Tesla se desploma en Bolsa tras retrasar la producción de sus baterías de bajo coste

Tesla vio mermado su valor bursátil en 50.000 millones de dólares (casi 43.000 millones de euros) en la sesión de este martes después de que su consejero delegado, Elon Musk, anunciase que las baterías de bajo coste no llegarán a producirse hasta al menos 2023. Su fabricación, según ha prometido la compañía, supondrá comercializar un coche Tesla eléctrico y autónomo con un precio de mercado de 25.000 dólares (21.400 euros al cambio actual), muy inferior a los modelos actuales. El retraso en los planes es un golpe en la línea de flotación de la firma de vehículos eléctricos.

La construcción de un modelo asequible “siempre ha sido nuestro sueño desde el principio de la empresa”, dijo Musk en una comparecencia en línea que presenciaron más de 270.000 personas, informa Reuters. “En tres años (...) podremos hacer un coche de 25.000 dólares que estará básicamente a la par con un coche de gasolina comparable, y tal vez será un poco mejor”.

Los inversores esperaban dos anuncios significativos en la cita: el desarrollo de la batería que dure 10 años o más y un objetivo específico de reducción de costes –expresado en dólares por kWh– que finalmente bajaría el precio de un vehículo eléctrico por debajo del de uno de gasolina. Pero Musk no ofreció ninguna de las dos cosas. Sí prometió, en cambio, reducir durante los próximos años los costes de las baterías a la mitad con nuevas tecnologías y procesos y producir un coche eléctrico “asequible”. De igual forma, Musk había anunciado que el Model 3 de Tesla costaría unos 35.000 dólares (29.500 euros) y tres años después de su lanzamiento el más barato está disponible por casi 38.000.

Las acciones de Tesla cerraron la sesión del martes con un retroceso del 5,6% y se dejaron otro 7% en su cotización en plataformas electrónicas tras el cierre oficial del parqué de Nueva York. El desplome llega solo tres meses después de que el fabricante estadounidense se convirtiese en el productor de vehículos más valiosos del mundo ante el aumento de las expectativas sobre su negocio a largo plazo. Hoy, ese futuro aún parece lejano: su cuota de mercado en el mercado automovilístico todavía ronda el 0,3%.

En 2019 Tesla elevó su producción hasta los 367.000 vehículos, más que en los dos ejercicios anteriores. Y este año espera matricular 500.000, una cifra todavía muy alejada de grandes fabricantes como Volskswagen o Toyota, que superaron los 10 millones de unidades. Sin embargo, Tesla ha conseguido este año desbancar en Bolsa a estos gigantes con un aumento del 145% en el valor de sus acciones entre enero y junio, mientras sus competidores se hundían en marzo y se estancaban durante los meses de confinamiento.

Tesla también ha conseguido esquivar a la pandemia en los concesionarios. Según un estudio de la consultora EY, es el fabricante de vehículos que menos vio recortadas sus ventas durante el segundo trimestre del año, solo un 5%. Mientras, Volkswagen redujo sus ventas un 37% y Toyota un 40% respecto al mismo periodo de 2019. La razón parece residir en la fortaleza de Tesla en el mercado chino, mucho menos afectado que el resto del mundo a pesar de ser origen del coronavirus, y la especificidad natural de su nicho de mercado: personas de alto poder adquisitivo que ni siquiera contemplan otras marcas distintas de la estadounidense.

La compañía pilotada por Musk ha convencido a la bolsa durante los últimos meses con la promesa de aumentar su producción en Europa, en buena medida gracias a la fábrica que inaugurará en Berlín en 2021 y donde espera fabricar al menos medio millón de coches por año. El objetivo del fabricante estadounidense es vender unos 20 millones de vehículos al año en el futuro, casi todos de su modelo más asequible.