La subida del impuesto al diésel recaudará 500 millones pero abre una grieta en el bloque de investidura
El PNV muestra su malestar por la medida y Ciudadanos asegura haber logrado el compromiso del Gobierno para eliminarla
El Gobierno de coalición ha introducido en el proyecto de Presupuestos para 2021, que aprobó el martes el Consejo de Ministros, una subida a la fiscalidad del gasóleo que ya ha creado malestar en el bloque de investidura. El PNV, que dio su voto favorable para que Pedro Sánchez llegara a la Moncloa y cuyo apoyo se necesita para que salgan adelante las nuevas cuentas, ha mostrado su enfado por la decisión y ha acusado al Ejecutivo de incumplir lo pactado. Ciudadanos, que ha aceptado sentarse a negociar las nuevas cuentas, ha asegurado este miércoles que ha logrado el compromiso del Gobierno de eliminar a través de una enmienda la subida de impuestos al diésel.
El proyecto de Presupuestos aprobado el martes contiene una medida que pretende acercar la tributación del diésel a la de la gasolina, un cambio fiscal que lleva tiempo sobre la mesa del Gobierno. En concreto, las cuentas para 2021 contemplan que el tipo estatal general del gasóleo suba hasta los 34,5 céntimos por litro ―frente a los 30,7 actuales― y así se reduzca la bonificación de la que goza este combustible hasta los 3,8 céntimos por litro. Se espera que este recargo sobre el diésel aporte unos 500 millones de euros. Este cambio no afectará al gasóleo de uso profesional y al bonificado.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha advertido este miércoles de que el aumento de impuestos al diésel, no es una medida “progresista ni adecuada” y “mina la confianza” del PNV en el Gobierno. Así lo ha declarado en una entrevista a Herri Irratia-Radio Popular, recogida por Europa Press. Ortuzar ha añadido que el Gobierno había afirmado que este cambio impositivo no entraría en las futuras cuentas. El político ha subrayado que la medida pondrá “en situación difícil a muchos puestos de trabajo” de la industria vasca dedicada a los motores diésel porque, “si es más caro, la gente dejará de comprar coches diésel”.
El Gobierno ya había incluido en el proyecto de Presupuestos de 2019 ―que no llegó a ver la luz― esta modificación en la tributación del gasóleo, cada vez más denostado por sus efectos dañinos sobre el medio ambiente y en la mira de las políticas europeas para reducir las emisiones contaminantes. Tanto entonces como ahora, el Ministerio de Hacienda español alegó que el objetivo último de este cambio es disuasorio antes que recaudatorio. En la misma dirección irán los nuevos impuestos a envases de plástico y residuos que el Ejecutivo pretende aprobar y que ofrecerían, según sus cálculos, unos ingresos adicionales de 1.350 millones en 2021 en conjunto.
500 millones
En el caso de la reducción de la bonificación al gasóleo contenida en el proyecto de Presupuestos para 2021, el Gobierno pronostica una recaudación de 500 millones en dos años (450 millones en 2021 y 50 en 2022). En el Plan Presupuestario que había enviado a Bruselas en 2018 para el año siguiente, las previsiones de recaudación eran de 670 millones IVA incluido.
La menor fiscalidad que soporta el diésel no se debe a que este combustible haya sido históricamente más barato por cuestiones técnicas, sino en la política comunitaria que diseñó hace años la Unión Europea para impulsar la industria comunitaria y el transporte de mercancía por carretera, que suele usar el gasóleo por ser más eficientes a paridad de vehículo y kilometraje.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró el martes tras el Consejo de Ministros que la reducción de la bonificación al diésel tendrá un coste adicional de 3,45 euros al mes para un usuario con perfil medio, que recorra unos 15.000 kilómetros al año.
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