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Emprendedores

Emprender con 60 años

Dos amigas fundan una almazara ecológica en Valencia desde la que distribuyen aceite a toda Europa

María Dolores Ferrando. 
María Dolores Ferrando. 

Cuando seamos mayores plantaremos olivos. Esa fue la promesa de dos amigas, María Dolores Ferrando y Anne Barrutia, que hoy, 30 años después, es un sueño hecho realidad. OliOli Biodinámico es su marca y las tierras de San Antonio, en Requena (Valencia), la plataforma de esta aventura que las ha lanzado como empresarias a los 60 años. Tienen desde hace cinco años la única almazara de la Comunidad Valenciana con línea exclusivamente ecológica, y su aceite ha sido premiado como producto saludable. Un logro que, para su fundadora y gerente, María Dolores Ferrando, es producto del “tesón, la formación continuada, saber elegir un buen equipo, motivarlo y respetar su ámbito de actuación para que cada proceso y etapa fluyan de manera productiva”. Toda una filosofía que ha llevado a esta microempresa, compuesta por dos socias y tres empleados, a facturar más de 100.000 euros y a exportar en Alemania, Finlandia, Noruega y Dinamarca. Además, a nivel de particulares, atienden ya pedidos en toda Europa.

Afrontan, eso sí, con resistencia numantina sus pérdidas, “no se puede ser verde con números rojos”, afirma Ferrando con una sonrisa, aunque asegura estar muy satisfecha de un crecimiento que supera ya el 30% en un negocio donde la inversión requerida por la maquinaria es extremadamente costosa. “Emprender te pone a prueba cada día”. Sin miedo a arremangarse, se confiesa chica para todo, “llevo las cuentas, vendo aceite, hago las catas, atiendo visitas, controlo los olivos…”, pero “hay que saber delegar y respetar el trabajo de los otros sin intromisiones, especialmente si trabajas con la familia”.

Para María Dolores, dedicada anteriormente a la gestión sanitaria, y Anne, a la arquitectura de paisajismo, la edad es toda una aliada para montar un negocio porque “afrontas desde la madurez emocional los reveses que van surgiendo y eso impide que te vengas abajo”. Una templanza que cada cosecha es puesta a prueba: “Por muy bien que se hagan las cosas, quien tiene la última palabra en nuestro caso es la meteorología”. Una fortaleza no exenta de entrega y pasión desde la que aconseja a los mayores “lanzarse al proyecto que has pensado toda la vida desde la formación continuada, sobre todo si se trata de un sector diferente; aprender mucho, actualizarte, hacer contactos, estar en los congresos y dar visibilidad a lo que haces”.

Muy implicada en el mundo ecológico y sostenible —sus olivos están en las Hoces del Cabriel, Reserva de la Biosfera—, Ferrando ha encontrado el propósito de su empresa en la lucha contra la despoblación de su zona: “Creamos puestos de trabajo directos e indirectos, para potenciar la comarca y por ende el turismo. Buscamos profesionalizar la agricultura para que haya más olivicultores y se genere mayor empleo local”.

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