“Los préstamos europeos deben evitar el estigma a los países y respetar el sufrimiento de los ciudadanos”
El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, explica que ultiman una “red de seguridad de medio billón de euros”
Los ministros de Finanzas de la zona euro deben decidir el próximo martes si por fin tejen una malla de seguridad para paliar las consecuencias sociales y económicas de la mayor crisis humanitaria que vive Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha logrado ya un “amplio apoyo” para una propuesta, adelantada este jueves por este diario, para proteger a las finanzas públicas, las empresas y los ciudadanos. Desde su despacho en Lisboa, Centeno atiende por videoconferencia a cinco medios europeos, entre ellos EL PAÍS. Advierte de que, tras responder a la emergencia, Europa necesitará diseñar un plan de recuperación con “nuevos recursos” y “soluciones creativas”. Y advierte de que, en esta ocasión, no puede ni debe depender de Estados Unidos ni de ningún otro país, léase China. “Debemos ser nuestro propio Plan Marshall”.
Pregunta. ¿Qué podemos esperar de la reunión del martes?
Respuesta. Vamos a proponer un nuevo paquete para defender la zona euro y la UE. Hemos trabajado en tres redes de seguridad: para la deuda soberana, para las empresas y para los trabajadores. Debe ser un plan lo más integral posible para todos los sectores de nuestra economía. Estamos trabajando en una línea de crédito abierta a todos los países de hasta 240.000 millones de euros. Será una nueva línea de defensa. Segundo, tenemos una propuesta del Banco Europeo de Inversión (BEI) con una garantía paneuropea de hasta 200.000 millones. Los detalles no están acabados, pero será para la UE y sobre todo para pequeñas y medianas empresas. Además, la Comisión presentó el jueves la medida de 100.000 millones de euros para crear una red de seguridad para sistemas de protección de empleo. Estas tres medidas representan una malla de protección de alrededor de medio billón de euros.
P. ¿Esas medidas cuentan con la unanimidad de los socios para salir adelante?
R. Estamos trabajando y observo que se está forjando un amplio apoyo alrededor de este paquete integral de medidas que todavía requiere de mucho compromiso por parte de los Estados miembros. Y ese es un compromiso que estamos construyendo.
P. ¿A qué condiciones estará sujeto el acceso a los préstamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate europeo?
R. El Mede está preparado, o lo estará, para desacoplar sus líneas de crédito de la lógica de la crisis de la deuda soberana. Esto está muy claro. No tiene sentido vincular la crisis provocada por esta pandemia a programas de privatizaciones o a reformas laborales, por ejemplo. Las condiciones deben estar relacionadas con el coronavirus y, a largo plazo, el Estado miembro beneficiario debe volver a una posición estable, a una senda sostenible. Esto está diseñado así con un fin, que es evitar cualquier estigma hacia los países y respetar el gran sufrimiento que están pasando nuestros ciudadanos con los más de 50.000 fallecidos ya en esta crisis, pero también a raíz del sufrimiento económico y social que conlleva. Si no lo respetamos, no estaremos honrando el legado de los padres fundadores de Europa en los últimos 70 años. Y será un gran error.
P. El paquete que se discutirá el martes incluye medidas para dar una respuesta inmediata. ¿Pero se discutirá sobre la recuperación y los eurobonos?
R. El debate está abierto y, como pueden entender por la carta que mandé a los ministros como preparación del Eurogrupo, quiero que sea acorde con las dificultades que afrontamos. Y quiero mostrar que el Eurogrupo es capaz de tomar decisiones y presentar opciones a los líderes. Ahora hay un amplio apoyo en una respuesta en la línea que he explicado. Y necesitamos continuar por esa vía, sin líneas rojas, con la mentalidad abierta. Necesitaremos nuevos recursos después de este periodo para impulsar un plan de recuperación. Debemos ser creativos. Los países de la UE y la zona euro deben estar a la altura en su respuesta a la crisis humanitaria, sanitaria y económica.
P. Francia propuso esta semana la creación de un fondo europeo que pueda endeudarse para sufragar la recuperación. ¿Qué le parece?
R. La idea de la emisión de deuda común tiene apoyos activos entre los Estados miembros, pero también algunas resistencias. Como presidente del Eurogrupo, mi objetivo es forjar consensos. No soy una voz pasiva. Siempre impulsaré una mayor integración. En esta discusión no debemos poner en peligro o arruinar nuestra capacidad de llegar a un acuerdo para dar una respuesta de emergencia con esas tres redes de seguridad. Pero seguiremos nuestro debate sobre el periodo de recuperación. Necesitamos centrarnos en propuestas efectivas, y la propuesta francesa lo es. Se trata de un fondo temporal que complementaría el Marco Financiero Plurianual. El fondo emitiría bonos con garantías conjuntas de los Estados miembros. No se trata de los eurobonos, sino de un punto intermedio, y ahí es exactamente donde hay margen de maniobra. Necesitamos debatirlo, pero dentro de un marco general y del periodo de recuperación.
P. Si llegan a un acuerdo, habrán necesitado semanas para alcanzarlo. ¿Tiene sentido una zona euro sin un instrumento comunitario de política fiscal?
R. Tenemos un nuevo instrumento presupuestario para la zona euro. No voy a explicarlo ahora (risas), pero todas esas dificultades muestran la importancia de tener esta configuración institucional. Afrontamos una crisis inesperada y sin precedentes. Esto es absolutamente nuevo para nosotros. No tenemos un modelo del pasado, sino que observamos los datos a medida que se desarrolla la crisis. Y aun así, fuimos muy rápidos en responder desde cada país y también desde la UE. Está en manos de la UE afrontar esta crisis con todas sus fuerzas. Al contrario de lo que ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial, no podemos confiar en otros para la fase de recuperación. Algunos mencionan la idea de un plan Marshall, pero esta vez debe ser financiado por europeos. Somos nuestra mejor y única línea de defensa. No podemos depender de Estados Unidos ni de ningún otro país. Ni siquiera es deseable. Este es el mensaje más importante que tengo como político, como líder del Eurogrupo: debemos ser nuestro propio plan Marshall.
P. Si fracasan en ese intento, ¿teme un colapso político por el ascenso de fuerzas populistas y de extrema derecha?
R. No creo en ese colapso. Ningún país ni ningún liderazgo político en Europa está interesado en él. No hay que entrar en el terreno de la profecía autocumplida, sino buscar soluciones con una mente abierta. Debemos ser prudentes con expresiones como eurobonos o unión fiscal sin un debate adecuado. La comunicación es una dimensión clave y deberíamos centrarnos en las soluciones.
P. Con todas estas medidas, la deuda de los países va a crecer y existe el peligro de que lo hagan sus primas de riesgo. ¿Cómo van a lidiar con ello?
R. Es cierto. Saldremos de esta crisis con un nivel de endeudamiento mucho más elevado. Este es un shock simétrico. Este incremento de la deuda se va a dar de modo generalizado. Respecto a las posibles soluciones: se trata de un incremento extraordinario, por lo que es un fenómeno aislado. Y no debe convertirse en una fuente de fragmentación. Espero que esto se tenga en cuenta en los debates y especialmente cuando se diseñe el plan de recuperación. Es fundamental que esta nueva deuda no cree obstáculos para las necesidades financieras de los países. Para garantizarlo, necesitamos vencimientos largos y tasas de interés bajas. Necesitamos poder gestionar esta nueva deuda. Una forma de reducir esta nueva carga resultante de esta crisis sería emitir deuda común por parte de un grupo de países, como algunos han sugerido. Esto podría ser temporal, para abordar la deuda de esta crisis, como sugiere la propuesta francesa. Pero el debate sobre las condiciones de la recuperación comienza ahora y debe continuar.
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