El gran buzón digital

Desde hace tiempo, y sin necesidad de una pandemia global, las gestiones administrativas tendían más a resolverse a través de un teclado que aguardando turno en una oficina. En DEH Online fueron palpando ese latido que imponían las sociedades interconectadas y quisieron ejercer de escalón intermedio. “Hasta 2010, las Administraciones públicas, cuando tenían que comunicarse con una empresa o un autónomo, mandaban las notificaciones por correo postal. Pero ya antes, en 2009, la Comunidad Europea recomendaba a los Estados digitalizar la Administración”, recuerda Daniel Camiroaga, director comercial.

Así fue como Rodrigo Fernández-Gil y Manuel Flores Ruiz, los fundadores, se animaron a facilitar la tramitación telemática en las empresas. Camiroaga, de 55 años y con pasado de periodista, lo explica: “A los 10 días de que una Administración deposite una notificación, empiezan a correr los plazos. Y tienes que estar pendiente. Por ejemplo, las multas. Si solo tuvieras que vigilar una sede, se podría manejar. Pero si son miles, es ingobernable. Según se han ido digitalizando las Administraciones y aumentando las notificaciones, las empresas y los despachos se han concienciado de que se les escapa de las manos. Por eso decidimos crear una plataforma que automatizase estas búsquedas. Fuimos la primera empresa en Europa”.

Comenzaron ofreciendo sus servicios a despachos profesionales y asesorías y en 2017 se aventuraron a facilitar la emisión de certificados digitales: “Fuimos los primeros en unir estos dos servicios”. Con 70.000 clientes, 40 empleados en plantilla, una facturación de tres millones de euros y un beneficio neto de unos 700.000, se han convertido en un proyecto exitoso. Vigilan más de 10.000 buzones de clientes, fundamentalmente pymes, autónomos y algunas grandes empresas. A sus funciones se les unió el pasado noviembre las de Certibox, una nueva plataforma. “Es un servicio para la custodia segura de los certificados digitales. No es una cosa menor, porque se trata de tu DNI y tu firma”, analiza Camiroaga, “y el asesor asume una gran responsabilidad. Les liberamos de esa inquietud”. “Los clientes pueden dormir tranquilos”, sostiene el director comercial. “No interviene el ser humano, que está sujeto a fallos, errores y olvidos”. La pandemia ha disparado sus ventas. “No hemos parado desde el 14 de marzo”, admiten.