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Así será la desescalada en las empresas

Las compañías introducen estrictos protocolos para la vuelta al trabajo con el objetivo de que el virus no entre en las oficinas

Una empleada de L’Oréal pasa por una cámara térmica que le permite el acceso al edificio si da verde y se lo impide si es rojo.
Una empleada de L’Oréal pasa por una cámara térmica que le permite el acceso al edificio si da verde y se lo impide si es rojo.

Formación en tortuga y sin fisuras. Todos a una. La unión entre la empresa y los representantes de los trabajadores nunca había sido tan férrea. Estrategia unidireccional y con un objetivo: impedir que el virus entre en la oficina. Unos y otros colaboran, codo con codo y en tiempo récord, para alumbrar unos protocolos detallados y estrictos. Este lunes será su puesta de largo con el inicio de la fase 1 de la desescalada, aunque hay empresas que comienzan a retrasarla.

En esta vuelta a la actividad, los servicios médicos de las compañías están que echan humo. Hay muchas dudas entre los empleados que se incorporan. Y estos servicios, en el ojo del huracán, han de gestionar, de forma impecable, protocolos en mano, su salud y seguridad. Lo hacen con un único umbral: cero contagios y con la escrupulosa formación de las plantillas en prevención. “Un contagio o su deficiente gestión pueden poner en peligro la propia viabilidad de la compañía”, apunta Ana García de la Torre, secretaria de salud laboral de UGT.

Por ello, las empresas trabajan a destajo, implicando a muchas de sus direcciones, para no dejar flecos en los planes de contingencia por coronavirus, donde se incluyen las recomendaciones de las autoridades. Aspectos generales en esta primera fase son la reincorporación progresiva de las plantillas (entre el 10% y 30%), la de empleados con hijos mayores de 14 años; distancia de dos metros; cierre de comedores, vending, salas de reuniones y gimnasios; uso de equipos de protección individual (EPI), señalética, mamparas, limpieza y desinfección de instalaciones. Mientras, el 70% de las plantillas continúa teletrabajando.

Sin embargo, existen estrategias y decisiones suplementarias en la desescalada. En el caso de Mapfre, ha previsto cuestionarios masivos, en los que un algoritmo “nos va a indicar de forma individual el riesgo de cada empleado. Nadie va a volver sin haber pasado por el servicio médico”, indican fuentes de la compañía. Alberto Gavilán, director de recursos humanos de Adecco, lo ratifica: “Todos los empleados han recibido, junto a un manual de instrucciones frente a la covid-19, un cuestionario de salud”. Y reconoce que “el apartado ‘colectivo vulnerable’ ha generado un aluvión de correos con centenares de dudas”.

Por su parte, Telefónica ha trazado un plan de retorno progresivo en tres fases: posiciones más críticas (10%-20%), las que aporten valor añadido (10%-50%) y todas las actividades al 50% en la tercera fase. Para este tramo se han diseñado formas de trabajar más digitales, colaborativas y ágiles, así como novedades en teletrabajo.

“En la primera vuelta vamos a ver de todo”, comenta César Nombela, profesor de Biomedicina de IMF Institución Académica. “Lesiones cervicales, lumbares, fatiga digital, tendinitis, hernias agravadas, pero también mucha ansiedad y miedo al contagio”. Por ello, insiste en la prevención. “El trabajador ha de interiorizar hábitos que le pueden salvar la vida hasta que exista vacuna o inmunidad de grupo para la covid-19”.

Para Nombela es “crucial aprender a trabajar con mascarilla sin que genere ansiedad; lavarse cinco veces las manos en jornadas intensivas y no tocarse la cara nunca”. Normas de protección que en L’Oréal se van a comunicar continuamente en vídeos distribuidos en todas las plantas. Posturas que el profesor de IMF extrema en caso de “visitas a clientes de alto riesgo como hospitales, tanatorios o residencias”.

El protocolo de Telefónica en esas visitas establece el uso de buzo, calzas, gafas, mascarillas FPP2, guantes y gel, así como acceso a cabinas para desinfección de EPI. La multinacional ha puesto en marcha comités de seguimiento de la covid-19 para asegurar la continuidad del negocio y ha blindado su acceso. Todo el que entre en la sede debe atravesar cámaras termográficas, reconocimiento facial, sensores para control de aforo y de proximidad en ascensores.

Para las entidades bancarias, que han mantenido abierta su red de oficinas con las recomendaciones gubernamentales (un cliente y otro en espera; mascarillas y mamparas), la desescalada “será más sencilla de implementar”, apuntan en Bankia. La entidad ha creado un comité específico, según el cual a partir de la segunda quincena de mayo se incorpora el 50% del personal a las sucursales con el kit básico de protección (mascarillas, guantes y geles), incremento de mamparas y refuerzo de limpieza. En los servicios centrales, los bancos mantienen el grueso del trabajo en remoto. Bankia señala: “Vamos a hacer test a los profesionales según vayan recomendando las autoridades y haya existencias”.

También Iberdrola se suma de forma gradual a la realización de test de negatividad del virus y nivel de defensas (serológicos), en función del carácter estratégico de los miembros de la plantilla. Lo que para César Nombela “es absolutamente necesario”, así como para la representante sindical, defensora de los test masivos “para una vuelta al trabajo con garantías, protegiendo, eso sí, el tratamiento de datos para evitar situaciones discriminatorias”.

Test preventivos

Los servicios médicos de Repsol harán el test al personal “identificado como caso activo (confirmado, probable y en estudio) o que haya sido enviado a permanecer en cuarentena por haber estado en país de riesgo o con contacto estrecho de caso posible o confirmado” antes de volver al puesto de trabajo. Sin perjuicio, dice la compañía, de ampliar o limitar los test en función de su disponibilidad y del criterio de los servicios médicos y de las recomendaciones de la OMS y del Gobierno.

La división por equipos que alternarán su asistencia es una solución adoptada por Adecco para que haya reemplazo en caso de contagio, señala Alberto Gavilán. También en L’Oréal, donde “nunca se superará el 25% de la capacidad en la sede”, indica. Allí han decidido prorrogar también el teletrabajo a los empleados que se desplazan en transporte público. Fuentes de la empresa señalan: “Hemos reforzado nuestra cobertura médica, con un servicio de atención específico para la covid-19 y de asistencia psicológica”.

¿Y si me contagio?

Los protocolos ante un posible contagio son muy claros. En caso de síntomas (tos, fiebre de más de 37 grados o dificultad al respirar), acudir al servicio médico. Si es positivo, “se pondrá en cuarentena la instalación y a ese departamento”, dice Alberto Gavilán, de Adecco. El protocolo de Repsol detalla que el empleado ha de permanecer en su casa, llamar al servicio de atención de salud e informar a su responsable y a los servicios médicos de su centro de trabajo.

Ana García de la Torre, de UGT, no descarta que esto ocurra, e informa de que el contagio se ha considerado accidente laboral a efectos de prestación y “ahora pedimos que se amplíe a supuestos como invalidez, posibles secuelas y fallecimiento”.

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