Aerolíneas y turoperadores preparan la vuelta a España

El sector turístico es una cadena de valor enorme, que en España acaba en la mayoría de casos con un viajero tomando el sol en la playa. Para que ese turista llegue, hace falta una maquinaria que trabaja desde meses antes del viaje. Este verano no va a haber tanto tiempo, aunque la posibilidad de volver a operar en España a partir de julio ha espoleado a todo tipo de empresas del sector.

Es el caso del turoperador TUI, que ha reaccionado de forma positiva a los últimos anuncios del Ejecutivo. “Ahora podemos planificar vacaciones para visitar Mallorca, las costas de la Península española y las islas Canarias y hacer una oferta a nuestros clientes. Millones de turistas tienen la certeza de que las vacaciones de verano en España son posibles”, aseguró Fritz Joussen, consejero delegado de la firma.

Entre las aerolíneas también hubo movimientos. Por ejemplo, la alemana Lufthansa aseguró el domingo un aumento de las conexiones en respuesta a la apertura de España al turismo extranjero para verano. Entre las rutas que se retoman o intensifican la frecuencia están las de Málaga, Ibiza y Palma. La aerolínea portuguesa TAP hizo lo propio y aseguró que prevé pasar de 18 conexiones semanales a 247 en julio, cuando volverá a volar a Madrid, Barcelona, Sevilla y Málaga.

La apertura del turismo español también ha tenido respuesta por parte de los países europeos. El diario británico Daily Mail llegó a titular este fin de semana: “¡Volvemos a Benidorm!”. No hace falta más para entender las ganas de regresar a la costa española.

Aunque el primer Gobierno en dar respuesta a la apertura fue Francia. En concreto, la ministra de Transición Ecológica, Élisabeth Borne: “No puedo recomendar a los franceses que vayan de vacaciones a España en estos momentos”, dijo el domingo como resaca del anuncio de Sánchez. Con la retirada de la cuarentena obligatoria de 14 días para los viajeros que lleguen del exterior, se le caen parte de sus argumentos. La sonora respuesta evidenciaba además la apuesta del país para que sus ciudadanos disfrutaran de sus vacaciones en Francia, para salvar su propia temporada. Además, el ministro de Asuntos Exteriores portugués, Augusto Santos Silva, reveló el sábado en Rádio Observador que estaban negociando un corredor turístico entre Francia, España y Portugal, lo que no tenía mucho sentido con la afirmación de Borne.

La creación de estos corredores con pactos bilaterales es algo que irrita a Italia, en parte porque tiene dificultades para alcanzarlos por el estigma de haber sido el epicentro del virus en Europa. Vincenzo Amendola, su ministro de Asuntos Exteriores, los rechazó y apostó por acuerdos para toda la Unión. “No aceptamos corredores o acuerdos bilaterales, solo la libertad de movimiento, como la Comisión Europea ha recomendado”.

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