El ‘fast food’ que viene es artesanal
Empanadas Malvón facturó 2 millones de euros en 2019 que este año prevé duplicar tras inaugurar una veintena de tiendas
Alejandro Polo está convencido de que las hamburguesas y las pizzas han dejado paso a otra comida rápida más saludable y elaborada artesanalmente, que es la que demanda el consumidor actual de fast food. Esto que parece una contradicción es lo que dice que cumple la empresa que ha montado junto a sus socios Claudia Briandi y David Alvado: Empanadas Malvón. La firma vende empanadas argentinas. Un único producto de distintos sabores que preparan diariamente en su obrador y luego comercializan en los diversos locales de que disponen en Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Alicante, Cádiz, Málaga y Oporto.
Con menos de tres años de vida y un millón de euros de fondos propios invertido, la idea ha calado. El año pasado se vendieron en España más de tres millones de unidades de empanadas argentinas, consolidando, a decir de la empresa, este mercado. Y dando un empujón a la compañía que ni siquiera el coronavirus ha podido frenar. Tras dos meses con las tiendas cerradas, el plan de expansión de la marca va a toda máquina. “Desde el confinamiento hemos abierto cinco locales. Cuatro en Madrid y uno en Málaga. Eran aperturas que pospusimos y retomamos una vez que reabrimos nuestras instalaciones y ampliamos y adaptamos el obrador a las nuevas necesidades sanitarias en junio”, asegura Polo. Las ventas de Empanadas Malvón, que cuenta con 22 establecimientos, estaban al 95% de los niveles precovid porque sus clientes son repetidores, explica, y porque se ha incrementado el take away y el delivery.
La firma va a “dar un acelerón importante” a su plan de crecimiento, señala el empresario. Su idea es convertirse en la primera cadena de empanadas argentinas de Europa y para ello van a inaugurar 18 establecimientos en lo que resta de 2020 para saltar a 40 tiendas operativas este año. Hasta la fecha, la mitad de sus establecimientos son propios y la otra mitad están en régimen de franquicia, una opción que no tenían prevista cuando montaron la empresa en 2017, pero que surgió a la vista del interés que despertaba el producto entre empresarios multifranquiciadores. Hoy cuentan con el expresidente de Burger King España entre sus asociados; él es el encargado de la operativa en Andalucía. Igual que el empresario luso que comercializa la marca en Oporto será quien la extienda por todo Portugal.
Aunque el verdadero empujón va a llegar de la mano de El Corte Inglés, con quien han firmado un acuerdo que les ha colocado en el centro comercial de Goya (Madrid) y les llevará a expandirse rápidamente en otros de sus grandes almacenes. “Bastantes de las aperturas previstas para este año van a estar en El Corte Inglés. Son tiendas más pequeñas que las habituales”, dice Polo, que también estaba en negociaciones con Carrefour pero el acuerdo con la empresa presidida por Marta Álvarez exige exclusividad.
Nuevo obrador
Para hacer frente al crecimiento, que incluye también su presencia en los aeropuertos (de momento, en el de El Prat de Barcelona, una inauguración aplazada por el coronavirus), los socios de la compañía han puesto en marcha las obras para construir un nuevo obrador. Está en la localidad madrileña de Alcobendas, cuenta con 4.000 metros cuadrados de superficie y requerirá una inversión de 1,5 millones de euros. Estará listo en noviembre, según Polo, que asegura que la empresa reinvierte la totalidad de sus beneficios para afrontar la expansión.
Empanadas Malvón facturó 2,1 millones de euros en 2019 comercializando empanadas que cuestan 2,5 o 3,5 euros, dependiendo de si son sabores clásicos o gourmet, y obtuvo unos beneficios de 580.000 euros. Este año la compañía espera superar los 4 millones de euros de ingresos y duplicar su plantilla de 120 empleados.
Y en 2021 sus empanadas argentinas podrán degustarse en Francia y Alemania. Eso es lo que espera el emprendedor, que está en conversaciones con varios master franquiciados para llevar la enseña a esos países como antesala de su apuesta europea.
La compañía exige experiencia en el sector de restauración a sus franquiciados, capital y solvencia. Abrir una tienda de Empanadas Malvón requiere unos 150.000 euros de inversión que se amortizan en unos 18 meses, según la cadena, y ofrecen retornos del 33%. Ellos se llevan 50.000 euros en concepto de canon y un 5% de las ventas como royalties. Y le dan a los franquiciados el producto, “que solo hay que calentar”, el know-how, así como su intensa actividad en redes sociales.
Empanadas Malvón prepara nuevas recetas saludables. A partir de septiembre ofrecerá sabores veganos y sin gluten porque los clientes se los están demandando, según Polo.
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