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China deja atrás el virus con un crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre

El gigante asiático consolida su recuperación tras controlar el avance de la pandemia frente a la parálisis del resto de grandes economías mundiales

Un grupo de personas sale de un paso subterráneo en Pekín.
Un grupo de personas sale de un paso subterráneo en Pekín.WANG ZHAO (AFP)

La recuperación económica tras la pandemia se antoja un horizonte lejano para la mayor parte de los países del mundo, muchos de los cuales todavía enfrentan cifras de contagio en cotas máximas. No así en China, cuyo PIB dibuja la ansiada V impulsado por el dinamismo de su mercado y la capacidad de sus autoridades para poner el virus bajo control. En el tercer trimestre, la economía del gigante asiático avanzó un 4,9%, según los datos oficiales publicados a primera hora de este lunes por la Oficina Nacional de Estadística.

El coronavirus golpeó con dureza a China en el primer trimestre, provocando una caída del 6,8%, su primera contracción en casi medio siglo. La anterior se remontaba a 1976, en plena Revolución Cultural y tras la muerte de Mao Zedong. Ya entre abril y junio abandonó los números rojos con un repunte del 3,2%, una cifra que apuntaba a que lo peor había quedado atrás mientras el resto del mundo se hundía en una profunda recesión.

Pero el guarismo revelado este lunes va un paso más allá, confirmando con claridad la tendencia previa y colocando al país asiático muy cerca del ritmo anterior a la pandemia. Y, sin embargo, algunos analistas esperaban una recuperación aún más rápida: la encuesta de expertos elaborada por Bloomberg auguraba un salto del 5,5%.

De este modo y salvo sorpresa, el país cerrará el año en territorio positivo pese a la debacle global. El Partido Comunista, no obstante, rehusó establecer un objetivo de crecimiento anual tal y como acostumbra durante la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional celebrada en mayo. La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza sus previsiones anuales hasta el 1,9%. Esto convertirá a China, el primer país en el que se manifestó la covid-19, en una de las pocas grandes economías mundiales —si no la única— que crecerá en 2020. El organismo, por contra, otorgaba un -4,3% para Estados Unidos y un -10,3% para la India.

Sólido repunte del consumo

Otros datos que han visto la luz este lunes confirman esta lectura optimista: todos, sin excepción, confirman la tendencia alcista. La producción industrial, un indicador clave de la salud del tejido productivo, creció un 6,9% en septiembre tras el 5,6% de agosto. La inversión en activos fijos también aumentó un 0,8%. La tasa de desempleo —pese a ser una cifra poco representativa de la realidad laboral: no contabiliza a un gran número de trabajadores migrantes— siguió reduciéndose hasta el 5,4% después de alcanzar su techo en febrero con un 6,2%.

Uno de los resultados más positivos ha sido el de las ventas al por menor, que repuntaron un 3,3% en septiembre. El consumo fortalece así su evolución tras crecer por primera vez en lo que va de año el pasado mes de agosto, con un 0,5%. Este indicador es clave para la reactivación económica tras el parón a comienzos de año. Desde entonces, el control del virus ha permitido retomar la actividad con leves restricciones. Los colegios han iniciado el curso escolar con normalidad, las fábricas operan a pleno rendimiento y los centros comerciales lucen atestados de clientes: una realidad confirmada por las cifras publicadas este lunes.

“La recuperación de China se ha visto apoyada por una política monetaria y fiscal acomodaticia, así como una exitosa estrategia de contención del virus que ha facilitado un sólido rebote tanto de la demanda doméstica como de las exportaciones”, detallado en una nota la consultora Eurasia. Los datos de aduanas publicados la semana pasada reflejaban cómo las ventas al exterior han mantenido su avance, creciendo un 13,2% en septiembre hasta alcanzar un monto histórico de 203.000 millones de dólares (173.000 millones de euros). En abril, el gigante asiático sumó casi la quinta parte de las exportaciones globales.

Esta tendencia, no obstante, podría verse atenuada por la apreciación de la moneda nacional, el yuan, que viene de experimentar recientemente su mayor revalorización en 15 años: hoy hacen falta 6,70 unidades de la divisa china para hacerse con un dólar, cuando el pasado mes de mayo eran 7,20. Consciente de ello, el banco central actuó la semana pasada para frenar su escalada. Si el consumo reacciona del mismo modo que las exportaciones, la economía china podría mantener la buena marcha hasta el punto de recuperar parte del terreno perdido. El FMI ya cree que el gigante asiático crecerá por encima del 8% en 2021.

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