El sector fotovoltaico reclama estabilidad y consenso político para fomentar la energía renovable
La crisis ha retrasado la implantación de plantas tras alcanzar el año pasado un récord de 4.200 MW instalados
El sector fotovoltaico ha reclamado este miércoles estabilidad y consenso político y ha fijado como prioritario que se fomenten las subastas y el autoconsumo para potenciar esta industria, que el año pasado experimentó un crecimiento récord con la instalación de 4.201 megavatios (MW) en una frenética actividad que no se conocía desde 2008 y que deriva de las subastas realizadas en 2017. El impacto de la crisis sanitaria, no obstante, ha frenado el crecimiento de la construcción y tramitación de nuevas instalaciones de energía fotovoltaica.
El efecto no supone que se hayan abandonado los proyectos, sino que se hayan retrasado, y que este año la instalación se reduzca a unos 1.500 MW, según ha informado José Donoso, director general de la asociación sectorial UNEF. Sin embargo, sí se ha notado un retroceso en los proyectos de inversión y en la mayor reticencia de la banca para financiarlos.
La crisis sanitaria ha coincidido con el momento más álgido de la industria fotovoltaica, que en 2019 supuso que la huella económica del sector experimentara un crecimiento del 26% hasta 9.811 millones y su incidencia en el PIB nacional superara los 7.785 millones de euros, lo que demuestra que gran parte se ha desarrollado dentro de España, y que el empleo dependiente del sector haya pasado de 45.136 a casi 58.700 personas de 2018 a 2019. Asimismo, los costes de esta energía han bajado el 89% en los últimos diez años y es inferior a la mitad del precio del mercado europeo.
Estos datos permiten aventurar que el sector se pueda convertir en un motor de la economía española y que en lugar de deslocalización de empresas se produzca el efecto contrario, permitiendo además precios más baratos. Según Donoso, el crecimiento imparable de las renovables hace que se hayan convertido en el nuevo paradigma de la economía mundial y “más por razones económicas que ambientales”. Y, dentro de las renovables, el liderazgo lo ocupa la fotovoltaica, que en la actualidad cuenta con 627 gigavatios (GW) instalados en el mundo con un aumento del 12% el año pasado. España es cabeza en Europa y sexta en la clasificación mundial, razón por la que el sector insiste en aprovechar las ventajas que dan contar con suelo y recurso solar suficiente.
No obstante, ese incremento necesita a su juicio el respaldo político, por lo que demanda el consenso entre los grupos, que este mismo miércoles debatían el real decreto ley de adaptación del sistema eléctrico. De su aprobación depende el desarrollo de las nuevas subastas y del autoconsumo. En el primero de ellos, UNEF pide que se hagan dos subastas anuales con un plazo máximo de dos años para desarrollar el proyecto. Además, solicitan que sean neutras (es decir, sin primar ningún tipo de tecnología sobre otra) y que se hagan en función de la oferta y con precalificación de los puntos de suelo y conexión concedidos, con lo que se agiliza la construcción. A su juicio, los avales deben fijarse en 30 euros por kilovatio y que los agentes no pasen del 30% de la potencia subastada.
En cuanto al autoconsumo, que durante la pandemia ha sufrido una fuerte ralentización tras tener el año pasado un crecimiento del 95% hasta 459 MW instalados, el sector requiere que se establezcan unos incentivos fiscales temporales, simplificar los trámites y que se reduzca el término fijo de la factura, que es el más caro de Europa. Para UNEF, es primordial que se haga una revisión del código técnico de edificación, una reforma de la ley de propiedad horizontal y una campaña de promoción del autoconsumo.
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