensaje para el consumidor: "Si quieres tiendas cerca de tu casa, con profesionales cualificados y buena atención al cliente, no puedes exigir comprar siempre con descuentos", concluye.

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