La pandemia arrastra a las grandes empresas a pérdidas sin precedentes, según el Banco de España
El beneficio de la actividad regular se hundió un 70% y casi dos tercios de las compañías necesitaron liquidez
Las medidas para atajar la crisis sanitaria del coronavirus han hecho un importante roto en las cuentas de las grandes empresas, han tenido un impacto muy desigual por sectores y han aumentado de manera sustancial la deuda. El Banco de España ha publicado este lunes los datos de la Central de Balances trimestral, que incorpora información de unas 870 compañías, sobre todo de gran tamaño. Y estas estadísticas revelan que el conjunto de ellas arrojó en el primer semestre pérdidas, algo que es muy poco habitual en esta muestra. Hasta el punto de que hace casi 20 años que no sucedía. Habría que remontarse a 2002, con el estallido de la burbuja puntocom que afectó particularmente a las grandes empresas, para encontrar unos números similares, explica el organismo supervisor. Y aun así no se podría establecer una comparación fiel porque el grupo de sociedades recogidas ha variado mucho.
Los datos compilados por el Banco de España son rotundos. La pandemia y las consiguientes restricciones a la movilidad tuvieron un impacto muy fuerte en la contabilidad empresarial. La cifra de negocio de las grandes compañías cayó de media un 22,5% entre enero y julio respecto al mismo periodo del año anterior. El resultado de explotación, que se calcula restando a la facturación las compras, otros gastos de explotación y el coste del personal, se desplomó un 39%. Los ingresos financieros disminuyeron un 30%, sobre todo por el retroceso de los dividendos; mientras que el pago de intereses descendió un 11% gracias a que siguió bajando el coste de financiación. Las amortizaciones netas, los deterioros y las provisiones aumentaron un 3,4%. En consecuencia, el resultado ordinario neto de estas empresas —esto es, el beneficio propio de su actividad regular— se hundió un 70%, un batacazo también sin precedentes. Y el pago de impuestos sobre ese beneficio, un 61%.
Eso fue lo que pasó con el beneficio ordinario. Si además se añaden los resultados extraordinarios o atípicos, que incluyen valoraciones y ventas de activos financieros como acciones, las empresas entraron en pérdidas. Un hecho que muy rara vez ocurre. La pandemia ha provocado que las ventas de activos hayan tenido minusvalías.
“Una proporción elevada de las compañías registraron déficits de explotación, lo que, junto con las inversiones en activos fijos y las amortizaciones de deuda, hizo que cerca del 60% de las empresas de la central de balances trimestral presentaran necesidades de liquidez”, explica el documento publicado por el servicio de estudios del Banco de España.
En el 45% de los casos las empresas tenían más gastos de explotación que ingresos. Se trata de unos porcentajes muy grandes de sociedades precisando liquidez. Y eso se cubrió con un fuerte aumento del endeudamiento, destaca el organismo supervisor. Las empresas tiraron mucho de préstamos de otras compañías del mismo grupo y de financiación bancaria. En cambio, hicieron un uso muy reducido de las líneas del ICO.
Por otra parte, el Banco de España recalca que la evolución está siendo muy dispar por tipos de empresas. El valor añadido bruto, que resta a las ventas las compras hechas para poder producir, cayó especialmente en la industria y el comercio y hostelería. Además, al 25% de empresas que les fue peor se les hundió mucho más que al resto.
El gasto de personal se redujo un 4,8% como consecuencia de dos factores. Por un lado, la desaceleración en el crecimiento de las remuneraciones. Y por otro, debido a la caída del empleo, que disminuyó un 5,4% en el semestre.
Y la rentabilidad ordinaria del activo ha caído a la mitad. Se sitúa ahora en un 2% frente al 4%, 5% o 7% de momentos precedentes. Y una vez se sustrae el coste financiero, la rentabilidad se queda prácticamente nula: en un 0,2%.
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