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Portugal, Francia e Italia, los países europeos más castigados por la crisis después de España

Macron y Conte planean lanzar nuevos planes de estímulo ante la dureza de la crisis

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en Bruselas el pasado 20 de julio, durante la cumbre europea que alumbró el plan de recuperación económica.
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en Bruselas el pasado 20 de julio, durante la cumbre europea que alumbró el plan de recuperación económica.JOHN THYS / POOL (EFE)

Después de España, cuya actividad retrocedió un 18,5% en el segundo trimestre, Portugal y Francia fueron los países europeos con un mayor descalabro económico: una caída del 14,1% y del 13,8%, respectivamente. El batacazo en Francia estuvo ligado al frenazo a toda actividad “no esencial” que provocó el confinamiento decretado por el Gobierno entre el 17 de marzo y el 11 de mayo, y llega tras un primer trimestre también duro (-5,9%). Comparado con el mismo periodo del año anterior, el crecimiento fue un 19% más bajo que en 2019. No hay comparación que no estremezca.

Sin embargo, las cosas podrían haber sido aún peor. Según recordó el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, el propio Instituto Nacional de Estadística que ha constatado la fuerte recesión preveía una caída aún mayor, de hasta 17%. Una demostración, consideró Le Maire en entrevista televisiva, de que las medidas adoptadas por el Gobierno de Emmanuel Macron, que ha lanzado multimillonarios planes para preservar empleos mediante el fomento del paro parcial, apoyos a las grandes industrias y otros estímulos y préstamos garantizados por el Estado, han funcionado. “Hemos dado una respuesta inmediata y masiva y eso ha mejorado las cosas. Eso demuestra que debemos seguir dando una respuesta radical, potente para levantarnos lo más rápido posible”, sostuvo.

El Gobierno planea presentar un nuevo plan de recuperación a la vuelta de las vacaciones estivales, el 25 de agosto, por un monto de 100.000 millones de euros. Pretende lograr que la recesión este año sea inferior al 11% de su propia estimación en el presupuesto de 2020, corregido este mismo julio para tener en cuenta las consecuencias de la crisis. Sin embargo, según ha advertido el Ejecutivo, la economía no volverá a recuperar el ritmo de 2019 al menos hasta 2022.

A Francia le sigue Italia. El descenso del PIB en el país trasalpino, del 12,4%, supone también una contracción sin precedentes. El Instituto de Estadística ha alertado de que nunca antes había registrado un desplome semejante. La caída alcanzó a todos los sectores productivos, desde la agricultura y pesca hasta los servicios pasando por la industria. El desplome de la actividad entre abril y junio plasma los efectos del confinamiento por el coronavirus.

La tercera potencia de la zona euro ya había confirmado su recesión en el primer trimestre, con una caída del PIB del 5,3%. Según el Instituto de Estadística, la economía italiana habrá caído a final de año un 14,3%, un desplome superior al estimado por el Gobierno (-8 %), por la patronal (-10 %) o por el Fondo Monetario Internacional (-12,8 %).

El país transalpino fue el primer epicentro europeo de la pandemia y uno de los más golpeados por el virus. Además, la emergencia ha afectado particularmente a las prósperas regiones del norte, las más industrializadas, como Véneto, Emilia-Romagna o Lombardía, considerado como motor económico de Italia.

El Gobierno de Giuseppe Conte ha aprobado en estos meses dos paquetes de ayuda por valor de 80.000 millones de euros y planea concretar un nuevo plan de estímulos para las empresas y familias más perjudicadas, con un gasto de unos 25.000 millones adicionales y que incluirá exenciones fiscales e incentivos para el mercado laboral.

Para soportar el gasto, Italia se endeudará aún más. El Ejecutivo ha aprobado recientemente una nueva desviación del déficit, hasta el 11,9 % del PIB, frente al 10,4 % previsto en abril. Las cifras contrastan con aquel optimista 2,2% que se pronosticó en septiembre, cuando aún no había acechado la pandemia. La deuda pública alcanzará el 157,6 % del PIB.

Roma trabaja ahora para elaborar un plan de reformas, anunciado para octubre, y que pasa por aumentar las inversiones en infraestructuras y digitalización, que le permita captar las ayudas incluidas en el fondo de recuperación aprobado por la Unión Europea. El Ejecutivo está “satisfecho” con los planes comunitarios, ya que Italia será el país más favorecido y podrá beneficiarse de unos 209.000 millones de euros, de los cuales casi 82.000 serán en forma de ayudas directas y los 127.000 restantes como créditos.

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